Dicen en el COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) –la organización que Berta Cáceres fundó, que ella no se murió: se multiplicó; que el 2 de marzo no fue la muerte de Berta, sino la siembra, su regreso a la tierra que tanto defendió cuando aún respiraba, antes de que los asesinos le quitaran la vida.
Quizás nunca ha sido tan preciso hablar de “sembrar” una vida en muerte como en el caso de Berta. El COPINH ha sobrevivido y crecido, a pesar de los embates del gobierno corrupto y represivo de Juan Orlando Hernández, que cuenta con el apoyo de la embajada de Estados Unidos. El tejido de organizaciones, grupos, medios e individuos que a nivel global se solidarizan con el COPINH es más fuerte y denso. Desde su muerte, se han escrito muchos libros, artículos, canciones y poemas sobre Berta y su lucha, aunque ninguno tan elocuente y claro como sus propias palabras que también dejó sembradas.
Para conmemorar el aniversario, hablé con dos de sus hijas, Laura y Bertha Zúñiga Cáceres, quienes se han convertido en dirigentes de COPINH y referencias en la resistencia indígena, feminista, política y social en Honduras.
Laura Zúñiga explica: “La imagen de mi mami ha inspirado de diversas formas, yo creo que una de las formas en que nos ha inspirado es el liderazgo de las mujeres: cómo podemos asumir las luchas, cómo podemos liderar estos procesos que implican rebelarse contra estas empresas, pero también implican aprender a soñar en conjunto, aprender a romper con el patriarcado y el machismo que nos ha intentado sacar de la vida pública, de la vida política. Hemos logrado que el río Gualcarque siga fluyendo, hemos logrado señalar a los culpables del asesinato de mi mami, pero todavía quedan muchos retos.”
“Las mujeres a lo largo de la historia, sobre todo en la historia de nuestros pueblos indígenas, hemos sido las que hemos guardado las memorias de resistencia, hemos aprendido a tejer, conspirando incluso contra la violencia del patriarcado, contra los poderes que han intentado borrar nuestra identidad. Hemos sido las mujeres también que hemos desafiado las formas incluso de pensar tradicionales, porque seguimos cuestionando la opresión y el poder en lo más profundo —en las familias, en nuestro interior, en nuestros compañeros. Y creo que es repensar la vida, repensar la dignidad, desde lo que está más externo hasta lo que tenemos interiorizado es bien importante. Además, somos las mujeres que nos estamos fajando, digamos, en los momentos más adversos y esto lo hemos visto con el liderazgo de mi mami, pero también de un montón de liderazgos de mujeres dentro de las comunidades en Honduras.”
Destaca que la concesión para el “proyecto de muerte” de la hidroeléctrica sigue en manos del Banco Centroamericano de Integración Económica, que la empresa DESA no ha sufrido repercusiones graves a pesar de su participación directa en el crimen, que no han sido juzgados los autores intelectuales del asesinato de Berta, que continúan los ataques contra defensores y defensoras de tierra y territorio, y la promoción del modelo extractivista sigue sin parar en el país.
Bertha Zúñiga Cáceres es actualmente coordinadora general del COPINH. Habla sobre la muerte de su madre: “Para el pueblo Lenca, por supuesto fue un momento de quiebre bastante fuerte, pero por eso decimos que Berta se ha multiplicado, porque las comunidades continúan en este proceso —con sus obstáculos y sus problemas, enfrentando todos los desafíos a nivel cotidiano y en este sentido, todo este proyecto emancipatorio que construyó la compañera Berta Cáceres se continúa materializando.”
Bertha habla del trabajo de su organización en los últimos 5 años: las radios comunitarias que informan y mantienen viva la cultura, la investigación para la lucha, la denuncia no solo de las empresas, sino también de las entidades financieras que hacen posible los proyectos que violan los derechos humanos de los pueblos como Agua Zarca, y del estado que se encarga del despojo. COPINH sigue articulando la oposición a los proyectos extractivistas, defendiendo el territorio, y también la cultura, la identidad y la sabiduría ancestral. Tiene proyectos de salud, educación, comunicación y contra las violencias.
¿Y cómo va la búsqueda de justicia y verdad en el caso del asesinato de su madre? Sostiene Bertha: “Este proceso va bastante lento y es que nos enfrentamos con el muro principal que es la NO voluntad del estado de Honduras de enjuiciar y sancionar a los responsables, los tomadores de decisiones, los máximos responsables en este crimen. Hemos tenido la posibilidad de conocer sus nombres y de conocer información que normalmente en casos emblemáticos y en crímenes de alto impacto no se encuentra, sin embargo, el estado de Honduras ha hecho todo lo posible para no aclarar el crimen porque hay un pacto de impunidad, un pacto de corrupción, porque esta familia, Atala Zablah, forma parte del grupo de poder que tiene una impunidad especial y ha pactado con este gobierno.”
Laura contesta qué es lo que la mantiene en la lucha: “Para mí lo más importante es rebelarse ante la muerte, es la rebeldía, es no aceptar que la violencia tiene que desmovilizar o el miedo nos va a sacar de la convicción de que es necesario la justicia para este país. La otra cosa es el amor hacia nuestra madre, es la tremenda indignación, el tremendo dolor que nos dio este caso, y la necesidad de la no-repetición que en este país es difícil. Eso es lo que nos mueve: desmontar este sistema de muerte que vivimos hoy en el país.”
Siguen las actividades del COPINH esta semana, que es también el cumpleaños de Berta Cáceres, dos días después del aniversario de su muerte (se puede encontrar más información en la página: https://copinh.org/). Su organización, su pensamiento, sus palabras, sus hijas y sus convicciones son semillas que dan frutos en un clima hostil.
Ver el video: https://www.youtube.com/watch?v=mktzkud7FPI&t=4511s
Columna publicada originalmente en desinformemonos.org