Por Kent Paterson
La campaña para las elecciones federales en México comenzó oficialmente el pasado 30 de marzo, pero podría decirse que la contienda arrancó de verdad cuando el Papa Benedicto XVI visitó el estado de Guanajuato, baluarte de la derecha. En una historia digna del surrealismo mexicano, el diario La Jornada relató cómo todos los candidatos presidenciales se unieron a cientos de miles de personas en la ciudad de Silao para dar la bienvenida al líder de una institución que tiene oficialmente vetada la participación en política.
La visita papal era algo natural para Josefina Vázquez, aspirante del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), pero el mega-evento que tuvo lugar en una ciudad donde impera el fundamentalismo religioso también atrajo al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Enrique Pena Nieto y a su esposa, la actriz Angélica Rivera, así como a Andrés Manuel López Obrador, el abanderado de la coalición política Movimiento Progresista, nominalmente de izquierdas pero con una posición centrista. Prácticamente desconocido, el candidato del Partido Nueva Alianza (Panal) Gabriel Quadri completó el cuarteto político.
Archienemigo de López Obrador en su momento, el ex-presidente Vicente Fox apareció y estrechó la mano de su viejo adversario. Un sorprendido López Obrador le devolvió el saludo y dijo después que él no le guardaba ningún rencor por las disputas políticas del pasado, que llevaron a México al límite varios años atrás.
La escala mexicana que realizó el Papa en su viaje a Cuba también movilizó a grupos clandestinos. Los Caballeros Templarios, un grupo del crimen organizado que opera como un gobierno en la sombra en algunos lugares del país, declaró una tregua en honor del Pontífice. Menos acogedores se mostraron los hacktivistas de Anonymous, que bloquearon el sitio web del Vaticano, y el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que envió una misiva desde “algún lugar de Guanajuato” despellejando al estado papal por escudar a pederastas, proteger a fascistas españoles y respaldar políticamente a los opresores de los palestinos. El propósito de la visita del Papa, denunció el EPR, era engañar/embaucar a los católicos para que apoyen a la derecha a medida que avanza la campaña electoral.
En Guanajuato se originaron toneladas de plegarias, reportajes, elogios y denuncias. Analistas y académicos pasarán mucho tiempo diseccionando el significado y el simbolismo de un encuentro Iglesia-Estado mantenido en medio de una transmisión de poderes. John Ross, el recientemente fallecido periodista radical estadounidense que cubrió México desde un cuchitril abarrotado de cosas en el Hotel Isabel, y que al parecer se las apañó para fastidiar a todo el mundo mientras lo hacía, desde el Ministerio del Interior hasta los Zapatistas, seguramente se habría revuelto en su tumba.
Fallecido el año pasado después de una batalla contra el cáncer, Ross reportó vívidamente muchas elecciones mexicanas y escribió una novela, Tonatiuth’s People (El pueblo de Tonatiuh), sobre las elecciones de 1988 que costaron la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas y que, al igual que las de 2006, fueron denunciadas como fraudulentas.
Pero la carrera presidencial de 2012 es completamente distinta de las anteriores elecciones cubiertas por Ross. A diferencia del 2000, cuando Vicente Fox destronó al PRI de su posición como partido único de gobierno, no existe un blanco fácil para el desahogo colectivo. Y a diferencia del 2006, cuando la polarización izquierda-derecha entre López Obrador y el finalmente ganador Felipe Calderón caldeó el clima político, de momento hay poca pasión en el aire.
Incluso los Zapatistas de Chiapas, que en 2005-2006 organizaron la “Otra Campaña” en un intento de canalizar el descontento popular desde el proceso electoral hacia un nuevo programa revolucionario nacional, se han retirado del escenario público.
Un levantamiento de la sociedad civil mucho más reciente, el Movimiento por la Paz y la Justicia con Dignidad, atrajo el interés del público en 2011, pero un año después encara un futuro incierto.
Iniciado de manera involuntaria por el poeta Javier Sicilia tras el asesinato de su hijo, el movimiento se ha apartado de sus primeros llamamientos a la refundación de la República Mexicana y la promulgación de una nueva Constitución. Recientemente Sicilia llamó a votar en blanco como una forma de protesta contra el sistema político, lo que desató duras críticas por parte de los seguidores de López Obrador, quienes acusaron al intelectual de hacer el juego a los poderosos en su intento de mantener el statu quo a toda costa.
Pero también López Obrador ha cambiado en 2012. Conocido en su día por sus enérgicas denuncias sobre “la mafia que gobierna México”, ha suavizado su retórica y habla ahora de reconciliación, amor y entendimiento mutuo. Si en el año 2006 el lema de su campaña era “Por el bien de todos, los pobres primero”, su eslogan para este 2012 es la “República Amorosa”.
El anterior alcalde de Ciudad de México insiste todavía en un proyecto de alternativa política que ataque la corrupción y los privilegios, pero ha reformulado su mensaje político y forjado nuevas alianzas con algunos capitalistas destacados, al tiempo que va ganando una aceptación renuente entre quienes están desilusionados con Calderón y el PAN.
En un ensayo, López Obrador culpabilizó de los males de México no solo a los factores económicos sino también a la pérdida de valores culturales, morales y espirituales.
“Por eso nuestra propuesta para lograr el renacimiento de México tiene el propósito de hacer realidad el progreso con justicia y, al mismo tiempo, auspiciar una manera de vivir sustentada en el amor a la familia, al prójimo a la naturaleza y a la patria,” escribió (1).
En 2012, las reglas básicas han cambiado respecto a las de elecciones anteriores. Los espacios publicitarios en los medios han sido limitados, aparentemente para evitar el tipo de “guerra sucia” política que se puso en marcha contra López Obrador en 2006, y se han establecido mayores restricciones para evitar la difusión de propaganda electoral por parte de los entes gubernamentales.
Una campaña electoral ya de por sí corta se redujo aún más con el comienzo oficial de la campaña general el 30 de marzo, justo después de la visita del Papa, cuando México estaba cerrando todo y preparándose para las dos semanas de vacaciones de Semana Santa, momento en el que a la mayoría de los ciudadanos la política les importa un bledo.
Una Doctrina del Shock mexicana
Golpeada por la violencia, el escándalo y el desastre económico, una importante proporción del electorado mexicano –quizás la gran mayoría– está aturdida, confundida y agotada. El veterano analista político Enrique Semo escribió recientemente que una ciudadanía aturdida está paralizada psicológicamente e ideológicamente desarmada por años de imaginería mediática ofreciendo continuamente escenas de violencia extrema y una militarización estatal que supuestamente iba a combatir el mal.
“Su propósito es crear la incertidumbre frente al cambio, lo desconocido, el activismo social. Las protestas contra la vulneración de los derechos civiles son ignoradas,” sostuvo Semo. “Las quejas masivas de las ‘víctimas colaterales’ hechas públicas por el movimiento iniciado por Javier Sicilia son acalladas con promesas vagas…” (2).
Como telón de fondo de las elecciones, se estima que casi seis años de intensa violencia criminal y estatal han dejado tras de sí 60.000 muertos, más de 20.000 desaparecidos y 250.000 desplazados. Desde Ciudad Juárez hasta Durango, Tepic y más allá, las tumbas están llenas de cuerpos sin identificar. Aproximadamente 20 millones de personas no pueden adquirir la canasta básica, 8 millones de jóvenes no trabajan ni estudian y alrededor de un tercio de los ingresos familiares del segmento de la población que está en “mejores circunstancias” se dedica a saldar deudas, de acuerdo a los últimos informes aparecidos en los medios.
El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) señaló hace poco que cerca de un tercio de la mano de obra trabaja en condiciones precarias y de manera informal sin jubilación.
Y sin embargo la vida nunca ha estado mejor para el uno por ciento. En el último listado anual de multimillonarios de la revista Forbes aparecían 11 mexicanos, incluyendo a Carlos Slim, el hombre más rico del mundo con la friolera de 69 mil millones de dólares.
Mientras México sufre otra transición política vale la pena reexaminar dos indicadores fundamentales de una sociedad democrática: la libertad de prensa y el respeto por los derechos humanos. En el primer caso, la situación es nefasta con 80 periodistas asesinados y otros 14 desaparecidos en los últimos 12 años, de acuerdo a Reporteros sin Fronteras. Respecto del segundo, el hecho de que la sociedad civil exprese su opinión también resulta extremadamente peligroso.
Activistas francos como la madre chihuahuense Marisela Escobedo o la líder indígena oaxaqueña Bety Carino han sido asesinados junto a muchos otros durante los últimos seis años. La activista de derechos humanos de Ciudad Juárez Cipriana Jurado y el defensor de los bosques en el estado de Guerrero Rodolfo Montiel han recibido asilo político en los Estados Unidos, y recordando los días de los hermanos Flores Magón, quienes lucharon desde el exterior contra la dictadura de Porfirio Díaz hace más de un siglo, se acaba de formar la Asociación Mexicanos en el Exilio.
Prevalece la impunidad ante las violaciones de los derechos humanos, como las documentadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos donde se responsabiliza al Estado mexicano de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y de la desaparición del activista de Guerrero Rosendo Radilla en 1974.
La muerte el pasado mes de enero de Miguel Nazar Haro, ex jefe de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), profundamente implicado en la tortura y desaparición de guerrillas y disidentes durante la Guerra Sucia de los setenta, representó el triunfo total de la impunidad. Entrenado por Washington y reconocido agente de la CIA, Nazar Haro eludió a la justicia estadounidense después de ser condenado por su participación en una red vinculada con el robo de autos de lujo más de veinte años atrás, y durante la administración de Fox se escabulló de un breve arresto por sus supuestos delitos. Una vez le dijo a un entrevistador que la muerte lo alcanzaría antes que sus perseguidores. Acertó.
¿Tendrán voz los grupos marginales?
Teóricamente, las elecciones de 2012 ofrecen una oportunidad para que los colectivos marginales de la sociedad obtengan un peso mayor. ¿Cuáles son las expectativas para los migrantes, los jóvenes y las mujeres?
Por segunda vez se permitirá a los expatriados mexicanos votar en las presidenciales desde el exterior. Aunque el número de posibles votantes rondaba los cuatro millones de personas en 2012, solo 61.314 se registraron a tiempo. El Instituto Federal Electoral (IFE) había prometido incrementar significativamente el bajísimo número de migrantes que ejercieron su derecho al voto en 2006, pero las cifras de este año apenas superan los 56.749 votantes de las pasadas elecciones.
En un artículo a toda página publicado en el periódico La Opinión de Los Ángeles, personas relacionadas con el Frente Cívico Zacatecano, la Alianza Bi-nacional Braceroproa, la Hermandad Mexicana Nacional y otras organizaciones de migrantes exigían la creación de un comité asesor para asegurar que en el futuro el Gobierno mexicano se tome en serio la opinión de los compatriotas en el extranjero. Críticas similares ya fueron vertidas en 2006, pero seis años después los migrantes han vuelto a ser excluidos de las elecciones.
Según la organización civil periodística Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) de Ciudad de México, casi un tercio de los 78.881.795 votantes censados son jóvenes entre 18 y 29 años. Este año millones de jóvenes pueden votar por primera vez; la mayoría de los votantes menores de 30 recuerdan poco o nada de la larga etapa de gobierno del PRI. Sin embargo, muchos están desconectados de la política en general.
Es por eso que los partidos están utilizando métodos creativos para atrapar el voto joven. En Zihuatanejo, Guerrero, con motivo de la campaña del candidato a la presidencia municipal del PRD Jorge Allec se organizó una jornada de fiesta en la playa para los jóvenes en la que se celebraron concursos de belleza, el juego de la caza del cerdo, actuaciones de hip-hop y un partido de fútbol. Los ganadores recibieron premios en metálico, cupones para restaurantes y pudieron disfrutar nadando con delfines. El coordinador de campaña Adrián Maciel calificó de “excelente” la asistencia al evento, añadiendo que había que fomentar más la participación de los jóvenes.
Por su parte, las mujeres conforman el 51,86% del electorado y podrían decidir las elecciones, un hecho que ha tenido en cuenta el derechista PAN al presentar como candidata a la presidencia a Josefina Vázquez Mota, y a la activista contra el crimen Isabel Miranda de Wallace a la alcaldía de Ciudad de México, un puesto considerado por muchos como el segundo cargo político más poderoso del país. No obstante, ambas políticas representan un partido que quiere proteger constitucionalmente la vida desde el momento de la concepción; actualmente, el aborto está penalizado en 17 estados mexicanos.
Aunque en las últimas décadas las mujeres cada vez se involucran más en política, todavía encaran una dura batalla. Un enfrentamiento en torno a la reforma política de 2007 que exigía a los partidos ajustarse a la fórmula de género 60-40 para asignar candidaturas al Congreso sirvió para ilustrar lo mucho que aún les queda por andar a las mujeres en el viejo mundo masculino de la política.
Disgustadas con el proceso de selección de candidatos, miles de mujeres afiliadas a la coalición Movimiento Progresista de López Obrador presionaron a los partidos miembro para aumentar sus probabilidades de obtener un asiento en el Congreso. Mantenida fuera del primer plano durante mucho tiempo, al final la disputa llegó a oídos del IFE.
Cuando estaba a punto de cumplirse el tiempo límite para presentar candidatos, el IFE advirtió a todos los partidos políticos (con la excepción de la Alianza Nacional) de que habían incumplido la cuota de género. El supervisor de las elecciones federales amenazó entonces a los partidos con sanciones e incluso con la cancelación del registro de sus candidatos si no cumplían con la ley. Quejas, negociaciones y cambios de última hora dieron lugar a nuevas listas de candidatos que hicieron posible la reanudación del juego.
La escritora feminista Marta Lamas elogió al IFE por su intervención, alegando que la cuota de género era un paso en la dirección correcta. “Solo queremos lo que nos corresponde”, escribió Lamas. “Somos la mitad de la población, nos toca la mitad de la representación.” La paridad entre hombres y mujeres en política, continuaba, facilitaría la igualdad de género en el ámbito doméstico, en la escuela y en el trabajo, ayudando a establecer los fundamentos de “orden social más igualitario” (4).
Operaciones Tamal, Taco y Escucha
Mientras la prensa extranjera pone el foco en Ciudad de México y el despliegue de ostentosos actos políticos en la capital, buena parte de la acción está teniendo lugar en los estados, en lugares como Guerrero, donde las revueltas internas a propósito de la selección de candidatos amenazan con fracturar la coalición de López Obrador.
Además de Guerrero, los estados de México, Jalisco, Veracruz, Nuevo León, Puebla, Guanajuato, Oaxaca, Chiapas y Michoacán serán los campos de batalla decisivos. En varios lugares –Ciudad de México, México y Jalisco– las autoridades electorales están haciendo pruebas con máquinas de voto electrónico para las elecciones estatales paralelas.
En muchos casos, los estados decisivos son precisamente aquellos donde la violencia desestabilizadora es más intensa. Tal vez no sea casual que en las zonas políticamente estratégicas, una ola de secuestros, extorsiones y otras formas de presión contra los candidatos o posibles candidatos haya sido noticia en las últimas semanas. Existen otras señales de alarma. Por ejemplo, los informes de compra de votos y apoyo político gubernamental en las primarias presidenciales dentro del PAN que otorgaron la victoria a Josefina Vázquez Mota, la cual ha formado parte de ambas administraciones, la foxista y la calderonista.
Según se informa, Vázquez Mota y miembros de la cámara baja del Congreso habrían sido objeto de escuchas telefónicas y a través de Internet en este año. Otros escándalos que muestran viejas prácticas políticas, desaprobadas oficialmente pero al parecer bastante utilizadas todavía, incluyen la intoxicación alimenticia de más de 700 indígenas en Guerrero, los cuales fueron trasladados en masa a uno de los primeros mítines del PRI y enfermaron después de comer tacos, y la detención por parte de la Policía Federal de dos empleados públicos del estado de Veracruz, a los que se encontró en el aeropuerto con dos millones de dólares en efectivo en valijas. En su defensa, el gobierno estatal del PRI aseguró que el dinero era para pagar un festival de tamales.
La posible inyección de dinero procedente del narcotráfico en las campañas electorales es un tema candente este año. Aunque los partidos se han comprometido a realizar campañas limpias, no hay manera de poner fin a lo que sucede entre bambalinas: compra de votos, coimas y compensaciones a los medios a cambio de un reportaje favorable. Además, la coincidencia de las elecciones estatales con las federales complica aún más el seguimiento del dinero, pues los actos de campaña se superponen y ambas contiendas, gestionadas por separado pero íntimamente relacionadas, crean sus propias dinámicas políticas. Si el fraude se da en las próximas elecciones, es probable que ocurra antes del día de la votación, cuando todo el mundo esté mirando para otro lado.
Muchas encuestas dan la presidencia al favorito Enrique Pena Nieto del PRI. No obstante, existen numerosos factores que vuelven estas elecciones más volátiles e impredecibles de lo que pudiera parecer a primera vista. El anterior gobernador del estado de México podría convertirse en el próximo presidente de México, sobre todo si la participación es baja y/o el voto crítico de las mujeres y los jóvenes se inclina hacia él.
Los dos mayores conglomerados televisivos mexicanos llevan mucho tiempo señalándole para el puesto más importante de la nación mediante una amplia –a veces sutil y otras no tanto– cobertura en sus espacios. Pena Nieto podría ser el máximo beneficiario de la campaña truncada oficialmente, que, irónicamente, se redujo porque hubo quejas de la ciudadanía sobre el gasto excesivo y los periodos tan largos de campaña. Pero en una era mediática, queda por ver si los próximos debates entre los candidatos presidenciales cambiarán el resultado de la contienda. La primera confrontación está programada para el 6 de mayo.
Kent Paterson es periodista independiente y cubre el suroeste de Estados Unidos, México y América Latina. Colabora como analista para el Programa de las Américas
Traduccion por Sara Plaza Moreno
Fuentes de las citas:
(1) http://www.jornada.unam.mx/2011/12/06/politica/009a1pol
(2) http://www.proceso.com.mx/?p=301749
(INEGI) http://www.inegi.org.mx/
(4) http://www.proceso.com.mx/?p=303139