Treinta años después de la Ley Revolucionaria de Mujeres, denuncian “guerra permanente” contra los pueblos

El 5 y 6 de agosto del 2023, 181 mujeres delegadas y concejalas del CIG-CNI, 27 niñas y niños, 14 compañeras y 7 compañeros de apoyo de los pueblos afromestizo, afroamexicano, binni zaa, chol, chontal, coca, kora, guarijío, kumiai, maya, mazahua, mazateca, mepha, mestizo, na savi, nahua, nayerí, nuntajiyi, ñhañhu, odame, otomi, purépecha, rarámuri, tojolabal, totonaco, tzotzil, tzeltal, wixárika, yaqui y yoreme se reunieron en la Casa de los pueblos y comunidades indígenas Samir Flores Soberanes, en la Ciudad de México.

Durante este encuentro, las mujeres denunciaron los megaproyectos que hoy avanzan a lo largo del país (México) y los diversos ataques contra las defensoras del agua, de sus tierras, tradiciones y territorios. Señalaron y discutieron cómo el sistema actual destruye a la naturaleza y a las comunidades que se relacionan con ella. En el pronunciamiento que hicieron público, en el que reflejan parte de su trabajo, también relatan: “reconocimos el sistema de poder patriarcal capitalista, racista y colonial en los megaproyectos, en las concesiones mineras, en la tala de árboles, en la represión, en la sobreexplotación del agua, en la contaminación, en la persecución”. Discutieron sobre cómo los megaproyectos “intentan eliminar las fuentes de esperanza para las mujeres y los pueblos del mundo que luchan por un mundo de paz, justicia, libertad y alegría”.

También determinaron que “la máxima expresión de este sistema capitalista patriarcal y colonial es la guerra permanente”, que se refleja, entre muchos otros tipos de violencia, en la guerra contra los Pueblos Zapatistas y el CNI. Decidieron que seguirán construyendo redes y puentes entre mujeres y pueblos como una forma de “luchar por la vida”.

El diálogo se centró en sus comunidades: platicaron sobre las que tienen hoy y cómo son las que quieren construir. Conversaron sobre el patriarcado y sobre las violencias que viven individual y colectivamente. Compartieron experiencias y saberes -ancestrales y nuevos-, para continuar caminando, resistiendo y luchando por la protección del agua, de la naturaleza y de sus territorios.

Hacen un llamado a:

  • A seguir organizándose como mujeres para continuar con la lucha y mantener la esperanza de que, en unos años, las niñas y los niños vean la guerra y la violencia contra las mujeres como un simple recuerdo que no se repita jamás porque eso es lo que ven en el horizonte.
  • A seguir participando en las asambleas, en los cargos, en la toma de decisiones desde su forma de ser como mujeres e invitar a otras compañeras a sumarse a la lucha.
  • Al Congreso Nacional Indígena a reunirse para preparar las acciones en torno al 12 de octubre por su 27 aniversario.
  • A las comunidades, organizaciones, colectivos y sociedad civil en general a seguir atentas y atentos a lo que está sucediendo en territorio zapatista y generar acciones en nuestras geografías que exijan el alto a la guerra contra las comunidades y pueblos zapatistas.
  • A seguir consolidando redes y puentes entre nosotras las mujeres y con los pueblos de todo el mundo que resistimos en contra de este sistema de muerte, porque esta lucha es por la vida.

Puedes ver el pronunciamiento completo aquí

PRONUNCIAMIENTO DEL ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES DEL

CONGRESO NACIONAL INDÍGENA-CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO

6 AGOSTO, 2023

A 30 años de que las compañeras zapatistas lograron la aprobación de su Ley Revolucionaria de mujeres que les ha permitido llevar a la práctica cotidiana un mundo libre de machismo y de violencia y junto con los compañeros, en la autonomía, participar en la construcción de una vida digna, que es fuente de inspiración para nuestro caminar de lucha en nuestros territorios, los días 5 y 6 de agosto 2023, nos reunimos, en el Primer Encuentro Interno de Mujeres del Congreso Nacional Indígena, en el edificio recuperado por la Comunidad Otomí Residente en la Ciudad de México y convertido en la “Casa de los Pueblos y comunidades indígenas Samir Flores Soberanes” 181 mujeres delegadas y concejalas del CIG-CNI, 27 niñas y niños de 1 a 12 años, 14 compañeras y 7 compañeros de apoyo.

Participamos de los pueblos afromestizo, afroamexicano, binni zaa, chol, chontal, coca, kora, guarijío, kumiai, maya, mazahua, mazateca, mepha, mestizo, na savi, nahua, nayerí, nuntajiyi, ñhañhu, odame, otomi, purépecha, rarámuri, tojolabal, totonaco, tzotzil, tzeltal, wixárika, yaqui y yoreme de los estados de Baja California, Campeche, Ciudad de México, Chiapas, Chihuahua, Colima, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sonora, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.

Somos las mujeres que luchamos que nos organizamos, que aprendemos a decir NO al maltrato, NO al silencio, NO a la guerra; aprendemos a cuidarnos, a respetarnos entre mujeres, a motivarnos; nos invitamos a participar en la lucha por la defensa del territorio y de la vida toda. Nos nombramos esperanza porque tomamos como responsabilidad asegurar un mañana para las futuras generaciones.

Ofrendamos nuestras energías a los cuatro puntos cósmicos, recordamos nuestra historia como mujeres del CNI y reconocimos el sistema de poder patriarcal capitalista, racista y colonial en los megaproyectos, en las concesiones mineras, en la tala de árboles, en la represión, en la sobreexplotación del agua, en la contaminación, en la persecución. Cuando llegan los militares, los cárteles, las empresas de los megaproyectos como el corredor interoceánico, el Tren Maya y el Proyecto Integral Morelos que vienen acompañados de múltiples formas de despojo de ejidos y bienes comunales, destrucción de la vida y los territorios con parques industriales, polos de desarrollo, basureros tóxicos y proyectos energéticos como gasoductos; explotación de hidrocarburos a nuestros territorios. Con ello perdemos la paz,  aumenta la violencia contra nosotras, contra nuestras hijas y nuestros hijos, contra las personas de la diversidad sexual y contra nuestros compañeros; nos convierten en objeto sexual, nos faltan al respeto, nos secuestran, nos venden, nos violan, nos golpean, nos matan. A las defensoras de la madre naturaleza y de los derechos de nuestros pueblos que nos enfrentamos a estos megaproyectos, nos criminalizan, nos hostigan, nos desprestigian, nos calumnian, nos encarcelan, nos torturan, nos asesinan.

Destruyen la Madre Tierra que nos alimenta, contaminan el aire que respiramos y el agua que bebemos. Nos corren de nuestros propios territorios, nos obligan a refugiarnos en la montaña o a migrar a las ciudades. Nos enfermamos y en los centros de salud, no nos atienden con calidad, nos discriminan, ejercen violencia obstétrica en contra nuestra, no hay medicamentos ni materiales; todo tenemos que comprar y no tenemos dinero. En las escuelas, siguen marginando nuestras culturas; la mayoría de las maestras y los maestros desprecian la vida campesina y nuestros conocimientos ancestrales; inculcan a nuestras hijas y a nuestros hijos las ideas falsas del progreso en vez del amor a la tierra y a nuestras culturas y muchos de ellas y ellos se dejan llevar por la atracción del dinero fácil y caen en las redes de todo tipo de tráfico ilícito.

Pretenden controlar a nuestros pueblos con sus migajas de proyectos, con el miedo o con la división.

La máxima expresión de este sistema capitalista patriarcal y colonial es la guerra permanente, en México, en contra de los Pueblos Zapatistas y del Congreso Nacional indígena que en este momento nos mantiene en estado de alerta por el recrudecimiento del hostigamiento y ataques a nuestros pueblos y en otros lugares del mundo, como en el Kurdistán. Intentan eliminar estas fuentes de esperanza para las mujeres y los pueblos del mundo que luchamos por un mundo de paz, justicia, libertad y alegría.

Pero resistimos y resistiremos para avanzar a contra corriente. Mujeres y hombres nos defendemos y resistimos desde la fuerza de nuestras asambleas, desde nuestra espiritualidad y medicina ancestral, desde los conocimientos de las abuelas y los abuelos y de los que vamos construyendo, desde los espacios de sanación que recuperamos, desde las redes que tendemos entre nuestros pueblos y con pueblos hermanos de otras regiones del planeta y con compañeras y compañeros solidarias de las ciudades.

Sabemos también que el patriarcado es muy grande pero que baja y nos habita, nos lastima y estamos luchando para erradicarlo. Vemos que es urgente que fortalezcamos esta lucha que ya iniciamos desde nuestro cuerpo y nuestro territorio. Por ello exigimos:

Alto a la imposición de los megaproyectos de muerte como el Tren Maya, Corredor Interoceánico y el Proyecto Integral Morelos.

Alto a la guerra contra los pueblos y comunidades zapatistas y del Congreso Nacional Indígena.

Desde este encuentro de Mujeres llamamos:

  • A seguir organizándonos como mujeres para continuar con la lucha y mantener la esperanza de que, en unos años, las niñas y los niños vean la guerra y la violencia contra las mujeres como un simple recuerdo que no se repita jamás porque eso es lo que vemos en nuestro horizonte.
  • A seguir participando en las asambleas, en los cargos, en la toma de decisiones desde nuestra forma de ser como mujeres e invitar a otras compañeras a sumarse a la lucha.
  • Al Congreso Nacional Indígena nos reunirnos para preparar las acciones en torno al 12 de octubre por nuestro 27 aniversario.
  • A las comunidades, organizaciones, colectivos y sociedad civil en general a seguir atentas y atentos a lo que está sucediendo en territorio zapatista y generar acciones en nuestras geografías que exijan el alto a la guerra contra las comunidades y pueblos zapatistas.
  • A seguir consolidando redes y puentes entre nosotras las mujeres y con los pueblos de todo el mundo que resistimos en contra de este sistema de muerte, porque esta lucha es por la vida.

POR LA RECONSTITUCIÓN INTEGRAL DE NUESTROS PUEBLOS,

NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTROS

NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN NOSOTRAS LAS MUJERES QUE LUCHAMOS

ENCUENTRO DE MUJERES DEL CNI/CIG 

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