El debate sobre el cambio climático por lo general transcurre dentro de los límites de los claustros de los hoteles lujosos, los salones de juntas ejecutivas, y las salas diplomáticas. Como vimos en el fracaso en llegar a acuerdos vinculantes en Copenhagen, las conversaciones por lo general son tan estéril como el entorno.
Mientras los líderes mundiales viajan por todo el mundo dialogando sobre la amenaza al planeta, son los pobres los que enfrentan las peores consecuencias del desequilibrio del termómetro terrestre. Las poblaciones marginadas y vulnerables–desde los pequeños agricultores en África que enfrentan sequías devastadoras, hasta los pobladores de las naciones islas que se inundan–son las más afectadas por la negativa de los países desarrollados y las empresas a reducir significativamente las emisiones que están calentando al planeta.
Sin embargo estas mismas poblaciones se están organizando y ofrecen importantes soluciones sociales y ambientales, y sostenibles contra el calentamiento global.
El problema es que los líderes del mundo no están escuchando. Resulta que probablemente no cambiará durante la reunión sobre el cambio climático en Cancún, México, que se iniciará a fines de noviembre y durará hasta el 10 de diciembre.
Los líderes del mundo echaron a perder años valiosísimos superando las falsas polémicas de espurios científicos y los políticos sobornados quienes poseen un gran interés en negar que el clima sí está cambiando. Cuando se imposibilitó debido a la evidencia científica abrumadora, los líderes recurrieron a un grupo de mecanismos de mercado y soluciones tecnológicas que evitan compromisos reales y fomentan el mismo modelo económico responsable para la crisis.
Como resultado, dos mundos chocarán en Cancún. El primero es un mundo en denegación, donde las ganancias anteceden a los seres vivos y la crisis ambiental más amenazante en la historia se mira como una oportunidad comercial. Este mundo tendrá inmensa representación por parte de los líderes de los países desarrollados y los representantes de las empresas que estarán presentes para vender sus proyectos verdes a medida mientras continúan destrozando el ambiente y buscando el acceso sin restricciones a los recursos naturales cada vez más escasos.
El segundo es un mundo de pequeños agricultores, pueblos indígenas, comunidades urbanas pobres, e isleños que sufren sequías sin precedentes, escasez de agua y tormentas relacionados al calentamiento global. Miles de personas de organizaciones de todo el mundo viajarán a Cancún para resonar sus voces. Están lejos de ser sólo víctimas. Los ciudadanos de este segundo mundo están estrechamente vinculadas a los ecosistemas locales, y en muchos casos su gestión ha garantizado la conservación de los bosques que quedan en el planeta (redefinido por los conservadores del cambio climático como “sumideros de carbono”), de la biodiversidad y de las cuencas hidrográficas.
Los pequeños agricultores producen el setenta por ciento del suministro mundial de alimentos. El calentamiento global amenaza seriamente a su capacidad para producir este alimento. A la vez, sus prácticas agrícolas pueden almacenar el dióxido de carbono y reducir el consumo de energía y la emisión de gases en la agricultura, en el marco de la producción en pequeña escala de alimentos locales y la soberanía alimentaria. Desafortunadamente, muchos de estos pequeños agricultores se ven forzados a unirse a las filas de refugiados climáticos, estimado a cincuenta millones de personas mundialmente.
Los resultados de las negociaciones en Cancún sobre el cambio climático son conclusiones previsibles. Siguiendo los pasos de la falta de acuerdo de Copenhagen, los expertos, los activistas, y los negociadores mismos han anunciado que no esperan acuerdos vinculantes sobre los controles de emisiones al final de la conferencia.
Entonces, ¿qué se negociará en Cancún?
Soluciones falsas
Toda la evidencia señala una intensificación de las propuestas de mecanismos de mercado para enfrentar el desastre ambiental. En lugar de abordar el sistema actual de producción, comercio y consumo que ha causado la crisis, estas falsas soluciones aspiran en profundizar en ellas. Un vistazo más atento a los llamados “Mecanismos de Desarrollo Limpio” (MDL, por sus siglas) muestran cómo.
Los mecanismos del MDL que se definen en el artículo 12 del Protocolo de Kyoto son esencialmente un pretexto que permite a los países desarrollados que contaminan a evitar reducciones inmediatas y significativas de las emisiones por medio de “compensación”, con proyectos en países en desarrollo para la conservación de los sumideros de carbono (áreas que almacenan carbono, como bosques y selvas) y otros esquemas. El mercado mundial de comercio de carbono de $127 mil millones de dólares se ha convertido en un mercado lucrativo, cambiando la salvación del planeta a través de cambios reformas al sistema por tratos comerciales. El resultado es que el que contamina se le permite seguir contaminando. Mientras tanto, las áreas previamente guardadas por las comunidades locales se ven involucradas en nuevos sistemas impuestos de administración, supervisados por los contaminadores o las organizaciones internacionales que han comprado sus “servicios ambientales.”
Las instituciones financieras internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial ahora manejan este arma de doble filo con entusiasmo. El gobierno mexicano, que será el anfitrión de la Conferencia de Cancún, describe sus mecanismos del MDL en su página Web. La lista de estos mecanismos revela su naturaleza contradictoria y contraproducente.
Por ejemplo, un conjunto de proyectos tiene por objeto gestionar el material de desecho masivo de las granjas industriales. Las operaciones de concentrado de ganado generan enormes cantidades de metano, el segundo gas de efecto invernadero más importante. La concentración de la producción ganadera presenta serios peligros de salud y ambientales. Pero en vez de adoptar una regulación más estricta o desconcentrar estas operaciones, el MDL trata de perpetuar el modelo que se ha diseminado a través de las inversiones transnacionales en virtud de acuerdos de libre comercio como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Recordemos que la granja de cerdos de Smithfield-Carroll en Perote, Veracruz fue el punto de origen de la pandemia de la influenza porcina del año pasado.
Otro ejemplo que aparece es la construcción de plantas hidroeléctricas. Una planta hidroeléctrica que se construirá en el estado de Guerrero en La Parota inundará 17 mil hectáreas que contienen una diversidad biológica extraordinaria y son el sostento de numerosas comunidades indígenas y campesinas. El proyecto fue suspendido a raíz de una decisión judicial que la Comisión Federal de Energía había manipulado las asambleas locales para aprobar la construcción de la presa.
La construcción de la represa que desplazaría a unas 25 mil personas se ha reactivado recientemente, en parte gracias a un préstamo de $400 millones del Banco Interamericano de Desarrollo para apoyar la agenda de cambio climático de México. Además de los costos sociales del desplazamiento y la pérdida de la capacidad de captura de carbono como resultado de las inundaciones, los estudios por International Rivers y otros muestran que las grandes represas son fuentes importantes de gases de efecto invernadero.
Otras falsas soluciones que se promoverán en las conversaciones de Cancún y que encontrarán la fuerte oposición de muchas organizaciones de base incluyen el programa UN REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques). La organización internacional de pequeños agricultores Vía Campesina, la cual rechaza el programa REDD, dice: “La protección de los bosques y la reforestación de los bosques degradados es una obligación de todos los gobiernos que deben aplicarse sin limitar la autonomía, los derechos o el control de los pueblos indígenas y campesinos sobre la tierra y sus territorios, y sin presentar un pretexto para que otros países y las empresas sigan contaminando y plantando monocultivos de árboles.”
Otro es el extraño y aterrador ”arreglo” de geoingeniería, descrito por el Grupo ETC, “la manipulación intencional, a gran escala de los sistemas de la tierra cambiando artificialmente los océanos, los suelos y la atmósfera.” Aparte de lo desconocido y potencialmente efectos catastróficos de la manipulación de la naturaleza en esta escala, ETC menciona que la medida “permite a los gobiernos responsables de casi todas las emisiones históricas de gases de invernadero para evitar compensar a los países del sur, quienes no son culpables del cambio climático, mas bien sufren sus efectos.” Ultimamente, se impuso una moratoria a este tipo de tecnología, debido a sus efectos no previsibles al medio ambiente.
Caravanas a Cancún
En México los miembros de Vía Campesina, junto con la Asamblea de Afectados Ambientales y otras organizaciones de base, están movilizando caravanas hacia Cancún con un mensaje para la justicia climática que rechaza las falsas soluciones y pide “miles soluciones de la gente al cambio climático.”
Las tres primeras caravanas partiendo desde Acapulco, Guadalajara, y San Luis Potosí, incluirán a miembros de las organizaciones regionales y locales, los delegados internacionales y los medios de comunicación, pasarán a través de las comunidades que han sido gravemente afectadas por el cambio climático y por los proyectos de cambio climático, así como otros aspectos de la globalización tales como la contaminación de los complejos industrials y agroindustriales. Las caravanas se reunirán en la Ciudad de México para una mega-marcha el 30 de noviembre.
Una cuarta caravana continuará hacia Cancún, será acompañada por grupos de otras partes de México y América Latina. En Cancún, se reunirán con los miembros de las organizaciones regionales y los representantes de todo el mundo en el Foro Alternativo Global por la Vida, la Justicia Ambiental y Social”, mientras las negociaciones se llevan acabo. Por medio de su presencia, sus testimonios, su trabajo de cabildeo, su mobilización y los medios de comunicación presionarán a los gobiernos a adoptar soluciones sostenibles de pequeña escala, basadas en la soberanía alimentaria y el derecho del pueblo a definir sus sistemas de agricultura y la defensa de su medio ambiente. El Foro también discutirá y promoverá las propuestas que surgieron en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra de Cochabamba.
A través de los paneles de expertos y organizadores, el Foro también explorará el papel de la mujer y los aspectos de género del cambio climático, y la necesidad de los “derechos territoriales y culturales de los pueblos indígenas y campesinos para que se reconozca explícitamente en cualquier acuerdo sobre climático.”
Los miles de campesinos y campesinas en el Foro exigirán acción frente al cambio climático, junto a decenas de organizaciones nacionales e internacionales, incluyendo la amplia coalición de organizaciones no gubernamentales, la Campaña Global para la Acción Climática, el Diálogo Climático, y una amplia gama de organizaciones mexicanas e internacionales.
Fuera de las negociaciones oficiales y a pesar de los obstáculos a la participación de la sociedad civil puestos por el gobierno mexicano y los organizadores de los eventos oficiales, Cancún ofrece un foro abierto para exigir acción de parte de los gobiernos y para avanzar en la construcción de la conciencia y la participación ciudadana. Los oradores, las campañas, las conferencias de prensa y los observadores de la sociedad civil que lograron obtener credenciales oficiales mantendrán la presión sobres los negociadores mientras los medios de comunicación proveen los enlaces entre los eventos en Cancún y las conferencias y mobilizaciones realizadas seimultáneamente en todas partes del mundo, por medio de programas en vivo de radio, blogs y los informes diarios.
Dos mundos chocarán en Cancún, pero los dos comparten un mismo planeta. Si el mundo que defiende a todo costo el modelo actual de producción y consumo prevalece, el planeta se acercará cada vez más al borde de la catástrofe.
El segundo mundo ofrece la esperanza de un nuevo camino. Sus soluciones son múltiples y pequeñas, y requieren una voluntad política más que recursos masivos o tecnologías nuevas. Este segundo mundo busca un equilibrio en nuestras vidas entre nuestro entorno, nuestros sistemas alimentarios y nuestros empleos.
Laura Carlsen (lecarlsen@gmail.com) es un columnista de FPIF y director del Programa de las Américas. Actualmente está ayudando a coordinar los medios de comunicación independientes para el Foro Alternativo Global por la Vida, y la Justicia Ambiental y Social” en Cancún.
Traducción: Edgard Garcia de EAG Language Services, LLC, Portland, Oregon
Para más información:
http://www.cloc-viacampesina.net/es/noticias-cumbre-climatica
http://www.afectadosambientales.org/
Para apoyar a la mobilización de campesinas/os e indígenas a Cancún:
http://viacampesinanorteamerica.org/donaciones/donar.html