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El 15 de octubre de 2012 en la madrugada los estudiantes de Tiri[1] son violentamente desalojados de su escuela e internado. La policía ingresa y los golpea brutalmente, detienen al menos a 168 jóvenes, presentan varios cargos contra 6 estudiantes y son trasladados a penales de máxima seguridad… al amanecer cientos de estudiantes estaban heridos.
La violencia del gobierno y la brutalidad de sus represiones son bien conocidas por lxs normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos de México (FECSM), en la historia reciente entre esos episodios que se repiten constantemente en la historia de las Normales Rurales, Ayotzinapa es sólo uno de esos: 6 personas asesinadas, 3 de ellas normalistas y la desaparición forzada de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Pero Tiri tiene su propia historia de represiones—algunas más recientes—pero el 15 de octubre se conmemoró una vez más aquella terrible represión que sufrieron en 2012. Los alumnos de cuarto año encabezan la marcha cargan una manta gigante con fotos de ellos mismos y sus compañerxs con los rostros ensangrentados y sus cuerpos golpeados. Las fotografías que muestran, inevitablemente recuerdan a las imágenes de los estudiantes golpeados, ensangrentados y asesinados el 2 de octubre de 1968… por desgracia seguramente a lo largo de la historia reciente de México se han generado muchas imágenes como esas, porque la represión ha sido una respuesta constante ante las resistencias.
Atrás de esas imágenes, quizá movidos por ellas marchan miles de estudiantes de distintas normales, de universidades, de algunas casas de estudiantes y la FECSM quienes se hicieron presentes para apoyar a los estudiantes de Tiripetío en el tercer aniversario de aquel violento desalojo, marcharon desde la Casa de Gobierno hasta el Palacio de Gobierno en el centro de Morelia Michoacán. Gritan y le dejan claro al gobierno: “nos golpearon, pero no nos derrotaron”.
En 2012
Los Normalistas de Tiri luchaban: por su educación y la de las próximas generaciones de normalistas, pero también por la de lxs niñxs a quienes enseñan.
Los Normalistas habían estado llevando a cabo diversas protestas exigían el ingreso de una nueva generación y por otra parte rechazaban los cambios que el gobierno quería imponer a su plan de estudios.
Los Normalistas conscientes de su función social, de las condiciones materiales de las localidades en las que desempeñan su labor docente y de las necesidades de lxs niñxs a quienes enseñan preferían mantener materias que les parecían de mayor trascendencia para su formación antes que aprender inglés o computación.
En las Normales Rurales lxs jóvenes no sólo aprenden de teorías de pedagogía y como enseñar español y matemáticas o las otras materias regulares, también aprenden –entre otros- de las tradiciones de su Estado, del cuidado de animales de granja, de la producción de alimentos. Todo eso es lo que ellxs van y enseñan en las comunidades, ayudan pues no sólo a lxs pequeñxs sino a toda la comunidad en general.
La educación que ellxs llevan a las comunidades es acorde a las mismas, necesitan muchas veces hablar las lenguas originarias de las comunidades, por ello el inglés y computación sería herramientas inútiles para su trabajo, por ello su decisión era conservar otras materias que consideraban más convenientes para reforzar su formación.
En 2015
La realidad no ha cambiado, lxs estudiantes llevan décadas siendo víctimas de las represiones gubernamentales, pero los jóvenes de Tiripetío, junto con lxs normalistas de las distintas Normales Rurales que conforman la FECSM siguen en pie de lucha, resistiendo los sistemáticos ataques del gobierno: que pretende y ha intentado de muchas formas desmantelar sus internados y escuelas. Lo tienen claro y se puede leer en la barda que rodea la Normal de Tiripetío: “Mientras la pobreza exista, Tiripetío tendrá razón de ser” y en este país
Notas:
[1] Así se le llama a la Normal Rural Vasco de Quiroga de Tiripetío, Michoacán.