La victoria histórica del partido de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en las elecciones presidenciales celebradas el pasado 15 de marzo en El Salvador, marcó el fin de los 20 años de gobierno del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Con el 99,02% de las actas de votación escrutadas, Mauricio Funes del FMLN obtuvo el 51,3% de los votos, mientras que Rodrigo Ávila, del partido ARENA) obtuvo el 48,7%, según el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Con esto, Mauricio Funes se convierte en el primer presidente de izquierda de la historia de El Salvador, que desde su constitución como república ha sido caracterizado por regímenes militares de derecha.
Mauricio Funes ganó las elecciones en El Salvador el 15 de marzo. Foto: http://www.librered.net/. |
El pueblo salvadoreño junto al FMLN logró vencer la multimillonaria campaña de miedo impulsada por ARENA, los problemas estructurales del sistema electoral salvadoreño y la intervención política de grupos derechistas que intentaron detener otro triunfo de izquierda en America Latina. A la vez, el triunfo electoral del partido FMLN fue producto del trabajo territorial desempeñado por las bases del partido, el aporte de las diversas organizaciones sociales que se sumaron a apoyar la propuesta del cambio, y de la población en general a través de diferentes campañas ciudadanas de denuncia y sensibilización sobre la situación económica y social del país.
La campaña del miedo bombardeada por los medios de comunicación corporativos, cuyos principales accionistas coincidentemente pertenecen a la dirigencia del partido ARENA, saturó a la población con imágenes del presidente electo de Venezuela Hugo Chávez como también del anterior presidente de Cuba, Fidel Castro, con el mismo discurso agotado de los terrores del comunismo, sistema que supuestamente instalaría el FMLN en El Salvador si resultara ganador en los comicios presidenciales. Imágenes de niños siendo adiestrados por guerrilleros, acusaciones sobre el financiamiento de la campaña del FMLN con fondos provenientes de la venta de petróleo venezolano y supuestos vínculos entre el FMLN y las pandillas, fueron todo parte de la campaña del miedo de ARENA.
La campaña sucia llegó a niveles difamatorios alarmantes, lo cual a la vez reflejó el estado debilitado de la institucionalidad del país. Los titulares de entidades gubernamentales, como el Ministro de Economía, el Fiscal General de la República y la Superintendente de Competencia fueron cómplices de la campaña sucia, haciendo acusaciones sin fundamento, ya que hasta el momento ninguna de las diversas investigaciones y acusaciones han sido comprobadas verdaderas.
Por otra parte, el sistema electoral salvadoreño fue caracterizado por sus irregularidades. La Organización de Estados Americanos (OEA) entregó como producto de la auditoría al registro electoral existente, una serie de recomendaciones para aliviar las anomalías encontradas tanto en el registro como en general el sistema electoral salvadoreño. Las principales recomendaciones fueron la depuración de más de 100 mil fallecidos del padrón electoral y la verificación de datos de los votantes que no coincidían entre el Registro Nacional de Personas Naturales y el padrón. Desafortunadamente y a pesar que luego fue revertida la decisión, el TSE en control de la derecha política salvadoreña, intentó anular el convenio de cooperación firmada con la OEA, la cual exigía al TSE darle seguimiento a las 57 recomendaciones elaboradas por la OEA.
A la vez, el sistema electoral fue definido por diversas organizaciones civiles por la serie de irregularidades existentes. Acción Ciudadana para la Democracia, conformada por ocho organizaciones locales, en conferencia de prensa llevada acabo en Octubre del 2007, a través de su representante Geovani Chicas aseguró que "hay abogados que llegan hasta con 20 documentos y 2 testigos, para asentar a ciudadanos salvadoreños, sabemos de denuncias sobre giro de DUI (Documento Único de Identidad) a extranjeros (nicaragüenses y hondureños) para votar, son cosas que están documentadas y se deben de investigar". El propio día de la votación, esta denuncia se confirmó fundamentada, con la detención de 24 nicaragüenses y hondureños que intentaron votar en dos centros de votación en la ciudad capital de San Salvador.
Por su parte, cinco miembros del Congreso de los Estados Unidos de America, apoyaron la campaña del miedo al declarar ante la Cámara de Representantes, cuatro días antes de la elección en El Salvador, que las relaciones entre el gobierno de EEUU y El Salvador se vieran afectadas si el FMLN llegara a ganar las elecciones presidenciales. El congresista republicano de Arizona Trent Franks dijo, "Si el partido Pro terrorista, el FMLN, reemplaza al gobierno actual en El Salvador, los Estados Unidos, por su interés en la seguridad nacional, estaría obligado a reevaluar nuestra política hacia El Salvador, incluso nuestra política acerca de el envío de remesas y nuestra política de inmigración, para compensar el hecho de que ya no habrá un homólogo confiable en el gobierno salvadoreño." Igual que en las últimas elecciones presidenciales del 2004, el gobierno de EEUU intervino en el proceso político electoral salvadoreño, violentando el derecho de la ciudadanía a elegir a sus gobernantes. La diferencia hoy ha sido que la amenaza de cortar las remesas familiares hacia El Salvador, no logró disuadir a la población salvadoreña en tan alto nivel como en el 2004 dada la situación actual de crisis económica en EEUU y el contexto de deportaciones masivas. A pesar del accionar de estos congresistas, el Secretario Adjunto para Asuntos Hemisféricos Thomas Shannon, en su reciente visita a El Salvador, mantuvo una reunión con el presidente electo Funes, donde reiteró la voluntad del gobierno de Barack Obama de trabajar con el nuevo gobierno electo.
Además de intervención política estadounidense, grupos y ex gobernantes de derecha sudamericanos intervinieron directamente en el proceso electoral de El Salvador. La organización venezolana Fuerza Solidaria diseminó varios spots televisivos, cuñas radiales y demás propaganda, los cuales según su Director Internacional Alejandro Peña Esclusa, tenían como objetivo "alertar a la población sobre el peligro de que El Salvador se convierta en un satélite más de Hugo Chávez". Contrario a las mismas restricciones aplicadas por el Tribunal Supremo Electoral, que dictan que ningún extranjero puede inmiscuirse en la política nacional, ninguna de estas personas sintieron el peso de la ley por sus prácticas intervencionista. Según el presidente del TSE, Walter Araujo, los extranjeros "van a ser sancionados y van a ser inmediatamente cancelados, y hasta hay la posibilidad de ser expulsados del país si cualquiera viene a inmiscuirse" en la política nacional.
Las elecciones en El Salvador fueron acompañadas por una campaña de miedo del partido ARENA. Foto: http://estaticos02.cache.el-mundo.net/. |
En El Salvador, el FMLN representa la primera fuerza política del país, con la mayoría de diputaciones en la Asamblea Legislativa, gobiernos municipales en ciudades importantes y control del gobierno central. ARENA, se tendrá que redefinir como partido de oposición. El candidato presidencial del partido ARENA y ex director policial previo a su candidatura, Rodrigo Ávila, declaró ante los medios post derrota electoral, que ARENA será "una oposición vigilante de que en nuestro país no se pierda el sistema de libertades".
Tal como lo expresó en su primer discurso como presidente electo, Mauricio Funes prometió realizar "cambios profundos en el modelo de la gestión pública, de la transparencia, de la participación y de la justicia social". Su discurso concuerda con las principales necesidades de la población salvadoreña, dado que en los 20 años de gobierno de ARENA, las instituciones que aún no han sido privatizados, se encuentran en condiciones críticas.
Sobre las condiciones en las que entregará el país el presidente saliente Elías Antonio Saca, se debe resaltar los altos niveles de corrupción gubernamental, el deterioro de la institucionalidad, y las condiciones críticas socioeconómicas en las que vive la mayoría de la población salvadoreña. En los 20 años de gobierno de ARENA, El Salvador tuvo un total de 2,373,444 emigrados del país según la Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC), y 75,483 personas asesinadas (igual que los muertos durante los 12 años de guerra civil) reportados por Medicina Legal de El Salvador.
Estas mismas se vieron agravadas por la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU en marzo de 2006. En su fuerte campaña propagandística sobre los supuestos beneficios del TLC, Antonio Saca prometió más empleos, más exportaciones y precios más bajos. Después de 3 años de su implementación, los datos oficiales como los de la organización Equipo Maíz muestran lo contrario. En términos de empleo, solo en los últimos tres meses del año 2008 se perdieron 24,445 empleos. El déficit comercial para el año 2006 era de $3,730 millones, y en el año 2008 creció a ser de $5,205 millones. La brecha entre la promesa de precios más bajos y la realidad nacional en el último año ha ido creciendo. Según la CEPAL (Comisión Económica para America Latina y el Caribe) el encarecimiento de la canasta básica alimentaria mensual fue de 34.5% en el área rural y de 27.8% en la urbana.
El FMLN cuenta con el apoyo de la población y de las organizaciones sociales del país, que a la vez serán garantes de que los cambios propuestos por Mauricio Funes y su compañero de fórmula Salvador Sánchez Cerén, se logren.