Las formas de vida de los pueblos originarios son una alternativa para solucionar la crisis del clima porque como dice Alberto Pizango Chota, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana: los pueblos indígenas durante milenios conservaron un planeta vivo, en cambio, los países industrializados lo han recalentado apenas en cien años en nombre de un desarrollo incierto.
Los pueblos indígenas han vivido en sus territorios durante miles de años y han sabido adaptarse a los cambios, hay una memoria histórica en estos pueblos sobre cómo adaptarse y modificar el ambiente para que sus culturas sean sostenibles, dice José Proaño, de la organización Tierra es Vida. “Por ejemplo, durante 4 mil años el bosque amazónico en Ecuador continúa en excelentes condiciones porque hay en las culturas locales un conocimiento y un entendimiento de cómo relacionarse con el ambiente que la modernidad no respeta ni garantiza”, añade.
“El solo hecho de hablar de la Madre Tierra ofrece una perspectiva diferente al concepto de recurso natural, son dos visiones muy distintas que nos llevan incluso a admitir que la Madre Tierra debe tener sus propios derechos.
“En todas partes los marcos legales han sido muy permisivos para actividades atentatorias contra los ecosistemas y las culturas. Hablar de los derechos de la Madre Tierra es una posibilidad de futuro para los ecosistemas, para las culturas y para la humanidad. La idea del buen vivir proviene también de esta misma noción de los pueblos indígenas y ya hay dos países que han adoptado este concepto en sus constituciones: Bolivia y Ecuador.
“Es un hecho innegable que los pueblos indígenas han sido capaces de garantizarse a sí mismos su permanencia y la perpetuidad de la Madre Tierra, hasta ahora.”
Con esa convicción, Tierra es vida se ha sumado a un equipo multidisciplinario de fotógrafos, redactores y capacitadores de multimedia en el proyecto Conversaciones con la Tierra para que las comunidades puedan hacer sus propios videos, grabar a sus ancianos para perpetuar la memoria colectiva, editar y difundir sus producciones.
El objetivo es proyectar la voz propia de los pueblos indígenas sobre cómo están enfrentado el cambio climático y qué tipo de efectos están resintiendo.
“Tenemos ecosistemas de islas, por ejemplo, que están siendo inundadas por el aumento en el nivel del mar, mientras que en otros lugares hay problemas de sequía como aquí mismo en África”. Ecuador es un caso particular para Conversaciones con la Tierra porque es una denuncia sobre la forma equivocada como se está respondiendo al cambio climático.
Se trata de una plantación de pinos para captar CO2 pero emplazada en un ecosistema de páramo que es donde se genera toda el agua en la región. Los pinos nunca crecieron porque no estaban plantados en la altura adecuada, y la empresa encargada enjuició a la comunidad porque los pinos se quemaron cuando estaban secos.
Los demás casos relatan mediante videos documentales y fotografías cómo están cambiando los ecosistemas poniendo en peligro la sobrevivencia de la gente.
Kaylena Bray cuenta que en su pueblo la estación de lluvias ya no alcanza para cosechar el maíz blanco, el principal sustento de su dieta. Ella viene de Séneca, Nueva York, EEUU y considera que los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas se han vuelto también importantes para fortalecer la gobernanza.
“Necesitamos conocer, usar y difundir nuestras sabidurías, somos las personas que tradicionalmente estábamos conservando la Tierra. Ahora hay muchos problemas con la tierra y las aguas, y estos elementos son la vida para nosotros”.
Jesús Smith, de la Fundación para la Promoción del Conocimiento Indígena, del pueblo kuna de Ecuador, dice: “Estamos tratando de sobrevivir y aportando ciertos conocimientos tradicionales. Nuestros padres, nuestros abuelos, sabían cuándo iba a llover y cuando iba a hacer sol, sabían cuándo y cómo tomar prevenciones contra los huracanes.”
Ahora uno de los efectos directos que el pueblo kuna está sufriendo es el ascenso del nivel del mar por el deshielo de los glaciares. “Hasta nuestro Congreso Nacional Kuna ha sido cancelado tres veces por ese motivo porque vivimos en islas y hacemos nuestras cocinas en el piso y como la isla está inundada no podemos hacer nuestras comidas diarias”.
“Trabajo con el video participativo kuna porque nuestras culturas deben ser conocidas y respetadas en el mundo y estamos usando el video participativo para difundir: yo filmo y hago videos de la cultura y los efectos del cambio climático”.
Entre los trabajos realizados por videastas populares proyectados por Conversaciones con la Tierra en un salón de la Universidad Kuazulu Natal, Howard College Campus, destacan un video sobre la medicina tradicional que aprovecha la biodiversidad de la cultura kuna; otro acerca de los problemas de sequía, hambre y muerte de la cultura massai en Kenia y uno más que cuenta cómo los konkaak defienden su territorio y preservan sus ecosistemas en el noroeste de México, frente al Mar de Cortés.
Tom Goldtooth, director ejecutivo de la Red Ambiental Indígena, que representa a más de 250 comunidades originarias de América del Norte, se encuentra también en Durban a donde ha venido a defender los aportes de los pueblos indígenas, que “se han alimentado con una civilización sin fertilizantes químicos, plaguicidas ni combustibles fósiles, mediante métodos tradicionales de abordar con éxito la productividad de los cultivos, el suelo, la erosión y el control de malezas.
“Nuestra cultura nos enseña a tener respeto por la Tierra a la que llamamos nuestra Madre. Nuestra Madre Tierra es sagrada y nos esforzamos por mantener una relación armoniosa con ella en todo lo que hacemos.
Goldtooth considera que es necesario un marco de protección a los pueblos indígenas contra las amenazas de desplazamiento de sus territorios y violación de sus derechos humanos por los proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD+) y los mercados de carbono. Exigió una moratoria a REDD y el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra.
Llegó una representación indígena grande a la COP17 pero dado que las negociaciones se desarrollan entre gobiernos directamente, no pudo tener mayor impacto en los resultados oficiales y de ahí la importancia del trabajo y presencia de Conversaciones con la Tierra para lanzar una voz legítima, que presenta un amplio entendimiento sobre las transformaciones de la naturaleza causadas por la crisis del clima y una voz de alarma para subrayar que no sólo se están perdiendo especies sino que el mundo está a punto de perder culturas y un conocimiento profundo que forma parte del legado de la humanidad.
Alfredo Acedo se encuentra en Durban, Sudáfrica para cubrir al COP 17 para la agencia de información ALAI www.alainet.org. Es director de comunicación de la UNORCA México y colaborador del Programa de las Américas www.americas.org