Monsanto es un ente de excepción. En la vida no es raro que incluso a las peores cosas podamos encontrarles algún rasgo positivo, pero las estrategias de esta multinacional productora de transgénicos y pesticidas son una representación tan acendrada del mal que ha sido fácilmente escogida como el blanco de la ira global contra las corporaciones capitalistas que están deteriorando la economía, la biodiversidad y la salud de la gente.
La movilización mundial contra la empresa, al calor del “acta de protección de Monsanto” expedida hace poco por la administración de Barack Obama1 y el pronunciamiento reciente de la Corte Suprema de los Estados Unidos a favor de las patentes de organismos vivos2, convocó el sábado 25 a millones de personas en el planeta, indignadas por la complicidad de los gobiernos con los intereses de las empresas trasnacionales.
El poder corruptor de Monsanto es inmenso. Una corporación que el año pasado facturó más de 14 mil millones de dólares3 y gastó 6 millones de dólares en cabildeo4, puede ser muy convincente para la misma suprema corte o ante el presidente estadunidense, no se diga con los funcionarios y legisladores mexicanos. Más que una empresa innovadora en tecnología, es un poder monopolista cuyo objetivo es el control a toda costa de la producción agroalimentaria mediante la desviación de leyes y la manipulación de patentes que legalizan el despojo a pueblos y naciones.
Pero el gigante biotecnológico, con sede en Missouri, EE UU, está en el ojo del huracán desde que diversos estudios alertaron sobre los peligros para la salud y la vida humanas que conlleva la ingeniería genética en alimentos. El año pasado se dio a conocer una investigación realizada en la Universidad de Caen, Francia5, que documenta los efectos del maíz transgénico NK 603 y el herbicida Roundup o Faena (glifosato) en mamíferos, ambos productos elaborados por Monsanto. Ratas alimentadas con esos ingredientes durante dos años, en dosis equivalentes a su exposición al medio ambiente, desarrollaron cáncer mamario y disfunciones crónicas hormonales, renales y hepáticas, además de sufrir muerte prematura.
Apenas en abril, la científica Stephanie Seneff, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), y un colega independiente, Anthony Samsel, concluyeron que el glifosato, herbicida de uso más extendido en el mundo, interfiere con la biosíntesis de nutrientes en el aparato digestivo y está en la génesis de enfermedades fatales asociadas a la dieta occidental: trastornos gastrointestinales, obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas, infertilidad, depresión, autismo, cáncer y el mal de Alzheimer6.
Preocupados por su salud y la de sus descendientes, activistas a favor de la alimentación sana y en defensa del maíz mexicano y el medio ambiente —en respuesta al llamado mundial contra Monsanto—, organizaron en la Ciudad de México el Carnaval del Maíz en el marco del día internacional contra la multinacional y demandaron al presidente Enrique Peña Nieto no dejarse comprar ni presionar por la empresa agroquímica sino privilegiar el bienestar de la población.
Centenares de jóvenes de organizaciones políticas, sociales, ambientalistas y colectivos artísticos marcharon del Palacio de Bellas Artes al Monumento a la Revolución en una atmósfera festiva, a batucazo limpio, con teatro, música, performances, danza y pancartas con leyendas ingeniosas, de buen humor o furibundas: “Monsanto, go home (hell)” o “No somos tu puto experimento científico”. El hashtag más difundido con remisión a las redes sociales fue #FueraMonsanto.
La fiesta callejera llamó la atención de transeúntes atraídos por la alegría y el color de las expresiones plásticas y las consignas en defensa de la alimentación y la cultura que refrescaron el repertorio: “Queremos frijoles, queremos maíz, queremos a Monsanto fuera del país”.
La participación abrumadora de jóvenes fue definida por Laura Carlsen, directora del Programa de las Américas entrevistada por el canal ustream Carnaval del Maíz, como resultado de “una nueva generación de activistas que rechaza los transgénicos y está convencida de que las corporaciones son una amenaza no sólo para la alimentación sino para la vida en el planeta. A escala global es muy importante la manera en que las luchas originadas en diversos países están por fin confluyendo. En EEUU empieza a reaccionar la gente, hay muchas redes de base, no son ONG, son ciudadanos que están organizándose y están dando lugar a la posibilidad de anular el Acta de Protección de Monsanto. Es una batalla que tiene mucho simbolismo y de los dos lados se está luchando con todo”.
Según Carlsen, es necesario avanzar hacia el establecimiento de condiciones para la soberanía alimentaria, la creación de bancos comunitarios de semillas, la consolidación de los espacios aún no controlados por Monsanto y la concientización sobre la importancia estratégica de la defensa del maíz nativo.
Como es sabido, México es el centro de origen de esta gramínea, a pesar de lo cual y desoyendo el reclamo de científicos, productores y consumidores el gobierno anterior autorizó cultivos a cielo abierto de maíz transgénico en fases experimental y piloto. En 2012, Monsanto y otras trasnacionales solicitaron permisos para pasar a la fase comercial con la siembra de más de un millón de hectáreas en Sinaloa y Tamaulipas, en el norte del país. Las solicitudes caducaron este año aparentemente sin respuesta del gobierno pero las empresas escalaron la apuesta solicitando en marzo más de 11 millones de hectáreas para el mismo propósito, en los estados norteños de Chihuahua, Coahuila y Durango7.
Los funcionarios y legisladores mexicanos son proclives a Monsanto y sus productos. Desde 2005 han venido pavimentando el camino legal para la invasión transgénica. Sólo la presión social y el cálculo político han impedido que vayan más aprisa.
Para los manifestantes del sábado queda claro que aceptar los planes de Monsanto sería un atentado a la soberanía alimentaria, a la preservación de la riqueza agro genética del maíz mexicano y al derecho de los campesinos a mantener su importante labor como productores de alimentos. En suma, un atentado contra el derecho a la vida.
En lo que va del año se han intensificado los actos de rechazo a Monsanto y al maíz transgénico, a partir de un ayuno colectivo de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas durante 9 días en enero, frente al Ángel de la Independencia, que colocó la demanda en la opinión pública y en la movilización multitudinaria del día 31. También el movimiento Sin Maíz No Hay País, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la organización Greenpeace México, entre otras, han realizado declaraciones, manifestaciones y actos de gran impacto. Como la colocación de una gigantesca leyenda NO OGM en el monumento llamado Estela de Luz que ha sido convertido en símbolo de la corrupción gubernamental8.
Las acciones han estado inspiradas por una preocupación genuina por la salud de la gente y el cuidado del ambiente, basada en información verificable obtenida a partir de estudios serios realizados por científicos capaces y sin conflicto de interés.
Pero cuando a empresas como Monsanto se les demuestra que sus productos son un veneno, en vez de rectificar realizan campañas de mentiras para engañar al público y emprenden operaciones difamatorias contra los científicos que demuestran la nocividad de sus productos. Una empresa decente retiraría inmediatamente de circulación sus mercancías y se preocuparía por garantizar la inocuidad de sus existencias. A todas luces, Monsanto no es de esa clase. Pero hay que reconocerle que no muchas corporaciones tienen el mérito de concitar un movimiento global tan vistoso en su contra.
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1. http://www.examiner.com/article/obama-grants-monsanto-immunity
2. http://www.eluniversal.com.co/cartagena/economica/corte-suprema-de-estados-unidos-falla-favor-de-monsanto-en-caso-de-patentes-1193
3. http://www.jornada.unam.mx/2012/12/07/opinion/027a1pol
4. http://guardianlv.com/2013/05/monsanto-protested-in-36-countries/
5. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0278691512005637
6. http://www.mdpi.com/search?authors=Stephanie+Seneff
7. http://imagenagropecuaria.com/2013/monsanto-solicita-tres-permisos-para-sembrar-maiz-transgenico/
8. http://www.youtube.com/watch?v=8a6p58Tbldk&feature=player_embedded