“Lo que hizo Trump en su campaña fue abrir la caja de pandora para que saliera todo el odio y todo el racismo. Sabemos que siempre existen pero cuando no son aceptados se sumergen, y cuando lo son florecen abiertamente. La discriminación y los crímenes de odio contra la población latina en Estados Unidos son el problema de fondo. El triunfo de Trump multiplicará el recrudecimiento de la actitud social contra las y los migrantes a través de la discriminación, xenofobia, odio y fascismo”, alerta Marta Sánchez Soler, presidenta del Movimiento Migrante Mesoamericano.
La también integrante de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de los Derechos Humanos, para quien el papel de las mujeres fue fundamental, destaca en entrevista con Desinformémonos que “las mujeres no votaron por Hillary, muchas votaron por Trump, lo que tiene que ver con el esquema patriarcal que ha prevalecido en los Estados Unidos”. Para revertir esta postura, opina, “lo que tenemos que generar es una revolución cultural y una desaparición del sistema patriarcal”.
Luego de las elecciones presidenciales en Estados Unidos que dieron el triunfo al empresario Donald Trump y que por segunda ocasión termina con la aspiración presidencial de la democráta Hillary Clinton, la defensora de los migrantes centroamericanos advierte que la elección fue muy sorpresiva y “la característica más importante que tenemos a nivel mundial es la incertidumbre”.
Sámchez Soler refiere que los afroamericanos votaron menos y los latinos también votaron menos de lo que se esperaba. Al momento se estima que un 30 por ciento de los latinos votaron por Trump, mientras, dice, “los blancos tradicionales de la tercera edad, gente con actitudes discriminatorias y racistas salieron a votar en masa”.
Previo a la segunda administración de Obama, había 11 millones de personas hispanas en Estados Unidos sin documentación legal. Marta Sánchez recuerda que “millones fueron deportados por Obama y muchos otros están regresando en forma voluntaria”. Actualmente, añade, “se calcula que existen 7 millones de inmigrantes, de los cuales el 70 por ciento son mexicanos, motivo por el que una de las primeras reacciones seguramente será que la gente regrese, pues todos tienen pánico, y todos los que puedan van a regresar antes de que les quiten lo poco que tienen y los deporten”.
Sánchez Soler refiere que la otra consecuencia inmediata “es que en un afán de revancha Trump revierta las acciones impulsadas por Obama, como el programa de Acción Diferida de 2012 (DACA) que beneficia a los Dreamers, jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo niños sin documentación, y que impide que las y los jóvenes sean deportados”.
“Nadie sabe realmente lo que Trump va a hacer. Con Hillary Clinton, candidata que no nos emocionaba porque conocíamos su rol institucional al servicio del sistema y de las grandes corporaciones y sus intervenciones con los otros países, sabíamos qué es lo que iba a hacer, pero con Trump nadie sabe”, indica.
Trump “es un hombre de negocios, seguramente la mayoría de sus torres han sido construidas por mano de obra migrante. Hay que meditar que es lo que prevalecerá, su sentido de los negocios o su retórica antiinmigrante y fascista”, concluye la activista.
Este artículo apareció originalmente en Desinformémonos