El pueblo indígena Munduruku es una de las etnias más numerosas en Brasil, compuesto por 13 mil personas. Ha vivido por lo menos durante tres siglos a lo largo de 850 kilómetros en los márgenes del Río Tapajós, área de mayor reserva de oro del mundo, ubicada al oeste del estado de Pará, en plena selva Amazónica. Para la cuenca del Río Tapajós, el último gran río Amazonas sin embalses, el gobierno federal tiene prevista la construcción de siete grandes plantas hidroeléctricas, que tendrán un impacto directo en más de 100 aldeas indígenas.
La principal planta hidroeléctrica llamada “Complejo Tapajós”, prevista para que opere entre el año 2017 y 2020, es la de San Luis de los Tapajós, que inundará 722,25 kilómetros cuadrados. Será la tercera más grande del país.
La mayor parte de las aldeas a lo largo del rio sufrirán los impactos de este proyecto, no obstante, la Tierra Indígena Sawré Muybu será la más afectada con la hidroeléctrica. Los indígenas tendrán que salir de su territorio, ya que se tiene proyectada la inundación de una buena parte de estas tierras Sawré Muybu, inviabilizando la vida de estas familias.
“Esto es lo que quieren. Ellos quieren vernos lejos de aquí. Estamos en una guerra por la defensa de nuestro territorio y solo vamos a salir muertos de aquí”, dice al Programa de las Américas Rozeninho Saw.
Rememora sus orígenes, “Los Munduruku son reconocidos como grandes guerreros – la palabra ‘Munduruku’ fue atribuida a la comunidad en semejanza a las hormigas de fuego, ya que, así como ellas, sus antepasados partían siempre en colectivos bien organizados para sus expediciones de guerra.”
El plan del Gobierno Federal de desalojar a los Munduruku de sus tierras ancestrales es constitucionalmente inaceptable. El desplazamiento de los pueblos indígenas está prohibido por el artículo 231 de la Constitución brasileña. Pero, para defender este proyecto, el gobierno utiliza el argumento de que la tierra de Sawre Muybu no es reconocida oficialmente por el Estado.
La retórica del gobierno federal cayó al suelo y sus planes se han visto amenazados por un estudio realizado durante siete años por el órgano Fundación Nacional del Indio (FUNAI), estudio determinante para el reconocimiento legal de las tierras indígenas en este país, donde se reconoce la ocupación histórica del territorio Munduruku y define las limitaciones de dicho territorio de acuerdo a los lugares sagrados para los indígenas. Desde que finalizó dicho estudio en el año 2013, donde se detalla la identificación de las Tierras Indígenas Sawre Muybu, quedó detenido en la presidencia de la FUNAI y sólo se hizo público cuando se filtró en algunos espacios de comunicación.
“Tras una exhaustiva investigación de índole etnohistórica, antropológica, cartográfica, medioambiental y de ordenación del territorio, el Grupo de Trabajo (GT) responsable por las investigaciones reconoció la tradicionalidad del pueblo Munduruku en el territorio identificado”, relata el informe.
Tapajós: predominantemente indígena
El entorno Tapajós es una región donde también confluyen comunidades no indígenas en menor cantidad, aunque en muchas partes es casi inexistente, según el estudio de la FUNAI. Dicha colonización se dio en el siglo XIX, generado por la movilidad de mano de obra que requerían los proyectos extractivistas del caucho, declinando y desapareciendo junto con la caída de los precios del látex en los mercados nacionales e internacionales.
“Los pocos pobladores existentes eran forasteros que tuvieron que adaptarse al medio de vida indígena, y no al contrario”, afirma el informe. “ A este vacío demográfico de no indígenas en el área se contrapone una fuerte presencia de indígenas del pueblo Munduruku, así como de otras etnias que ahí habitaban desde antes de la conquista, sobre las cuales se sabe muy poco”.
Incluso hoy en día, la región sigue siendo prácticamente deshabitada por personas no indígenas, que utilizan el lugar solo para realizar actividades como la pesca depredadora y explotación de minerales muchas veces ilegales.
Según la FUNAI, órgano del gobierno brasileño que establece y desarrolla las políticas relacionadas con los pueblos indígenas, existen 11 Tierras Indígenas Munduruku en Pará. A lo largo del rio Tapajós están 10 de ellas, siendo que solamente dos están oficialmente demarcadas y las demás en proceso de demarcación.
Tierra Madre
El territorio indígena Sawré Muybu, reconocido en el estudio, posee una área de 178,173 hectáreas, con extensión de 232 kilómetros, abarcando parte de los municipios de Itaituba y Trairão en el estado de Pará.
La tierra de los Pueblos Indígenas Sawre Muybu, que incluye tres aldeas (Sawre Muybu, Ms Dace Watpu, Karo Muybu), es un lugar de gran importancia para el pueblo munduruku ya que de aquí se puede suministrar la totalidad de la población Munduruku del medio Tapajós. El río se divide en bajo, medio y alto Tapajós y desemboca en el Río Amazonas, donde se encuentran otras cuatro aldeas Munduruku: Praia do Mangue, Praia do Índio, Sawre Apompu, Sawré Juybu.
“Aquí somos una especie de tierra madre para las otras aldeas. Porque tenemos un territorio mayor. Parientes de otras localidades vienen a buscar alimentos, a casar y por materiales para sus herramientas de trabajo”, cuenta Rozeninho.
De acuerdo con el informe de la FUNAI, en la parte central del territorio Munduruku nacen los arroyos que drenan el agua al río Tapajós, “a partir de los cuales se crean ambientes que presentan características ecológicamente singulares en términos de composición de la flora y el habitad de las especies para la caza, que ofrecen a los habitantes de Sawé Muybu un stock de recursos necesarios y de obtención de alimento, materia prima para a elaboración de sus utensilios y construcciones”.
La Tierra Indígena Sawre Muybu abriga todavía decenas de lugares sagrados de los Munduruku, como los llamados Igarapé São Gonçalo y Igarapé do Fecho, que van a desaparecer si esta área se llegara a inundar. El pequeño canal de São Gonzalo, estrecho pero navegable, desemboca en el rio Tapajós exactamente donde se encuentra asentada la Aldea Vieja de los Munduruku.
“Ese canal es fundamental para la realización de uno de los principales rituales de los Munduruku, conocido como la Tinguijada. Es una región con presencia de muchas palmeras, además el copal y el árbol Patauá, razón por el cual son atraídas diversas especies para la caza”, consta el estudio de la FUNAI.
El sitio llamado Igarapé do Fecho, pequeño canal que también desemboca en lo Tapajós, tiene importancia fundamental en la mitología Munduruku. “Los pueblos indígenas creen que ha sido el lugar de nacimiento del río Tapajós “, sostiene Rozeninho.
De acuerdo con un documento del Ministerio Público Federal, que pidió a la justicia federal la suspensión de la licencia ambiental para la obra, entre la violación de los derechos de los Munduruku se encuentra “la violación de las áreas sagradas, relevantes para las creencias, costumbres, tradiciones, simbología y espiritualidad de estos pueblos indígenas, lo que es protegido constitucionalmente”, afirma el informe.
El territorio Sawré Muybu coincidía con la unidad de conservación de Flora Itaituba II y por este motivo no podría ser inundada. Pero en enero del año 2012, la presidenta de la República, Dilma Rousseff, redujo los límites de siete unidades de conservación, incluyendo la Flora Itaituba II, de forma que, el área ahora desprotegida que coincide precisamente con el territorio de los Munduruku, puede ser destinada para el embalse del complejo hidroeléctrico. Los limites de las unidades fueron alterados por el gobierno a través de la Medida Provisional (MP) n. 558/2012. Este acto fue convertido en la ley n° 12.678/2012.
Tapajós para o mundo
El inmenso rio Tapajós es formado por diversas islas, lagos y espacios que sirven como importantes sitios para la pesca, además de servir como vía de acceso a diversas áreas para la recolección de frutos del bosque como las conocidas castañas, la bacaba, o el burtiti y el copal entre otras. El Igarapé dos Fechos, por ejemplo, es un sitio donde el rio Tapajós muestra un estrechamiento en función de protuberancias en ambos lados del rio. Esta región tiene muchos afloramientos de granito en el lecho del río. Tapajós con sus altas corrientes y rocas por encima del agua presenta dificultad para la navegación de embarcaciones grandes.
Con el rio transformado en una secuencia de lagos, resultado de las represas formadas para las siete centrales hidroeléctricas, será posible establecer un sistema de navegación de los Tapajós con posición estratégica, ya que conectará los mayores centros de producción agrícola de Brasil, principalmente de la soja y el maíz de la región central y la explotación de diversos minerales, incluyendo oro y aluminio a gran escala de la región norte, del río Amazonas y el océano Atlántico.
Estas hidroeléctricas serán parte fundamental para la explotación de los minerales que se encuentran en la región. “Son absolutamente necesarias para el funcionamiento de la industria de la minería por la electricidad que les proporcionará. Este proceso consolida la negación de los derechos territoriales de los pueblos que ocupan la región”, afirma para el Programa de las Américas, Nayana Fernández, documentalista y activista de los pueblos de la región del río Tapajós, quien también realizo el documental “Indígenas Munduruku: Tejiendo la Resistencia”.
China – La empresa Eletrobrás Furnas, vinculada al Ministerio de Minas y Energía del gobierno federal, firmó un acuerdo de cooperación estratégica en el área de energía eléctrica con el grupo China Three Gorges International Corporation (CTG), con el objetivo de construir la planta Hidroeléctrica São Luiz do Tapajós. El acuerdo es parte de la estrategia establecida por la empresa para poder “posicionarse” entre los principales productores de energía del mundo.
Minerales para el mundo
La explotación del oro en esta región ha sido otro factor que se suma a los problemas ambientales que conforma el complejo hidroeléctrico de los Tapajós. Considerada la mayor reserva de oro del mundo, ella ha sido explotada desde la década de 1950, afirma el informe de la FUNAI. “El municipio de Itaituba fue, en década de 1980, el mayor productor de oro en el mundo, con una producción estimada de 10 toneladas de oro por mes, según la secretaria de minería y medio ambiente de Itaituba y la Asociación de los Productores de Oro de los Tapajós”.
De acuerdo con los datos del Departamento Nacional de Producción Mineral (DNPM), investigados por el estudio de la FUNAI, en la Terra Indígena Sawré Muybu ya existe el permiso oficial para su explotación, publicada en el año 2013, a favor de la Asociación de Garimpeiros da Amazonía. Es decir, el documento garantiza oficialmente los permisos para la explotación de dicho mineral. “Con todo esto, son 94 procesos protocolados por el Departamento Nacional de Producción Mineral que interfieren sobre los limites del territorio indígena Sawré Muybu”, esclarece el documento.
De acuerdo con el informe publicado en el año 2012 del Instituto de Estudios Socioeconómicos (INESC), entre el año 2000 y 2010, las exportaciones de los estados que componen la Amazonia Legal crecieron muy por encima de las exportaciones totales del país: 518% frente a 366%, de 5,000 millones de dólares en el año 2000, a 26,000 millones en 2010.
Solamente el estado de Pará fue responsable del 48% (12,800 millones de dólares) del valor exportado en 2010. Si se observa la pauta de las exportaciones, se nota un fuerte predominio de los productos minerales, seguido por los productos agropecuarios, en especial la carne. En el caso de Pará, tan solo las exportaciones de las empresas Vale, Alunorte y Albrás (hierro y aluminio) representan el 78% del valor exportado, (10,000 millones de dólares).
Tan solo la producción de aluminio consume casi el 6% de la energía eléctrica generada en el país. Según el especialista Celio Bermann, “El aluminio se vende a un precio insignificante para el mercado internacional y genera poco empleo. La mano de obra empleada para su producción es 70 veces menor que la generada por la industria de alimentos y bebidas, y 40 veces menor que la generada por la industria textil”.
En Brasil, la energía eléctrica es controlada principalmente por empresas transnacionales, que concentran el 70% de la distribución y el 30% de la producción de energía en el país. Por otro lado, el consumo de cerca del 30% del total de energía producida por las hidroeléctricas es consumida entre 665 grandes empresas.
Desde el año 2012 se había documentado la construcción de más de dos mil represas, que han expulsado a más de un millón de personas de sus casas y tierras, la mayoría de ellas (un 70%) sin ningún tipo de indemnización. Los países que mas invirtieron en Brasil en el año 2014, fue China, España y los Estados Unidos. La Inversión Extranjera Directa (IED) de China alcanzó los 1,161 millones de dólares, debido a un aumento de las inversiones en petróleo, distribución eléctrica y manufacturas, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de este año 2015.
Impactos
Aunque las obras no han empezado en el Tapajós, los impactos ya han comenzado a ser una cotidianidad para los Munduruku. “La no publicación y el ocultamiento de este informe que determina la demarcación oficial de las tierras Sawré Muybu ya es un impacto de las obras. Así como la iniciativa de auto demarcación –auto delimitación por los indígenas- de las tierras sagradas, en defensa de la continuidad de lo que es ser Munduruku y en la lucha para seguir viviendo en sus tierras ancestrales”, agrega Nayana Fernández.
Frente a las experiencias ya vividas por otras comunidades tradicionales en Brasil con la construcción de hidroeléctricas y de los análisis de los estudios que prevén la devastación del territorio, “Esta es la principal preocupación y foco de acción de los Munduruku para defender su territorio”, cuenta la documentalista.
Los complejos hidroeléctricos en otros ríos, como el río Teles Pires, o la presa de Belo Monte en el río Xingu, son una muestra de cuales podrán ser los impactos más radicales de este proceso.
“En el Teles Pires, por ejemplo, para que se haya construido la hidroeléctrica Teles Pires, las constructoras han dinamitado las cascadas conocidas como ‘Sete Quedas’, consideradas un sitio sagrado para los Kayabi, Apiaka y para los Munduruku. Esta tragedia etnohistórica se llevó a cabo sin consulta previa a las poblaciones locales, como lo contempla el Convenio 169 de la OIT, del cual Brasil es signatario”, asevera la documentalista.
Se esperan cambios drásticos en el paisaje, así como en el comportamiento del rio y de sus afluentes, y en su curso. A esto se suman los problemas sociales, económicos y de infraestructura generados en función de la implementación de espacios específicos para el trasporte de materiales, almacenamiento y los desechos.
Algunos de los impactos que ha retomado la FUNAI son: cambios en el nivel y el caudal del río; pérdida de vegetación y hábitats para los animales, especialmente en las áreas de bosque de pantano de agua dulce; interferencia con las rutas de migración de peces. Manatíes, tucuxis y tortugas amazónicas, jacaretingas, amarillo, nutrias, lagartos açus, gigante nutria y marsopas-rosa se verán afectados. Los sitios principales para la pesca también serán dañados. Con las inundaciones desaparecerán las islas, lagos y los igapós –flora amazónica dentro del agua- del río Tapajós.
Sin recursos para el reconocimiento de tierras ancestrales?
En mayo del año 2014, el Ministerio Público Federal (MPF) procedió con una acción civil púbica ante la Justicia Federal de Itaituba contra la FUNAI por la tardanza en la demarcación de la Tierra Indígena Sawre Muybu. Los Munduruku se reunieron con María Auguesta Assirati, ex-presidenta de la FUNAI, en Brasilia, en septiembre del año 2014. En esa ocasión ella admitió que la publicación del estudio con las circunstancias de identificación y delimitación de Sawré Muybu no se pudo realizar por interferencias de diversos sectores del gobierno interesados en el complejo hidroeléctrico.
En el año 2015, el MPF continuó insistiendo en la demarcación por medios legales. El órgano de la FUNAI fue obligada por la justicia a dar continuidad al proceso de demarcación. Y hasta que la Fundación no retomara la resolución, debería pagar un aproximación de 900 dólares por día al pueblo Munduruku. Hasta el momento la FUNAI pidió la anulación de la sentencia, pero todavía la Justicia no ha emitido una decisión final.
Según el Ministerio Publico Federal, en los argumentos presentados oficialmente en la corte, la FUNAI sostuvo que la prioridad en las demarcaciones actualmente se da a los territorios indígenas en el sur y sureste del país y que no hay disponibilidad presupuestaria para la región amazónica. De la misma forma, el Ministerio asegura que el argumento no se sostiene de que “no hay presupuesto para la publicación del informe”–el presupuesto público en este caso ya ha sido aplicado en la preparación del estudio.
“Sería un derroche de dinero público si el informe continua archivado, después de toda la inversión que se hizo para su realización y sobre todo, por la violación de un derecho constitucional de los pueblos indígenas”, dijo el procurador de la Republica Camões Buenaventura.
Frente de protección al territorio ancestral
El arte del Munduruku tiene como inspiración la figura de Jabuti –una tortuga de la amazonia. Sus leyendas dicen que su astucia y el espíritu de la colectividad logró vencer a los enemigos más temidos.
“En estos días, para superar las amenazas de exterminio de nuestro pueblo, tenemos que usar nuestra sabiduría. Los enemigos de los pueblos indígenas intentan hacer como la cobra grande, que aprieta sus presas hasta quebrar sus huesos y asfixiarlos. Pero Jabuti nos dio una lección en cómo derrotarlos”, afirma el pueblo Munduruku en una carta firmada colectivamente.
La única salida que ha quedado al pueblo Munduruku ha sido la auto demarcación de sus tierras ancestrales. La primera incursión de recuperación y reconocimiento de su territorio fue realizada en octubre del año 2014, usando como referencia los límites territoriales del propio informe de la FUNAI. Como el Gobierno Federal no reconoció el estudio realizado por este organismo, los Munduruku reanudaron la recuperación de sus tierras.
“La auto demarcación de la tierra indígena Sawré Muybu consiste en un movimiento de resistencia hacia las grandes obras y proyectos de desarrollo planeadas por el gobierno y las empresas multinacionales para la Amazonia (presas hidroeléctricas, explotación forestal, expansión de la agroindustria, etc.), así como la organización de frentes de vigilancia y protección del los pueblos nativos, a la luz las actividades ilegales de ocupación de sus tierras y la explotación de sus recursos naturales”, dice la carta colectiva de los Munduruku.
Recientemente los Munduruku terminaron un segundo proceso de recuperación y reconocimiento de su territorio, realizado en julio de este año 2015. “Estamos viendo aquí la destrucción que están haciendo personas en los arboles frutales. Nosotros cuidamos los arboles porque de aquí recolectamos los frutos y es lo que vamos a dejar para nuestros nietos, estamos viendo que ya no tenemos mucho, casi nada en nuestra tierra. De aquí tomamos la fruta para dar el jugo a nuestros hijos y ahora estamos viendo la destrucción. Siempre decimos que el pariwat (hombre blanco) no es consciente de ello. Por eso estamos haciendo el auto demarcación, ya que los pariwat están destruyendo los árboles, nosotros no pensamos como ellos, “dicen los Munduruku en su carta
Según Rozeninho, una reunión general de los Munduruku está prevista para septiembre de este año 2015, momento en que decidirán los próximos pasos y harán una evaluación integral del proceso de auto demarcación.
Fotos por Santiago Navarro F.