Argentina y sus paradojas electorales

mapa-de-elecciones-2013Por Emiliano Gullo y Diego González

Las elecciones legislativas–realizadas el domingo 27 de octubre–reconfiguraron el escenario político de Argentina y profundizaron aún más la incertidumbre sobre la sucesión presidencial para 2015. Es que si bien el oficialista Frente Para la Victoria (FpV) perdió en los principales distritos del país, en términos cuantitativos fue la fuerza que más votos obtuvo a nivel nacional y ahora tendrá, aunque ajustada, mayoría en ambas cámaras del Congreso: sumó cinco bancas más en Diputados y en Senadores será la primera minoría desde el 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos parlamentarios. Estos comicios, en los que se renovó la mitad de diputados y un tercio de senadores, estuvieron marcados por la ausencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La mandataria se encuentra en reposo absoluto, atravesando un pos operatorio y sin recibir noticias sobre la coyuntura política, luego de que fuera intervenida quirúrgicamente por un coágulo cerebral el 8 de octubre pasado.

El nuevo esqueleto político ya había comenzado a prefigurarse con los resultados de las Primarias Abiertas y Simultáneas Obligatorias (PASO), realizadas el 11 de agosto. En esa suerte de ensayo electoral, en el que en muy contados casos se resolvió efectivamente la interna partidaria, habían comenzado a delinearse los protagonistas que se impondrían poco más de dos meses después. Pero en las elecciones “reales” del 27 de octubre, los márgenes se ampliaron a favor de la dispersa oposición al kirchnerismo. El combate más importante se dio en la provincia de Buenos Aires, principal núcleo con 11 millones y medio de electores habilitados, algo más de un tercio de total nacional.

El hombre elegido por Cristina Fernández para representar a su movimiento en la provincia de Buenos Aires fue el joven intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Formado a la sombra del caudillo lomense y ex presidente Eduardo Duhalde, a los 43 años Insaurralde tuvo por tarea fundamental taponar el crecimiento de otro joven político, aunque con mayor trayectoria pública y de cuño conservador: Sergio Massa.

El intendente de Tigre, Massa de 41 años, creció dentro del partido de la Unión del Centro Democrático (UCeDé), creado por el ultraliberal Álvaro Alsogaray. Atraído por el menemismo se fusionó, junto con toda la UCeDé, dentro de la derecha peronista. Sin embargo, en 2008 se tomó licencia de la intendencia y aceptó ser jefe de Gabinete de ministros de la Presidenta. Pero un año después se retiró del Gobierno y comenzó a jugar para la oposición. Con su nueva fuerza, el Frente Renovador, el domingo pasado sacó el 43,92 por ciento de los votos, mientras que Insaurralde no superó el 32,18. El hombre de Tigre amplió el margen de las PASO, en las que había obtenido el 36,7 por ciento frente al 31, 3 de su contrincante del FpV.

Para el gobernador de la provincia, Daniel Scioli, que aspira en convertirse en el candidato presidencial por el oficialismo, el desempeño electoral que tuvo Insaurralde se convirtió en una molestia. “En ausencia de Cristina, el incremento de la ventaja de Massa respecto de las primarias impacta en forma directa sobre el gobernador Scioli, cuya expresión en la conferencia de prensa posterior al primer informe oficial y en el acto de la noche era indisimulable, igual que la del resto del oficialismo bonaerense”, escribió días después Horacio Verbitsky, influyente periodista conocedor de los rincones de la casa Rosada.(1)

¿Quien ganó las elecciones?

El domingo por la noche, con la elección ya resuelta a su favor, Massa se erigió como el gran ganador de la jornada. Así festejaban los editorialistas de los diarios opositores al Ejecutivo nacional. “Los números, los gestos y las palabras radiografiaron anoche, con rigurosa fidelidad, la peor derrota electoral del Gobierno en una década. Una caída que podría emparentarse a una debacle”, escribió al otro día el editor de Clarín, Eduardo Van Der Kooy (2).

“El Gobierno ha recibido una previsible y dura derrota, que no sólo marca un fin de ciclo, sino una merma en su poder político para gestionar los dos años que le quedan”, dijo en su columna de opinión de La Nación el editorialista Orlando D’Adamo (3).

Al margen de los deseos de algunos conglomerados mediáticos, lo cierto es que el kirchnerismo fue la fuerza que arrastró la mayor cantidad de sufragios a nivel nacional: 37,75 en Senadores (casi 2 millones de votos) lejos del PRO que con 20, 51 volvió a ratificar su eterna dificultad por trascender su presencia porteña para convertirse definitivamente en una fuerza nacional.

En tanto, en Diputados cosechó el 32,68 (más de 7,6 millones de votos), mientras la UCR no perforó el 21 por ciento. Más atrás todavía quedó el aplaudido Frente Renovador conducido por Massa, con el 16.5.  Esto se traduce en un aumento de legisladores oficialistas en ambas cámaras; asegurándose, aunque de manera ajustada, la mayoría en la Cámara baja y en la Cámara alta.

Paradoja; el gobierno sale fortalecido en lo que a su representación en el parlamento refiere que, a fin de cuentas fue lo que se votaba. Sin embargo, en lo simbólico, si a las elecciones se las piensa como un plebiscito de gestión, el golpe fue duro. Así lo graficó al otro día de las elecciones Mario Wainfeld, editorialista del diario Página 12: “El Frente para la Victoria confirmó que es el partido con más votos en el total nacional, a respetable distancia del segundo. Que tiene la mayor cantidad de bancas en las dos Cámaras del Congreso nacional, que fue el que más agregó ayer. Estará a tiro de conseguir mayorías propias, articulando y negociando con aliados estables, como viene practicando desde hace dos años. En ese aspecto esencial, el kirchnerismo salió bien parado. Su piso electoral es alto, se parece bastante a lo que obtuvo en 2009”. (4)

Es que uno puede ver estos resultados a la luz del 54 por ciento del 2011 y la conclusión será una. Pero, si se comparan estos números con las legislativas del 2009, que contaron con la participación de Néstor Kirchner como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, se evidencia que el oficialismo nacional obtuvo ahora 8 diputados más, y sumó otros 7 senadores. En 2009, Kirchner también perdió. Terminó segundo, debajo del empresario Francisco De Narváez por escasa diferencia.

Ante ese batacazo dado por la derecha, también en esa ocasión los opositores hablaron de “fin de ciclo”. Pero dos años más tarde -lo mismo que hoy falta para las próximas presidenciales- Cristina Fernández se llevó puesto todos los pronósticos y fue reelecta con el 53,8 por ciento de los votos; cifra sólo superada por Juan Domingo Perón. Un año antes de la reelección de Cristina, en 2010, había fallecido súbitamente el ex presidente Néstor Kirchner. Será el turno ahora de ver qué forma asume el retorno de la presidenta a la primera línea de mando. Será el momento de que el kirchnerismo muestra que posee la iniciativa política y que, nuevamente, demuestra una de sus principales virtudes; su capacidad de renovarse.

Candidatos en pista, en sus marcas, ya…

Del otro lado de la avenida general Paz, que separa la Provincia de la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de gobierno Mauricio Macri (PRO) arrasó en las urnas y aprovechó el envión para lanzar su campaña para el 2015. El mismo domingo de las elecciones, en un eufórico y bullicioso bunker de campaña, decenas de chicos y chicas subieron al escenario con remeras amarillas (el color de su partido) estampadas con la leyenda: “Macri 2015”

Es el primero de los “presidenciables” en lanzarse oficialmente a la caza de La Rosada. Al igual que en las primarias, el desempeño de la ya legisladora Gabriela Michetti estuvo muy por encima del FpV. El PRO alcanzó el 34,46 por ciento, segundo se ubicó UNEN, con el ex director de cine Fernando Pino Solanas y la siempre opositora Elisa Carrió (32,23), y recién en el tercer puesto apareció el ex ministro nacional de Educación Daniel Filmus y el legislador Juan Cabandié. En un terreno históricamente árido para el peronismo, estos resultados implican que Filmus no renovará su banca y, así, el kirchnerismo dejará de tener un senador por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

De las mismas elecciones se desprende la principal debilidad del líder del PRO. Es que a nivel nacional, al contrario de lo que le sucede al FpV, el macrismo carece de estructura suficiente, al menos por ahora, para ganar en las grandes provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza. Habrá que observar de qué manera transitan los opositores los dos años que faltan para el recambio del Ejecutivo y las eventuales alianzas que puedan tejer. Por lo pronto, Massa –ideológicamente cercano al PRO- se alejó de Macri y, a su modo, anunció que también competirá por hacerse del poder central.

Aunque fue directo en la crítica al jefe del PRO al asegurar que “es una falta de respeto hablar ahora de 2015”, rápidamente anunció que va a “salir de Tigre para recorrer el país”. Más cruda fue “Lilita” Carrió. Entusiasmada por el segundo puesto obtenido en la capital, la líder de UNEN adelantó: “Me voy a presentar a presidente en una interna abierta”.

Más dudas recorren al oficialismo de cara al 2015. La Constitución Nacional no permite más de dos mandatos consecutivos. Cristina Fernández ya cumplió uno, 2007-2011, y va por el segundo 2011 – 2015.

Daniel Scioli, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, subió a la arena política de la mano de Carlos Menem, quien lo catapultó como un héroe nacional por su pasado como motonauta. Ferviente católico y con lazos activos con el Vaticano, supo ser aliado de Eduardo Duhalde e ideológicamente se siente más cómodo recostado a la derecha de Cristina. Aunque sabe que dentro del FpV no lo reconocen como propio, también es consciente de la falta de recambio que padece el kirchnerismo.

Otro que aparece en carrera es Jorge Capitanich. El gobernador del Chaco encabezó la lista de senadores en su provincia y, a pesar de ganar por seis puntos, no sacó la ventaja que se esperaba.

Con más bajo perfil pero con las mismas oportunidades emerge el nombre de Sergio Urribarri, también gobernador, pero de Entre Ríos. Urribarri tuvo una gran performance en los comicios. Su lista, que lo llevaba como senador suplente, obtuvo el primer lugar con el 46,61 por ciento, relegando a un lejano segundo puesto a la Alianza Union Por Entre Rios (Peronismo disidente + PRO) con el 23,43.

Paradojas en la política a partir de una legislativas. Cada cual hará su propia lectura y sacará sus propias conclusiones. Lo que es seguro, es que todos, a partir del lunes 28 están mirando a octubre de 2015.

Diego González (gonzalezdiefofernando@gmail.com) es periodista en Buenos Aires y analista para el Programa de las Américas. Su blog es www.diegofgonzalez.blogspot.com. TW @diegon2001.  Emiliano Gullo (emilianogullo@gmail.com) es periodista en Buenos Aires y analista para el Programa de las Américas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(1)   http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-232294-2013-10-28.html

 

(2) http://www.clarin.com/politica/Frente-peor-derrota-decada_0_1019298160.html

 

(3)  http://www.lanacion.com.ar/1633183-la-perdida-de-poder

 

(4) http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-232290-2013-10-28.html

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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