En entrevista con el Programa de las Américas, la defensora de derechos humanos Elizabeth Yangana, integrante del Colectivo de Mujeres en Resistencia de Colombia, alertó sobre los grupos civiles armados.
Su país lo vivió en los años ochenta y noventa, con los tristemente célebres casos de las Autodefensas, grupos de civiles armados conformados para enfrentar la inseguridad, a los que el gobierno dotaba de armas e información para combatir a la guerrilla colombiana. El problema es que algunos de estos grupos estaban liderados por narcotraficantes o caciques, los cuales aprovecharon el apoyo del gobierno para formar ejércitos privados, lo que se conoce como paramilitares, y desplazar a comunidades enteras para apropiarse de sus territorios, una situación que sigue hasta la fecha, con millones de desplazados.
Alerta que esa situación puede llegar a presentarse en México, donde desde el año pasado han comenzado a proliferar grupos armados.
¿La experiencia mexicana tiene paralelismos con mexicana en materia de desplazados y grupos paramilitares?, se le pregunta.
“En cada país donde haya fuerzas conformadas por un interés económico, siempre va a haber desplazamiento y que buscan apoderarse de las comunidades para apropiarse del territorio. En Colombia con el paramilitarismo siempre buscaron consolidar un interés económico que beneficiaría a una clase en especial–en algún momento terrateniente, en otro para los narcotraficantes, pero siempre dirigido a un interés en especial. A una comunidad no la desplazan como a una persona, porque ‘no me cae bien’; cuando desplazan a una comunidad tiene que ver con qué es lo que hay en esa comunidad.
“Tanto en Colombia como en México no es extraño que haya desplazamientos que obedece a un interés. En Colombia el interés se suscitaba porque los territorios que se apropiaban (los paramilitares) eran usados como rutas del narcotráfico o para el cultivo de cocaína.”
Relata que como en México, en su país algunos grupos iniciaron labores de vigilancia en comunidades con altas dosis de inseguridad, entonces habitantes de ahí se unían para hacer rondines. La solución se desvirtuó cuando les comenzaron a ofrecer armas.
“Ese puede ser el peligro si no estamos bien consolidados. En Colombia también hubo grupos de personas que se unieron en los frentes de seguridad y esto era parecido a rondines o rondas, era por la mucha inseguridad que había y en un momento se organizaron frentes de seguridad que eran los mismos habitantes de un sector que hacían rondas para evitar que llegaran ladrones, pero la diferencia es que ellos no eran armados, por eso fueron cooptados cuando llegaron las Autodefensas, porque estas sí eran armadas.”
Añade, “Siempre hay un peligro, el arma te da poder, con armas indica que tiene más poder de coacción que una que no tiene.”
La minería agresiva
Yanagana alerta sobre otro problema en México y toda América Latina, incluyendo a su país. Se trata de los agresivos proyectos mineros encabezados por compañías canadienses, japonesas o europeas, que para la extracción de oro, cobalto y uranio emplean agresivos métodos. Ella observa una tendencia.
“Completamente, no es nuevo ni en vano que América Latina ahorita sea puesta en el escenario mundial. Cuando los países ricos y poderosos ven hacia acá hay que preguntarnos por qué ahora les interesa tanto América Latina. No es porque quieran hacer la carta, eso es mentira, tenemos que sacarnos esto de la cabeza, no es en vano que todos los países ricos hoy estén fijando los ojos en América Latina. Aquí hay una armonización con la naturaleza, aún creemos que la Pachamama (la Tierra) es un ser viviente y lo respetamos. No en vano se han concentrado muchos recursos naturales y por eso fijan sus ojos en América Latina, porque potencialmente para ellos es seguir teniendo lo que han tenido en el sistema capitalista, no es mentira, no es nuevo y el interés es desde la Patagonia hasta México.”
Describe algunas de las riquezas que hay en Los Andes, una zona que conoce bien.
“Uno de los mayores recursos naturales que hay es el agua. La guerra del próximo milenio va a ser por el agua y nuestros países andinos son ricos en agua, es un primer recurso natural y que es agotable, no renovable, desafortunadamente.
El segundo es el oro, también hay cobalto, uranio. En la era informática, el cobalto es de los metales que más se buscan y Los Andes es uno de los mayores depósitos. Hay empresas canadienses, inglesas y japonesas involucradas, esto no es aislado, esto es de los países del G-8 ”.
Sobre sus agresivos métodos de extracción dice que en su país de tres proyectos que han sido investigados, la conclusión es que ni en 300 años se recuperaría el medio ambiente dañado.
“Hay utilización de químicos, aparte de la tala de bosques que ha acabado con especies”.
Pero también destaca que a raíz de la preocupación por el cuidado del medio ambiente ante los grandes proyectos mineros, han comenzado a consultar a las comunidades antes de iniciar proyectos.
“Por Constitución, para presentar cualquier proyecto esto debe ser por consulta. No estamos contra el desarrollo pero tampoco el desarrollo puede venir a matar”, concluye.
Marco Antonio Martínez es periodista y colaborador con el CIP Programa de las Américas www.americas.org/es