En el corazón vibrante de América Latina, un movimiento imparable ha estado cobrando fuerza, desafiando las estructuras de poder arraigadas y dando voz a millones de mujeres, lesbianas, trans y no binarias. El 15° Encuentro Feminista en América Latina, celebrado el año pasado, se erigió como un faro de esperanza, un espacio donde la resistencia se entrelazó con la renovación, donde las historias de lucha se tejieron con los hilos de la solidaridad.
Encender el Fuego en El Salvador
La llegada a El Salvador, impregnada del sabor salino del océano Pacífico, resonaba con un calor que iba más allá del sol abrasador. Entre los cubículos de Migración, los funcionarios notaban los pañuelos verdes en las maletas, símbolos de quienes se dirigían hacia la costa de Sonsonate, donde la marea del feminismo desde el Sur Global se alzaba con fuerza.
Desde el primer instante, las conversaciones se tejían con dudas: ¿Cómo un encuentro feminista podría tener lugar en un país gobernado por un presidente anti-derechos como Bukele? ¿Cómo marchar en un país con restricciones tan severas a la protesta? Sin embargo, la confianza en la organización del 15 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC) prevalecía, respaldada por años de credibilidad forjada en la comunidad feminista.
Una Odisea de Resistencia y Renovación
Aproximadamente 2 mil asistentes se reunieron, durante cuatro días de intensa actividad. Las asambleas, cada una con su metodología y liderazgo propios, abordaron siete temas cruciales: procesos democráticos, fundamentalismos, economías feministas, derechos reproductivos, diversidades, decolonialismo y protección a defensoras.
Las asambleas arrancaron a base de unas preguntas y declaraciones que alimentaron debates profundos, enriquecidos por las experiencias directas de las participantes. En la asamblea sobre economía feminista, el enfoque en los cuidados marcó una discusión vibrante sobre la autonomía económica, la economía de cuidados y la necesidad de políticas integrales de salud para garantizar una vejez digna.
Las tardes se llenaron con foros sobre el autocuidados y el cuidado colectivo, estrategias para diversificar el financiamiento de ONG. Se abrieron conversaciones incómodas sobre conflictos al interior de las organizaciones, la sororidad y la resolución de conflictos desde una perspectiva feminista. Los diálogos intergeneracionales buscaban tender puentes entre las experiencias de las feministas más jóvenes y las mayores, ya que éste es uno de los retos identificados en todos los países y que genera una brecha intergeneracional, de luchas y procesos.
La Resistencia en Marcha
Las noches , envueltas en luces neón, resonaban con la música y la poesía de mujeres artistas, creando un espacio de celebración y resistencia. A través de todo esto, emergió un sentido de comunidad, solidaridad y esperanza que trascendía las fronteras geográficas y generacionales.
El Encuentro fue un espacio para la reflexión y también un lugar de celebración y arte. Las calles se convirtieron en escenarios improvisados, donde poetas, cantantes y bailarinas expresaron la fuerza y la belleza de la resistencia. El arte se convirtió en un lenguaje universal que trascendió las barreras lingüísticas y culturales, uniendo a las participantes en un sentido de comunidad y pertenencia.
La organización del evento, que llevaba meses enfrentó desafíos y críticas. Algunas activistas plantearon interrogantes sobre la inclusión de mujeres trans y no binarias en el movimiento feminista, destacando la necesidad de abordar las intersecciones entre género, sexualidad y diversidad. Estos debates, aunque difíciles, reflejaron el compromiso del movimiento feminista con la autoevaluación y la evolución continua. Éste fue un espacio abiertamente transincluyente, en el que se habló sobre las violencias que amenazan a la comunidad trans a lo largo de todo el continente en los espacios íntimos, políticos y públicos. Una de las asambleas principales ponía en el centro de la conversación las disidencias sexo-genéricas para hablar y compartir y también vimos conversaciones sobre la transversalidad de las luchas: compañeras de la comunidad que luchan activamente por otras causas: por ejemplo, sobre la situación crítica en Haití. Además, durante el encuentro fueron cruciales los encuentros de colectivos y personas que son parte de pueblos originarios de todo el continente, afrocaribeñas, exiliadas políticas, periodistas, artesanas: en diálogo y actividades constantes.
Impacto y Reflexiones
El 15° Encuentro Feminista en América Latina fue un acto de resistencia, un grito de esperanza y un recordatorio poderoso del poder transformador de los feminismos. En un continente marcado por la desigualdad y la injusticia, el Encuentro nos recordó que juntas somos más fuertes, que nuestras voces son nuestras armas y que otro mundo es posible.
Las reflexiones que surgieron de este encuentro resonaron más allá de las fronteras de El Salvador. Los debates sobre la inclusión, la diversidad y la solidaridad resuenan en los corazones y las mentes de todas aquellas que participaron en este evento histórico. Las semillas plantadas durante estos días de resistencia y renovación seguramente darán frutos en el largo camino hacia la igualdad y la justicia para todas las personas.
En un mundo marcado por la adversidad, estos encuentros son repetición, lugares donde las brasas del activismo se avivan y los ríos de resistencia fluyen con fuerza renovada. Encontrarnos entre personas que luchan por un mundo más habitable es, sin duda, motivo de celebración. Si algunos de los resultados del EFLAC y de tantos otros encuentros del estilo es continuar colocando pilares, construyendo redes, escuchando diferencias, observando caminos diferentes, pero compartir valores y saberse acompañadas, éste lo logró.
El legado del 15° Encuentro Feminista en América Latina perdurará mucho después de que las últimas notas de música se hayan desvanecido y las últimas palabras se hayan pronunciado. En un mundo convulso y hostil, estos encuentros son oasis de esperanza, recordándonos que juntas somos más fuertes y que la lucha por la igualdad y la justicia continúa.
Aquí se puede revisar la declaratoria final del Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe.