Por Kent Paterson
Si el mito de políticas post-raciales tal como fue propagado por los medios masivos de EE.UU. luego de la elección de Barack Obama no estuviera ya desgastándose, el estado de Arizona se aseguró de que fuera sepultado de una vez por todas.
En acciones conjuntas, la Legislatura del Estado de Arizona y la Gobernadora Jan Brewer no sólo aprobaron una nueva ley, la SB 1070, que criminaliza a los inmigrantes indocumentados y requiere que la policía verifique la identificación y arreste a cualquiera sospechado de estar en el estado sin papeles, sino que también puso fuera de la ley cursos de estudios étnicos en las escuelas públicas y prohibió a maestros con acentos (Mexicanos) que instruyeran a niños en escuelas. Ya antes, en 2000, Arizona terminó con la educación bilingüe en un tiempo en que la población de Latinos estaban expandiéndose rápidamente.
“Primero vinieron por nuestros cuerpos”, escribió el Profesor de la Universidad de Arizona Roberto Cintli Rodríguez luego de las últimas acciones legislativas. “Ahora vienen por nuestras almas”.
La nueva ley de educación de Arizona, que prohibe cursos que aboguen por el “derrocamiento” del gobierno de EE.UU. o creen “resentimiento” contra clases o grupos de personas, calzarían perfectamente con cualquier futuro libro de texto inspirado por el nuevo curriculum del Estado de Texas que resta importancia a la esclavitud, rehabilita a los líderes Confederados y resalta la importancia de los Estados Unidos como una sociedad temerosa de dios, que ama la libre empresa.
Los que propusieron la SB 1070 argumentan que se necesitaba una acción fuerte para controlar un influjo inmigratorio fuera de control y una ola de crímenes fronterizos ignorados por Washington.
Luego de que los críticos demolieron la ley por estimular el perfil racial, se modificó para prohibir el solo uso de raza, color u origen nacional como razón principal para que un policía detenga e interrogue a alguien, pero los expertos creen que esto cambiará poco en la práctica. Además, cualquier que esté acompañado por una persona no documentada puede ser plausible de ser acusada de transportar u ocultar a un “extraño ilegal” bajo esta nueva ley.
Los que apoyan la SB 1070 ahora recurren a legalidades en una tentativa para convencer al público que la ley no infringe los derechos constitucionales o pone a la gente de color como sujetos a detenciones y aprehensiones irrazonables.
El anuncio casi desapercibido de la Gobernadora Brewer este mes en el sentido de que destinará $ 10 millones en dólares de estímulo federal para promover la “seguridad” en la región fronteriza de Arizona garantiza que más y más gente se verán sujetas a ser detenidas e interrogadas.
Los fondos extra proveen incentivos financieros a las agencias policiales locales para investigar el contrabando humano, inmigración ilegal y tráfico de drogas.
La SB 1070 no puede verse aisladamente de otras acciones por parte de los mismos legisladores Republicanos e incorporados a la ley por la misma gobernadora.
El periodista investigativo Greg Palast escribe que cuando Brewer sirvió como Secretaria de Estado hace varios años, se vio implicada en esfuerzos para privar de derechos civiles a 100.000 o más votantes mayoritariamente latinos luego de las elecciones del 2004.
Tomadas en conjunto, las leyes de Arizona semejan a los Codigos Negros aprobados en el Sur de EE.UU. inmediatamente después de la Guerra Civil. Impuestas por los derrotados esclavistas y blancos aterrorizados de perder el privilegio de su piel, las infames leyes intentaban controlar el movimiento y residencia de los esclavos liberados, desviar su voto, y gobernar en general la relación entre el antiguo dueño y el negro “liberado” para beneficio del primero.
Tal vez no sea accidental que el Centro Sureño para la Ley de Pobreza en 2009 identificara 16 grupos de odio racista activos en Arizona, o los calabozos del Comisario del Condado Maricopa, Joe Arpaio, que la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos fue impedida de inspeccionar.
Para los que respaldan la SB 1070, la ley representa el último bastión de una América del mítico John Wayne acosada por hordas de invasores de piel oscura apoyados por absurdos liberales.
Repitiendo la habitual letanía de quejas contra los inmigrantes indocumentados por supuestamente sobrecargar los servicios sociales, tensar los presupuestos estatales y causar violencia y caos, Pearce recordaba a sus lecturas: “Los ciudadanos Americanos (blancos) están dejando California”. Como solución a la crisis inmigratoria, el Republicano de Arizona aboga por la eventual deportación de todos los inmigrantes indocumentados a través del desgaste – literalmente haciendo su vida tan difícil en los Estados Unidos, que se vean forzados a marcharse.
Para completar la tarea, Pearce ahora amenaza con introducir legislación que impediría a los bebés nacidos en suelo de EE.UU. de padres indocumentados ser reconocidos como ciudadanos de EE.UU. De aprobarse, dicha ley sería una bofetada a la Enmienda 14 de la Constitución de EE.UU. que garantiza la ciudadanía a personas nacidas en los Estados Unidos y representa otro desafío de parte de los republicanos de Arizona a la supremacía de la ley federal. Usando un lenguaje de código racista Pearce ha empleado el término “bebés de anclas” para describir a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en los EE.UU.
Los conservadores están bien conscientes que las políticas de hostigamiento y represión que constituyen la estrategia de desgaste se rebasan sobre ciudadanos de EE.UU. de ascendencia latina, muchos de los cuales fueron habitantes originales del Sudoeste. En este sentido la estrategia de desgaste podría ser vista como una purga racial, (o limpieza étnica).
El Telón de Fondo de la Reforma Inmigratoria
El desenmascaramiento de los Códigos Pardos de Arizona no puede entenderse sin examinar el cuadro mayor económico, político y cultural. A pesar de sus políticas centristas y hasta conservadoras, un presidente Negro, un procurador general Negro y una secretaria de Seguridad Interior Negra irrita a grandes sectores de la población blanca. Una dura caída económica y una recuperación incierta han dejado a mucha gente al borde o en la ruina. Todos los años, la población blanca disminuye en proporción a otros grupos raciales.
A comienzos del 2010, grupos defensores de los inmigrantes presionaron a la Casa Blanca y al Congreso para que se cumplieran las promesas de campaña del Partido Demócrata del 2008 en el sentido de implementar un camino hacia la legalización de un estimado de 12 millones de residentes indocumentados. La iglesia, activistas de los trabajadores y la comunidad aumentaron campañas y protagonizaron marchas masivas y algunos lideres de la comunidad de inmigrantes prometieron retirar el apoyo para los Demócratas en las elecciones de este año, si no se aprobaba una ley de reforma inmigratoria abarcativa. El Presidente Obama tomó nota y, concisamente, prometió trabajar por la reforma inmigratoria este año.
Entonces la ofensiva anti-inmigrantes se desató a alta velocidad. Aprovechando el momento, las fuerzas anti-inmigrantes se abalanzaron sobre el asesinato del ranchero de Arizona Robert Krentz a fines del mes de marzo.Aunque los relatos en las noticias y la blogoesfera señalaron a un “extraño ilegal”, nadie ha sido arrestado por el crimen y la identidad del asesino o asesinos verdaderos permanece desconocida. Es interesante notar que el asesinato ocurrió sólo días despues de que un grupo de Minutemen nativistas (civiles armados para combatir) anunció que estaba de regreso en la frontera de Arizona para conducir patrullas armadas.
Enfrentando un desafío de elecciones primarias de la derecha, el camaleónico Senador por Arizona John McCain, que una vez apoyó una reforma abarcativa de la inmigración, demandó que se despacharan miles de tropas de la Guardia Nacional a la frontera Estados Unidos-México- a pesar de la amplia evidencia que inclusive el “Los Angeles Times” recientemente documentó, de que, contrariamente a la violencia desatada por la droga en el lado mexicano de la frontera, el lado de EE.UU. es en general seguro e incluso más pacífico que muchas comunidades del interior del país.
Incluso luego que el Presidente Obama anunció que mandaría 1.200 hombres de la Guardia Nacional a la frontera sureña y solicitó unos 500 millones de dólares adicionales para “seguridad fronteriza”, McCain siguió quejándose de que no era suficiente para apretar las clavijas en la región.
Las estadísticas de crímenes existentes en la frontera contradicen la teoría de “violencia derramada” y la idea de que los inmigrantes indocumentados son responsables por una ola de crímenes, pero la realidad rara vez interviene en los mensajes anti-inmigrantes.
En lo que tiene toda la marca de una campaña orquestada, los nativistas, restriccionistas y racistas han estado llamando a las oficinas del Congreso, llenando los programas de radio de llamadas e inundando el Internet y páginas editoriales toda la primavera. Frecuentemente demonizan a los inmigrantes indocumentados tildándolos de tramposos del sistema de bienestar social, votantes ilegales. Bebés de anclas, sanguijuelas económicas, traficantes de drogas y criminales. El grito de combate es deportación en masa, y la reforma inmigratoria es el enemigo común.
Lo más notable es cómo la retórica sobre la clase baja y una verdadera charlatanería conduce y da forma a la política de inmigración de EE.UU. Como en 2006-2007, las perspectivas para la reforma inmigratoria se están negociando en términos dictados por la derecha.
Presentado a principios de este año, el proyecto Schumer-Graham sobre reforma inmigratoria en el Senado de EE.UU. enfatiza una más hermética “seguridad” en fronteras, un programa para trabajadores visitantes, la expansión de un sistema controversial de eligibilidad para empleo E-verify, una tarjeta biométrica de Seguridad Social y un trámite para la legalización de residentees indocumentados “duro pero justo”.
Aunque algunos grupos defensores de inmigrantes consideraron el proyecto Schumer-Graham como un paso adelante en el pantano legislativo, otros, como la Red Nacional para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados con base en Oakland advirtieron que el plan Schumer-Graham promovería el perfil racial, aumentaría la separación de fallas y resultaria en más “muertes trágicas” a lo largo de la frontera, ya que un cierre incrementado de las mismas empujaría a inmigrantes desesperados a intentar cruces cada vez más peligrosos.
El Sindicato Americano de Libertades Civiles criticó la propuesta de los senadores de obtener una identificación biométrica de los trabajadores como una tentativa “apenas disfrazada” para implementar un Documento de Identidad nacional. “Es inaceptable forzar a todos los trabajadores Americanos a que impriman sus huellas dactilares con el fin de trabajar,” dijo Christopher Calabrese del ACLU. Para los libertarios civiles, la prouesta Schumer-Graham y los Códigos Pardos de Arizona, son pasos gigantescos hacia la creación de un estado policial en EE.UU.
Los políticos demócratas, mientras tanto, parecen decididos a probar quién es más duro cuando se trata de seguridad en la frontera. Similar a los años de Bush, la reforma inmigratoria y un camino hacia la legalización parecen converger en la “seguridad” de la frontera, tomando medidas enérgicas contra los empleadores de inmigrantes indocumentados y haciendo la obtención de residencia y ciudadanía una tarea tan ardua como sea posible.
Joe Sestak, un ex almirante naval y nuevo nominado para la banca Demócrata del Senado de Arlen Specter por Pennsylvania, recientemente resumió la línea dominante de Washington cuando dijo que los inmigrantes indocumentados tendrían que “ubicarse en el final de la fila” cuando fueran procesados a través del decrépito sistema de inmigración.
Entrevistada en un reciente rally pro-inmigrantes en El Paso, la Representante del Concejo de la Ciudad Susie Byrd admitió que muchos compañeros Demócratas de fuera de la región fronteriza no comprenden cabalmente todos los problemas en juego en el debate por la reforma migratoria ni las realidades diarias de millones de personas que viven a lo largo de la frontera EE.UU.- México. En consecuencia, afirmó Burd, muchos terminan apoyando polítics policiales locales, proyectos gigantescos de cercos y otras soluciones militaristas que pisotean la libertad de movimiento del público.
“Tenemos que ser realmente cuidadosos en el nivel local, en la frontera EEUU-México, para asegurarnos que la reforma de inmigración no se produzca a expensas de nuestra comunidad,” dijo Byrd, agregando que el flujo de mercaderías y gente de un lado de la frontera al otro podría verse aún más interrumpido por una prioridad policíaca.
Derrotando a los Códigos Pardos
Mientras la reforma inmigratoria revolotea en los vientos de Washington, fuerzas a favor de la SB 1070 apuntan a exportar su ley a otros estados. Para contrarrestar un creciente boycott de Arizona lanzado por los que se oponen a la SB 1070, los que respaldan la medida planean una “Semana de Compras en Arizona” en Junio.
Mientras tanto, los que propician la deportación como Russell Pearce podrían hallar solaz en las continuadas detenciones y deportaciones (record) de la administración Obama de grandes cantidades de inmigrantes, que alcanzaron a casi 400.000 individuos en el 2009, según el grupo defensor de inmigrantes Voz de América.
Por otra parte, la oposición a la SB 1070 y sus códigos que la acompañan se está extendiendo como incendio forestal desde Arizona y el Sudoeste de EE.UU. hasta México y otras naciones. Incluso se convino una demostracion contra la SB 1070 en Ecuador, y denuncias contra la ley han llegado desde tan lejos como Rusia y Polonia. Figuras de la farándula de renombre incluyendo a Shakira, Los Tigres del Norte y Jaguares han prestado sus nombres y talentos a la causa.
La controversia ha incluso golpeado un centro nervioso de la cultura de EE.UU.: el baseball. Actualmente en gran parte Latino, el baseball se ha convertido en un campo importante para la lucha, con muchos jugadores de la Liga Mayor haciendo declaraciones contra la SB 1070 y un movimiento está levantando vapor para sacar el partido de Todas-Estrellas del 2011 de Phoenix. Numerosas demostraciones han seguido a los Diamondbacks de Arizona en sus viajes de primavera este año.
Importantes organizaciones de profesionales como la Asociación Antropológica Americana que cuenta con 10.000 miembros han praometido no concurrir a conferencias en Arizona mientras perdure la SB 1070. Hablando en una radio pública en Nueva Mexico, el senador por el estado de Arizona Richard Miranda, crítico de la ley, dijo que él no creia que la Gobernadora Brewer y los Republicanos comprendieron la extensión del “latigazo de respuesta” o impacto económico que desataría la SB 1070. “La oposición a esto no se está retirando”, dijo Miranda.
Extendiéndose desde desobediencia civil a desafíos legales y boycotts, las accciones contra la SB 1070 están siendo organizadas por un amplio espectro de grupos en los EE.UU. y en el extanjero.
El próximo Noviembre, el Estado de Arizona será enjuiciado ante un tribunal popular internacional en la Ciudad de México con el aval de la activista inmigrante estadounidense deportada Elvira Arellano y gran número de otros prominentes lulchadores, incluyendo individuos asociados al Comité de Organización de Trabajadores de Granja y el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios.
Además de la marcha masiva del 29 de Mayo en Arizona, se planea otra gran movilización ara del estado el 29 de agosto, 40 aniversario de la Moratoria Chicana de 1970 contra la Guerra de Vietnam. En gran medida, una gran energía espontánea está fluyendo del ultraje.
En última instancia, la derrota de los Códigos Pardos de Arizona dependerá de la movilización concertada de muchos grupos y sectores en los EE.UU. y a través de las Américas, así como de estrategias enfocadas para socavar los falsos mensajes que salen del movimiento anti-inmigrantes.
Por ahora, queda por verse si la Legislatura Estatal de Arizona y la Gobernadora Brewer – paradójicamente, voceros en los tiempos modernos del Partido de Lincoln- inspirarán a las fuerzas reaccionarias como lo hizo Carolina del Sur en 1861 y detonará una crisis política aún mayor a través de los Estados Unidos, o si experimentarán el equivalente figurativo contemporáneo del destino que sufrieron las fuerzas Confederadas que por breve tiempo anexaron a Arizona durante la Guerra Civil.
En ese episodio, los pro esclavistas fueron hostigados y superados en las maniobras por voluntarios de California, acosados por Apaches y finalmente vencidos por la milicia de Nuevo Mexico antes de retirarse a Dixie Land.
Kent Paterson es un periodista independiente que cubre el suroeste de Estados Unidos, México y Latino América. Es analista para el Programa de las Americas en www.americas.org
Traducido por: Maria Luis Etchart
Para mayor información:
La Industria de Prisión en las Sombras y los del Gobierno que la Permiten
https://www.americas.org/es/archives/2199
EEUU-México:¿Se modificará la agenda bilateral?
https://www.americas.org/es/archives/1600
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