El Programa de las Américas se complace en anunciar el lanzamiento de una nueva serie de Perfiles de Acción Ciudadana relativos a exitosos proyectos de comunicación de base, respaldado por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (World Association for Christian Communication, WACC). Este amplio informe sobre el periodismo ambiental en México detalla los obstáculos que han enfrentado los reporteros para poder sacar a la luz las graves crisis ecológicas que ha encarado la nación y los valerosos esfuerzos de un dedicado grupo de reporteros mal pagados y poco reconocidos. Escrito por la experimentada colaboradora del Programa de las Américas Talli Nauman, pionera del movimiento, describe no solamente los problemas con que ellos se enfrentan, sino las estrategias que han seguido para obtener importantes victorias.
Confiamos en que esta información sea útil a los reporteros y movimientos a lo largo y ancho del hemisferio a medida que buscan mejorar la información sobre el ambiente. Su labor constituye un eslabón crítico en la cadena entre la información y la acción ciudadana para mejorar las condiciones en nuestras comunidades y salvar un planeta que enfrenta amenazas cada vez mayores contra su subsistencia.
Por favor escríbanos (americas@ciponline.org) para expresar su opinión sobre esta serie y compartir sus propias experiencias. Como afirma Talli en su artículo, a través de la acción concertada, de formar redes de apoyo para intercambiar las mejores prácticas, y del poder en los números, podemos avanzar, aún en situación de desventaja.
Mucho antes de que el impacto negativo de la humanidad sobre el clima mundial se volviera una fuerza unificadora para los defensores de la justicia ambiental, los periodistas mexicanos comenzaron a unirse para despertar conciencia en cuanto a los temas ecológicos. Motivados por la misma información que reúnen, han procurado compartir su conocimiento de los recursos naturales con personas cuya salud y calidad de vida son afectadas por las decisiones en este campo. De modo que se enfrentan a fuerzas mayores, se han recurrido a la acción colectiva para impulsar una mejor cobertura del desarrollo sustentable — de la raíz hacia arriba.
La historia del periodismo contemporáneo mexicano especializado en temas ecológicos data de hace unos 15 años. La vocación surgió unos 30 años después de que la fuente se había incorporado a los medios de comunicación del vecino Estados Unidos. El reconocimiento de la necesidad de cubrir el ambiente en México vino en vísperas del siglo XXI, aproximadamente al mismo tiempo de la participación de México en las directrices de la Cumbre de la Tierra de las Naciones Unidas en Río de Janeiro. También sucedió por los días en que el país ingresó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) , durante el advenimiento del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), y su acuerdo ecológico concomitante, así como la creación de la primera secretaría de ambiente mexicana a nivel de gabinete. Las estructuras multilaterales al gobierno a compromisos internacionales para proteger sus ecosistemas. A medida que obligaba a una integración económica y política en el marco de los asuntos mundiales, también ayudó a originar el activismo ecológico mexicano de base.
Muchos periodistas encontraron en el nivel alarmante de degradación ambiental razón suficiente para tomar la grabadora, la cámara o el micrófono. Ahora tenían nuevas fuentes oficiales que reportear. Además descubrieron un manantial de historias y opiniones de especialistas en las multitudes crecientes de defensores del aire, agua y suelo limpios; protección a la salud reproductiva; seguridad alimentaria y energética; conservación de bosques y la biodiversidad; equidad de género, comercio justo; desarrollo sustentable, autodeterminación comunitaria y rendición de cuentas gubernamental, empresarial y económica.
Abordaban una letanía de males. La Ciudad de México tenía la peor calidad de aire del mundo. El país tenía uno de los mayores índices de deforestación; dos tercios del suelo mostraban erosión significativa, con importante amenaza de desertificación. Menos del 35% de las aguas negras municipales eran tratadas. El manejo de basura y desperdicios estaba fuera de control. Autoridades y público carecían de cifras confiables sobre la disponibilidad de agua fresca y recursos forestales, o sobre fuentes y cantidades de descargas de desechos industriales tóxicos. La especulación en bienes raíces que siguió a la privatización de ejidos (tierras comunales) elevó bruscamente la emigración, la degradación de hábitat y la amenaza a las especies en peligro de extinción. Los bancos no extendían créditos a empresarios locales interesados en la conservación; la falta de leyes, reglamentos o manera de aplicarlos permitía el contrabando de peces y otras formas de vida silvestre. La bioprospección y biopiratería amenazaban la cultura indígena y la enorme diversidad en flora y fauna del país. La reciente explosión demográfica aún se sentía en las presiones por la obtención de recursos.
Más todavía, el modelo de integración económica y políticas de puertas abiertas del libre mercado convirtieron las ciudades fronterizas del norte y otras en puertos del tráfico sin compensación por el deterioro de la infraestructura ambiental. Los privilegios otorgados a inversores trasnacionales y al comercio en bienes de consumo resultaron en la introducción de especies invasivas que contaminaron la cadena alimenticia, no siendo lo menos grave los organismos genéticamente modificados. La producción de combustibles fósiles y energía nuclear contaminaban el aire, la tierra, los ríos y los mares. La producción, empleo y almacenaje descuidados e ilegales de plaguicidas eran parte importante de la compleja amenaza a la salud pública. Los accidentes industriales y desastres naturales ejercían efectos cada vez más graves sobre la seguridad pública.
Lo anterior produjo una riqueza de material periodístico. Sin embargo, la mayoría de los editores y dirigentes de medios de comunicación de ese tiempo se negaban a abrir los ojos, oídos y espacio mediático a las inquietudes conservacionistas. Así fue que los primeros proyectos ambientales independientes de periodismo comenzaron a materializarse, desembocando en talleres y cursos en donde los reporteros ecologistas en ciernes intercambiaban técnicas de autoayuda y, a la larga, en la formación de una organización nacional: La Red Mexicana de Periodistas Ambientales o Rempa.
Fundada en 2004, Rempa lucha por echar raíces lo suficientemente firmes para alcanzar sus objetivos, que van desde "capacitación permanente para los periodistas sobre temas ambientales" hasta "la producción de materiales … que contribuyan al avance y expansión del periodismo ambiental en México." Sus programas apoyan a la profesionalización de la fuente y por ende informar a la opinión pública sobre las presiones que acotan los recursos. La solidaridad de fundaciones y periodistas en el extranjero constituye un recurso valioso en este momento crucial en el desarrollo de Rempa. Su éxito futuro depende de la consolidación de los logros obtenidos hasta ahora.
Condiciones adversas
En teoría, el ambiente y la sustentabilidad debieran ser temas entrecruzados que moldeen las interrogantes tras las historias de todas las fuentes periodísticas. Pero como el tema apenas tiene asiento en la mesa de redacción, así como los temas de equidad de género y etnia, por ahora requiere nutrirse en un nicho propio.
Para los periodistas ambientales que tratan de establecer ese asimiento, uno de los principales bloqueos iníciales fue la falta de tecnología de comunicaciones. Los teléfonos celulares, computadoras personales e internet apenas comenzaban a usarse en el México de los 1990s, asíque perseguir entrevistas y emprender investigaciones fuera de la esfera oficial urbana y corporativa era una empresa nada sofisticada. Aunque las condiciones han cambiado y mejorado; con todo, persiste una plétora de barreras estructurales. Hoy los medios para la presentación de reportajes ambientales se encuentran limitados y centralizados tanto en lo político como en lo geográfico, sobre todo en la industria de la televisión. Las opciones siguen restringidas para los periodistas ambientales y otros pioneros en los medios.
Empeorando el problema de acceso para los periodistas ambientales y su público está la carencia histórica de un gobierno abierto y de una responsabilidad social empresarial. En los primeros días del periodismo ambiental, en México no existía nada que se acercara a las leyes de transparencia, que típicamente requieren de agencias y servidores públicos la recopilación y difusión de datos que incluyan la mayor parte de los registros y resoluciones. Dado el clima legal, los funcionarios y voceros de empresas nunca desarrollaron la costumbre de contestar las llamadas y correos electrónicos de los periodistas ni de atender sus mensajes telefónicos o electrónicos. En una encuesta a periodistas ambientales que realizó Susana Guzmán, originaria de la Ciudad de México, en el Knight Center for Environmental Journalism (Centro Knight para Periodismo Ambiental), un cuarto de los encuestados mencionó la falta de acceso a información pública como su principal desafío. Diez por ciento respondió que el principal problema era obtener información confiable, y el 14 % reportó como problema la simple falta de información. La mayor parte de la información acerca de cualquier cosa, desde estadísticas vitales a registros de contaminantes, no es mantenida en bases electrónicas de datos de fácil acceso.
Hasta obtener acceso a la poca información que esté funcionalmente clasificada sigue siendo un espinoso problema. Los burócratas, de bajos ingresos, esperan espléndidas propinas por ayudar a los investigadores a encontrar las cifras públicas. El dominio de las instituciones financieras internacionales sobre la economía en desarrollo y sus corruptos capitanes internos aseguran de que no haya fondos para resolver los déficits presupuestales detrás de esta situación.
El gobierno unipartidista de 71 años, ininterrumpido hasta el 2000, creó un poder presidencial no controlado por el equilibrio del Congreso, el Poder Judicial y el Cuarto Poder. Durante esta era, este último bastión se adaptó eludiendo sus responsabilidades de vigilancia y el periodismo de investigación, a favor de seguir la agenda política establecida por el partido, a través de conferencias de prensa y conferencias telefónicas reservadas. A pesar de una tendencia hacia menor contubernio entre gobierno y medios, la cobertura se inclina aún pesadamente hacia la política pura, y el orden del día lo dictan las élites políticas.
Los periodistas ambientales están entre quienes más tienen que soportar las dificultades típicas y ordinarias que confrontan los periodistas de cualquier índole. Por ejemplo, los bajos salarios y salas de redacción sin personal suficiente implican cargas de trabajo excesivas en perjuicio del tiempo de los empleados y de su capacidad para tratar los temas a fondo. Cerca de un tercio de los encuestados por Guzmán ganaba menos de $ 4,000 dólares al año; otro tercio, de $9,000 a $12,000 dólares al año, y un tercio más entre $13,000 y $ 16,000 dólares anuales.
Se espera de un reportero que sea aprendiz de todo y maestro de nada. Hasta para fuentes tan importantes y comunes como la educación y la salud, la cobertura es poca; la fuente de ambiente, menos convencional a nivel internacional, es inexistente en la mayoría de los medios de comunicación mexicanos. La investigación de Guzmán demostró que incluso entre los principales periodistas ambientales, al 90% se les asignaba una diversidad de fuentes a cubrir. Sólo el 7% invertía más del 75% de su tiempo en cubrir la ecología. Alrededor del 34% invertía menos de una cuarta parte de su tiempo en ella. En comparación, un tercio de los periodistas ambientales estadounidenses invierten más del 75% de su tiempo en el tema ecológico.
Con frecuencia los gerentes de los medios de comunicación no establecen secciones sobre medio ambiente o ni siquiera aceptan propuestas de notas sobre ecología. El 15% de todos los encuestados señaló la falta de recursos como su problema principal. Otro 14% dijo que era la falta de espacio para sus reportajes. Mientras tanto, la tendencia a reducir la planta de personal crea una tensa situación de inseguridad laboral, que incluye despidos de periodistas ambientales tanto como de otros. Los reporteros por intrépidos que sean pueden olvidarse de recibir cualquier pago por riesgo profesional por caminar sobre montones de desechos tóxicos o por inhalar hollín en el transcurso de una investigación ambiental.
Claro que el disuasivo más poderoso a la hora de practicar cualquier clase de periodismo en México es que el país le sigue tan sólo a Irak como el más peligroso del mundo para los periodistas. Las vidas de los reporteros se encuentran continuamente en peligro, sin importar a qué ramo se dediquen, debido a la ilegalidad producida casi totalmente por la guerra del narcotráfico. Se ha dado en atacar intensamente a las estaciones de radio comunitarias, que figuran entre los mejores difusores de noticias ambientales. Como están entre los medios más indefensos en lo económico y político, autoridades resentidas han podido obligarlas a cerrar, y poderosos caciques locales hostigan, atacan o matan a los comunicadores. Añádase a ello que los contaminadores a quienes los periodistas ambientales exponen en sus artículos los amenazan con acciones que van desde demandas por difamación hasta encarcelamientos. Y encima, para hacer la situación más abismal, en algunos de los principales periódicos, por política de la empresa, se prohíbe al personal participar en organizaciones profesionales.
Ante tanta adversidad, es una asombro que tantos valientes reporteros mexicanos sostengan su compromiso con su vocación y con cubrir temas de ecología. Sin embargo, algunos de los más motivados y altruistas representantes de los medios han dedicado sus vidas a propagar, perfeccionar y proteger la fuente periodístico ambiental alinsistir en la cobertura, aprovechar las oportunidades de capacitación y participar en redes de apoyo.
Condiciones Adversas:
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Los periodistas toman medidas
Partiendo de la plataformas de proyectos individuales, los periodistas ambientales pronto se dieron cuenta de que se necesitan mutuamente para ganar el reconocimiento de su campo necesario para ser eficientes en informar a sus públicos. Por sí solos, ninguno de los proyectos podría haber tenido gran impacto, pero la suma de las partes ha arrojado como resultado una presencia mucho mayor y de mucho mejor calidad de las noticias y el análisis sobre el ambiente.
Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica (PECE) fue el primer proyecto independiente que ejerció presión para obtener más y mejor cobertura en los medios de comunicación masiva en esta área. En 1994, PECE inició una serie de tres años denominada: "México: Ecología", con respaldo de una beca de la Fundación MacArthur. Fundado por el fotoperiodista veterano Miguel Ángel Torres y esta autora, PECE se propusó brindar reportajes de investigación y fotos sobre proyectos de desarrollo sustentable a nivel comunitario, reconociendo los papeles de liderazgo de las mujeres en el campo de acción. El proyecto publicó artículos en español e inglés en Los Angeles Times Syndicate, United Press International, Women”s Feature Syndicate, y El Financiero, entre otros medios.
Además de hacer patente la profundidad y extensión del movimiento ecologista en todo el país en su contexto internacional, el proyecto presentó al público las posiciones de las personas y otros seres vivos que quedan marginados en la cobertura cotidiana de los medios. El proyecto fue convirtiéndose en un conducto por el cual los periodistas ambientales extranjeros compartieran experiencias con miembros de la prensa nacional en conferencias, talleres y estructuración de sesiones de capacitación, fundaciones de becas y organizaciones. Entre sus talleres más recientes fueron los de San Ignacio, BCS, en diciembre de 2008 y de Mazatlán, Sinaloa en diciembre de 200, este último en colaboración con el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), y la Fundación Sinaloa EcoRegión.
A través de los años, PECE elaboró cientos de reportajes de investigacion y otras notas, con temas tan diversos como iniciativas para impedir a los cazadores furtivos y para revertir los efectos negativos en la salud de los gases de invernadero emitidos por plantas de combustibles fósiles. Los principales editoriales “verdes” en Estados Unidos e Inglaterra rechazaron el libro que PECE les propuso sobre medidas ciudadanas para el desarrollo sustentable, con el argumento de que su enfoque en activistas mexicanos no cabía en sus categorías de prioritarias. Los autores, como otros periodistas ambientales, tuvieron que aceptar la filosofía plasmada en el prefacio del libro, escrito desde prisión por el ganador del Premio Ambiental Goldman, Rodolfo Montiel Flores: "Si mi situación está ayudando a mucha gente a despertar y hacer algo para nutrir a la vida y a las generaciones futuras, me considero bien pagado."
En tanto que un proyecto periodístico para promover una causa, PECE encajó como la pieza que faltaba en el movimiento ambiental general. A mediados de los 90s, se convirtió en miembro de la organización nacional Unión de Grupos Ambientalistas (UGAM), y se reconoció su estatus como partícipe del movimiento con invitaciones para impartir conferencias en organizaciones no gubernamentales desde Canadá hasta Chile sobre el ambientalismo comunitario, el acceso a la información ambiental y el surgimiento del periodismo ambiental en México. Entre sus recientes intervenciones estuvieron el Cuarto Encuentro sobre el Medio Ambiente, organizado por la Red Fronteriza de Salud Ambiental (RFSA) en abril de 2008, y V Encuentro Internacional de Periodistas, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en diciembre de 2008.
Los artículos de PECE ampliaron y se alimentaron a los esfuerzos de otros editores sin fines de lucro por fortalecer las agendas ambientales ciudadanas en foros mediáticos múltiples, como los del Programa de las Américas del Centro de Relaciones Internacionales (ahora del Centro Internacional de Politica)y el de Laneta.org.
Los primeros años del periodismo ambiental mexicano vieron nacer agencias especializadas que todavía proporcionan algunos de los pocos foros para presentar información ambiental, tales como el premiado sitio web Planeta.com, que hace énfasis en el turismo ecológicamente responsable. El organismo el Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norteamérica (CICEANA) con sede en la Ciudad de México se fundó también a principios de los 1990s para canalizar fondos gubernamentales y de fuentes internacionales para eventos y proyectos relacionados al ambiente mexicano. Planeta y PECE participaron en el foro de CICEANA en 1997 en la Ciudad de México sobre la comunicación de información ambiental, denominado "Desafíos Futuros". Las tres organizaciones han participado asimismo en una serie de ferias ambientales en todo el país.
Los proyectos emprendedores ayudaron a convencer a los medios de difusión establecidos para que sentaran fuentes, secciones y revistas enteras dedicadas a esta materia.
Entre el puñado de periodistas que hincaron la cuña inicial del periodismo ambiental en los medios de difusión establecidos se contaba Ivan Restrepo, cuya columna ambiental de opinión y suplemento Jornada Ecológica aparecieron en las páginas del diario nacional La Jornada ya desde 1991. José Luis Guerra creó Ecocidio, el primer programa de radio sobre el ambiente y la ecología, transmitido por Radio RED, la mayor emisora noticiosa en México. Su asistente era Susana Guzmán, quien llegó a dirigir la programación ambiental de Televisa, la mayor estación de televisión, para luego hacer su tesis de maestría sobre el periodismo ambiental mexicano en la Universidad Estatal de Michigan en 2004. Estando allí, estableció el primer sitio web y foro de comunicación electrónica para periodistas ambientales de habla española. Llamado Periodismo Ambiental en Línea, (PALnet), el servicio de Internet tuvo el respaldo del Knight Center for Environmental Journalism bajo la dirección de Jim Detjen, quien a su vez es fundador de dos asociaciones profesionales de periodismo ambiental, la Society of Environmental Journalists (SEJ, Sociedad de Periodistas Ambientales) y la Federación Internacional de Periodistas Ambientales (International Federation of Environmental Journalists, IFEJ).
Periodistas pioneros como Angélica Enciso, Guillermina Guillén, Lourdes Rudiño e Iván Sosa se abrieron espacios para una cobertura ambiental sin precedentes en los principales diarios nacionales, entre ellos La Jornada, El Universal, y El Financiero. En 1994, cuando el diario El Norte de Monterrey dio origen al periódico nacional Reforma, este último se formó con un compromiso con el periodismo ambiental, asignando regularmente a reporteros a cubrir temas ambientales y publicando una página semanal sobre ellos. Teorema Ambiental, fundada asimismo en 1994, fue la primera revista en papel satinado sobre asuntos ambientales en México, y continúa publicándose mensualmente desde la ciudad capital. Originalmente en inglés y ahora también en español, el boletín mensual EcoAméricas, procedente de Los Ángeles, California, se ocupa de los temas del ambiente y el desarrollo de México y los demás países de América Latina desde 1998.
Para cuando Rempa estaba formada, el programa de radio independiente Planeta Azul había nacido, y pronto se metamorfoseó en un sitio de internet con el lema "Periodismo Ambiental desde México para el Mundo". El programa salió del aire pero su fundador Eduardo Viadas aceptó el puesto de oficial de medios en la tripartita Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA) establecida por el TLCAN, en lo que fue el primer nombramiento de un representante de los medios de difusión mexicano a ese puesto, y que dio pie a la esperanza de una mejor divulgación de parte de la organización en el territorio del socio del TLCAN más al sur.
El Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental (FEA), fue uno de los primeros canales filantrópicos mexicanos que se involucró en el sostén del periodismo ambiental. Patrocinó una beca para reportajes sobre desarrollo sustentable y ofreció varios cursos de capacitación.
Los Programas de Ciencia y Ambiente del International Center for Journalists (ICFJ, Centro Internacional para Periodistas) colaboraron, organizando sesiones de capacitación sobre la cobertura de manejo forestal, desarrollo costero sustentable y calidad del aire—en Uruapan, Michoacán; Chetumal, Quintana Roo; La Paz, Baja California Sur; Hermosillo, Sonora, y la Ciudad de México. Este esfuerzo se vinculó con varias becas y premios a concursos patrocinados por el ICFJ y otros socios, en el afán de fomentar e inspirar el periodismo ambiental.
Rempa se originó en un seminario del ICFJ sobre la cobertura de la calidad del aire, celebrado en enero de 2004 en la Ciudad de México; el orden del día incluía una charla sobre la posibilidad de un foro permanente para periodistas ambientales mexicanos. Otros patrocinadores de este seminario fueron el Knight Center para Periodismo Ambiental en la Universidad Estatal de Michigan; el Knight Center para el Periodismo en las Américas en la Universidad de Texas-Austin; Periodistas de Investigación, afiliada mexicana de Investigative Reporters and Editors (IRE, Reporteros y Editores Investigadores); el programa de Becas de Periodismo Ambiental de la Fundación Ford, y el Centro de Transporte Sustentable de la Ciudad de México.
En ese momento, alrededor de 70 reporteros de prensa practicaban el periodismo ambiental en México de acuerdo con la investigación de Guzmán. Cuarenta periodistas ambientales asistieron al seminario. Dieciséis convinieron en participar en el experimento. El sitio web de Guzmán, PALnet, y su foro electrónico listserv en la Universidad Estatal de Michigan fueron los elementos fijativos para la organización. Crearon una comunidad virtual que trascendió distancias geográficas y facilitó el intercambio de información.
Pronto la Sociedad de Periodistas Ambientales (SEJ) dio la mano a Rempa al patrocinar la participación de miembros de Rempa en sus reuniones anuales, proveyendo así un nexo importante para el establecimiento de redes profesionales y un modelo para la nueva organización. Los fundadores de la SEJ explicaron a los miembros de Rempa cómo atrajeron 1,400 miembros por medio de una combinación de donaciones de fundaciones, patrocinios universitarios, aportaciones de empresas de la comunicación, ingreso de cuotas y pagos por servicios—que incluye renta para espacios de exposición y anuncios, renta para uso propio de la relación de direcciones electrónicas y de correos de la membrecía, y intereses de donativos individuales a un fondo—todo para financiar chispeantes convenciones anuales de una semana de duración, veintenas de actividades regionales, publicaciones únicas, servicios en línea, premios y capacitación en salas de redacción.
En la convención de 2005 de la SEJ en Austin, Texas, sus dirigentes aseguraron el espacio para una reunión sobre una estrategia transfronteriza y el establecimiento de una agenda compartida. Los participantes expresaron la necesidad de que Rempa realizara una reunión organizativa para formalizar su carácter de grupo no lucrativo. Posteriormente la SEJ desarrolló un plan de trabajo que incluyó patrocinar la primera convención organizativa de Rempa en Boca del Río, Veracruz, el 26 y 27 de mayo de 2007.
El plan de trabajo formó parte del Programa de Diversidad de la SEJ, que se concentraba en ampliar los servicios de la organización en español de acuerdo con el Plan Estratégico de la SEJ para el período 2006-2008. La convención organizativa de Rempa se realizó dentro del marco de una prioridad del programa, la Iniciativa de Latinoamérica, diseñada para "fortalecer la calidad, precisión y visibilidad de las noticias ambientales en los medios de difusión de habla española en Estados Unidos y toda América Latina." La iniciativa prevé "la mejora de relaciones y nuevas oportunidades de capacitación para periodistas trascendiendo los límites geográficos y lingüísticos, y un aumento de la cobertura de noticias respecto a temas ambientales en áreas de interés para los periodistas de habla española y para sus audiencias en Latinoamérica y Estados Unidos."
La Red de Periodismo sobre la Tierra (Earth Journalism Network, EJN) de Internews ofreció la primera ayuda financiera al colectivo Rempa. Sus integrantes aceptaron el dinero solo tras haber reunido cierta cantidad en cuotas por sí solos para comprobar si el interés en la organización era generalizado. Demostró serlo, cuando miembros potenciales pagaron el equivalente a $20 dólares como requisito previo a su asistencia a su primera convención nacional organizativa.
En esa convención, tres años después de la fundación de Rempa, los participantes lograron las metas de elegir el primer consejo de administración del grupo y aprobar su enunciado de objetivos. Las ponencias de expertos durante el evento les proporcionaron el contenido suficiente para lanzar notas de primicia sobre el desarrollo costero y forestal, la seguridad nuclear y la cooperación geopolítica. A las pláticas les siguieron la primera junta del consejo de administración y la nbso online casino reviews protocolización de su estatus como organismo no lucrativo con fecha 20 de julio de 2007 en León, Guanajuato.
El Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN) donó una parte sustancial del presupuesto de la primera convención organizativa de Rempa. Además de la SEJ, EJN y el FMCN, otros patrocinadores de dicha convención fueron el Centro para la Investigación Tropical de la Universidad de Veracruz, el ICFJ, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Silvestre, (CCMSS), y la Fundación Ford en México.
El apoyo de la Fundación Ford rebasó por mucho la conferencia. Tras recibir de PECE la explicación de la historia, estatus y necesidades de Rempa y de sus socios, el Programa Ambiental y de Desarrollo de la Fundación ayudó a canalizar el dinero para todo un año de actividades. Éstas incluyeron cuatro foros noticiosos de silvicultura comunitaria en distintos lugares del país; más un taller en Oaxaca para periodistas que cubrieran temas forestales; una producción audiovisual de Rempa sobre silvicultura comunitaria; una mayor presencia por internet en el área de habla española del sitio web de la SEJ, y una segunda convención nacional, celebrada en Aguascalientes el 29 y 30 de mayo de 2008.
Atraído por el interés de Rempa en la cobertura de temas forestales, el organismo no lucrativo Reforestamos México también se apuntó dando recursos para el taller en Oaxaca. La Universidad Autónoma de Aguascalientes se asoció con Rempa para organizar la convención nacional de 2008. La Comisión Nacional Forestal, agencia federal intersecretarial conocida como Conafor, organizó una excursión en turismo ecológico durante el evento.
La convención 2008 produjo una nueva relación de los integrantes de la mesa directiva y votos renovados por alcanzar los objetivos fijados en la primera reunión, otorgando especial énfasis en mantener y promover los valores comunitarios dentro de la organización, tales como el compartir recursos, unión de esfuerzos, muestras de solidaridad y el fomento de la tolerancia para una diversidad de visiones. Por otra parte, las pláticas resaltaron también la necesidad de desarrollar fuentes de apoyo monetario para el grupo y el periodismo ambiental independiente. La primera discusión de Rempa por el listserv luego de que el nuevo consejo de administración asumió sus funciones el 20 de julio de 2008 trató sobre el mejoramiento de la contabilidad interna. Su primera acción pública fue la emisión de una carta llamando a terminar con los cierres de las emisoras comunitarias de radio por grupos armados.
Inspirados por el conocimiento de que otros comparten su convicción, y empoderados por la emoción del contacto colectivo, los integrantes de la red siguieron adelante hasta multiplicarlos proyectos mediáticos ambientales. El reportero independiente Miguel Ángel de Alba, presidente inicial de Rempa, creó el primer blog de periodismo ambiental, enfocado al cambio climático. Ismael Rojas estableció el primer sitio multimedia dedicado a publicitar las actividades de Rempa. Desde Sonora, Ernesto Bolado fundó Sumar, una organización no lucrativa para conectar grupos de activistas ambientales con representantes de los medios de comunicación.
La consultora en medios y ambiente Claudia Gómez Portugal recopiló un resumen electrónico diario de artículos ecológicos publicados en los principales medios, para el organismo no lucrativo Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda). Bajo la dirección editorial de Olga Rosario Avendaño, el portal de internet con sede en Oaxaca Oloramitierra.com hizo del reportaje ambiental una sección permanente de sus categorías noticiosas. Desde que el diario de la Ciudad de México El Centro publicó su primer número en 2007, reconoció el ramo ambiental, empleando para él, sucesivamente, a los reporteros Thelma Gómez y Marco Antonio Martínez García, antes de cerrar sus puertas en 2008.
Mientras cerca del 15% de los mexicanos se enteran de las noticias a través de la prensa, la radio llega mucho más lejos, incluso a las regiones rurales aisladas donde no se reciben periódicos. Proyectos locales, públicos e independientes han hecho la radio accesible a los periodistas ambientales. Julieta Carabaza y Christian Domenech de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Autónoma de Coahuila desarrollaron un programa ambiental, transmitiéndolo desde la radio de la universidad y posteriormente desde emisoras comerciales. Radio Bemba FM 661, una emisora sostenida por la comunidad en Hermosillo, Sonora, adopta el ambiente y la ecología como una inquietud primordial. El programa de radio "Infosonora" en Hermosillo combina el ambiente y la perspectiva de género, gracias en gran parte a la editora y reportera de Rempa Soyna Daniel. La radio comunitaria indígena ha provisto lugares importantes para la cobertura ambiental, como por ejemplo el programa bilingüe semanal Pájara Pinta en XEETCH 700 AM, "La Voz de los Tres Ríos" transmitido por Mireya Jacobi y otras desde el pueblo indígena mayo de Etchojoa, Sonora. En Guadalajara, Jalisco, Jaime Delgado introdujo un programa sobre agricultura y ambiente a Radio Ranchito XEDKT 1340.
Durante este mismo lapso el número de organizaciones ambientales mexicanas creció continuamente. Estos grupos generaron sus propios materiales escritos y audiovisuales para distribución en escenarios educativos formales e informales, y también aumentaron sus contactos con los principales medios de difusión. Asimismo, el gobierno desarrolló una diversidad de herramientas de extensión mediática sobre el medio ambiente.
Lo que funciona
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Instituciones aportan apoyo y solidaridad
La mayoría de los periodistas ambientales serían felices con el reconocimiento de su fuente, estabilidad laboral y un salario decente. No siendo esto posible, procuran hacerse de donaciones, becas y caridad que les ayude a organizar y amplificar las voces de quienes suelen ser más ignorados: las de la naturaleza y sus defensores.
La CCA ha proporcionado un importante respaldo a proyectos para incrementar y usar activamente herramientas de acceso a información ambiental. La comisión gestionó acuerdos trinacionales para crear Registros de Emisiones y Transferencias de Contaminantes uniformes en los países de América del Norte para obligar a la industria reportar sus desechos tóxicos en México. Con fondos de la CCA, PECE llevó a cabo tres talleres sobre los registros de emisiones con ONGs ambientales para el público en general y los medios. Los fondos también ayudaron a los ecologistas y periodistas mexicanos a producir una reforma legal y un reglamento similares a los de Estados Unidos y Canadá para la transparencia total en la disposición de residuos peligrosos. El RETC mexicano va de la mano con la nueva Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública , como importantes triunfos de la sociedad civil organizada y ventajas para los periodistas.
La CCA ha suministrado a los periodistas ambientales información valiosa de su propia investigación en asuntos relacionados con el ambiente y el comercio. La comisión dirige misiones de investigación de hechos como respuesta a quejas ciudadanas sobre omisiones de los gobiernos miembros en el cumplimiento de las leyes ambientales. La divulgación por Internet del progreso de estas investigaciones y otros informes y actividades de la organización las ha convertido en recursos de utilidad significativa para los periodistas ambientales de México.
La EJN llevó a cabo un taller de periodismo ambiental en Xalapa, Veracruz, con énfasis en la equidad de género, y proveyó fondos para que un periodista mexicano cubriera la conferencia sobre el clima de 2007 en Bali, así como para que se lo cubriera en 2008 en Polonia.
La SEJ otorgaró a Rempa membrecías individuales con descuento para permitir disfrutar de sus servicios, incluyendo el área privada de su sitio web, su foro electrónico de intercambio de información listserv en español, revistas, conferencias y guía de mentores; ofreció sus páginas de internet en español como un sitio para el grupo mexicano después de que el sitio PALnet perdió sus fuentes de fondos y continuó solamente como listserv.
El programa AVINA, que da financiamiento para periodismo de investigación que cubra el desarrollo sustentable en todo el territorio de las Américas, concedió becas a las periodistas mexicanas Elizabeth Flores y Ana María Ávila Sánchez en su competencia de 2006 por sus propuestas para reportajes sobre las mujeres en el comercio justo y conservación forestal mexicano, respectivamente.
El ICFJ y la IFEJ se unieron a Conservacón Internacional y otros socios para otorgar premios a notas sobre biodiversidad y desarrollo sustentable. La agencia noticiosa Reuters junto con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza proporcionó estímulos con su premio anual de reportaje ambiental internacional, que el periodista de Guadalajara y miembro de Rempa Agustín del Castillo se llevó para la región Latinoamericana en 2008 con una exposición en el diario Milenio Público sobre los especuladores extranjeros en bienes raíces causantes de la extinción de la vida silvestre.
En un esfuerzo sin precedentes para examinar el papel de los medios en la prevención del esmog, el Programa Integrado sobre Contaminación Urbana, Regional y Global—organismo internacional—invitó a un panel de periodistas a su Sexto Taller sobre la Calidad del Aire en la Ciudad de México, celebrado en esta ciudad del 20 al 23 de enero de 2003. Los fundadores de Rempa participaron en este temprano esfuerzo para unificar el periodismo con la ciencia más avanzada en temas ambientales. Los directores del programa, el Premio Nobel de Química Mario Molina y Luisa T. Molina, concibieron el evento en reconocimiento al papel que los periodistas pueden desempeñar en movilizar a la sociedad civil para proteger el ambiente.
Ante el aumento de los riesgos para los periodistas, el naciente Centro Mexicano para Periodismo y Ética Pública, Cepet—organización sin fines de lucro—y la IRE celebraron una conferencia de solidaridad transfronteriza en 2004 a la que asistieron 100 periodistas de México y Estados Unidos.. La conferencia, realizada en Nuevo Laredo, contó con un panel sobre comercio en productos tóxicos llamado "Temas Ambientales Fronterizos: Ideas y Recursos. Diseñada por el miembro de la IRE Ingrid Lobet, conductora del programa de radio "Viviendo en la Tierra" transmitido por la National Public Radio, fue concebido para motivar a los periodistas mexicanos a hacer periodismo de investigación sobre temas ambientales presentándoles sugerencias, herramientas y recursos.
Los miembros de Rempa colaboran con periodistas ambientales en 15 países a través de la Red de Comunicación Ambiental de América Latina y el Caribe, RedCALC , organización sin fines de lucro y con 145 miembros. La red mexicana también estableció contactos con periodistas de ultramar en la conferencia de Bali, entre ellos a miembros de organizaciones en China, Vietnam, Tailandia, Sudán, Nepal, Myanmar, África y Jamaica. Los participantes en esa conferencia se unieron para entregar una propuesta a la Organización de las Naciones Unidas para que se otorguen fondos a los periodistas que cubran acontecimientos relativos al clima en Polonia y Dinamarca.
En el frente nacional, De Alba aceptó oportunidades para hablar a cientos de personas sobre la profesionalización del periodismo ambiental en el Programa Ambiental Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM), la Universidad de Guanajuato y la Universidad de Coahuila.
¿A dónde va el periodismo ambiental?
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Las tareas por realizar
Mejorar el periodismo ambiental significa capturar más fondos para enseñar a los periodistas cómo informar al público. Los editores deben estar convencidos del valor de las noticias ambientales. Los anunciantes deben darse cuenta de que lo que es bueno para el ambiente lo es también para los negocios, de modo que patrocinen su cobertura. Los preceptos de las nuevas leyes de transparencia, en especial la Ley de Transparencia y de Acceso a la Información Pública y la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, LGEEPA) deben incorporarse a las legislaciones estatales y ser puestas a prueba repetidamente a fin de fortalecerlas. El periodismo comunitario y alternativo, así como las opciones de cable e internet, tales como YouTube y blogs deben explotarse para combatir el embudo monopólico que restringe la cobertura de temas ecológicas en la televisión y, hasta cierto grado, en la industria radiofónica.
Los escépticos de la eficacia de Rempa dudan que esta asociación profesional de bases gremiales realmente pueda alcanzar tales objetivos. Señalan la falta de la organización de conseguir la participación de representantes de los medios en puestos de dirección de nivel medio y alto, así como la falta de hacer participar a más periodistas provenientes de los medios de difusión más prestigiados. Aun los más acérrimos partidarios de Rempa se preguntan si el doble aprieto de una carga de trabajo excesiva y mal pagada no conspira contra la tarea de encontrar el tiempo y el dinero para fortalecer y consolidar la organización. Desde la convención fundadora de Rempa en 2004, el número de usuarios de su listserv ha florecido hasta unos 250. Pero la cantidad de miembros que pagan cuotas ha crecido solo levemente. Por el momento, no hay fondos a la vista para llevar a cabo siquiera las gestiones administrativas más mínimas una vez que el financiamiento de Ford se agote en junio de 2009. Un empleado de medio tiempo que busca fondos de manera permanente parece impensable, y los esfuerzos de voluntarios son muy irregulares. La perspectiva es sombría.
Hay quienes dicen que la cultura mexicana carece de la ética de liderazgo y trabajo voluntario necesario para mantener el curso de un grupo. Lo mismo podría decirse de otras culturas, sin embargo, y los miembros activos están realmente comprometidos; creen que un frente colectivo es la única esperanza para alcanzar sus metas. Su establecimiento como red de apoyo mutuo ha creado su propia dinámica independiente del financiamiento. Entre sus filas existe un gran esprit de corps. El grupo ya ha atravesado la primera prueba de una nueva asociación, habiendo animado y sostenido los esfuerzos individuales de sus miembros y habiendo cumplido sus promesas a sus financiadores. Estos logros han distinguido a Rempa de grupos latinoamericanos parecidos que les fallaron a sus financiadores, perdiendo credibilidad y hundiendo sus esfuerzos en el proceso. Los directivos de Rempa deben continuar haciendo su manejo de fondos y contabilidad tan transparente como sea posible para miembros y patrocinadores a fin de evitar esos pasos en falso.
En el camino por venir, la rendición confiable de cuentas y el liderazgo serán claves para la mesa directiva. Debiera promoverse a más mujeres a puestos de dirigencia para aumentar la equidad de género y la eficiencia organizativa. Antes de que Rempa pueda cobrar verdadera influencia, sus directivos deben declarar el estatus financiero de la organización a la membrecía y recolectar los fondos para hacer de Rempa un proyecto permanente. El consejo directivo necesita promover el uso por los miembros de una carta modelo para la recolección de fondos, misma que fue elaborada bajo la gestión del anterior consejo para dirigirse a los editores. Esto formará parte de un esfuerzo crucial para involucrar a más gerentes de medios de difusión en la mejora de la cobertura ambiental. El consejo necesita asegurar que las propuestas de financiamiento se hagan no sólo en centros de trabajo sino también a fundaciones y organizaciones. Eso es fundamental para conseguir por lo menos la infraestructura mínima para la organización, así sea sólo un empleado de medio tiempo.
Los miembros del consejo necesitan establecer estímulos para atraer integrantes a la organización y así asegurar mas pagos de cuotas. Por ejemplo podrían insituir premios a reportajes audio visuales, escritos y en fotografía, abiertos únicamente a los miembros. Necesitan idear métodos creativos de conseguir fondos, tales como conferencias o una agencia de ponentes. Deben realizarse campañas de afiliación de miembros, especialmente entre el sector indígena, para incrementar la participación. Es importante el seguimiento de iniciativas nuevas y en operación. Desde 2007 hay iniciativas pendientes para reuniones en la UNAM, la Universidad Autónoma de Chapingo, y la Universidad de Chiapas. También requieren seguimiento las propuestas de búsqueda de fondos de fundaciones e inversionistas empresariales prometedores, entre las que se cuentan fuentes tan dispares como el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), la ONU, Reforestamos México y la campaña de responsabilidad social de los productores de zapatos deportivos marca Berrendo. El papel de las organizaciones socias seguirá siendo importante, en respuesta a las necesidades identificadas por Rempa y los participantes en proyectos individuales.
La integración económica, crecimiento demográfico, contaminación, cambio climático, megaproyectos de infraestructura y decisiones de financieros internacionales ejercen impactos ambientales que no conocen límites y afectan a públicos sin preparación adecuada para ellos. Las tecnologías apropiadas, así como las alternativas seguras y limpias se encuentran disponibles, pero a menudo se las desconoce debido a la falta de cobertura. Los periodistas ambientales descubren el origen e impacto de la contaminación a medida que se extiende sobre fronteras económicas y geopolíticas, y tienen la oportunidad de poner de relieve las muchas soluciones positivas para el saneamiento ambiental que pueden aplicarse a nivel local. Al hacerlo, siguen el consejo internacional de la Cumbre de la Tierra de 1992: "Piensen globalmente; actúen localmente." Asumen la directriz de la Conferencia de la ONU sobre el Ambiente Humano de 1972 en Estocolmo que declara que es "esencial que los medios de difusión… diseminen la información de naturaleza educativa sobre la necesidad de proyectar y mejorar el ambiente." Y se vuelven contribuyentes de cada vez mayor relevancia a la evolución de la aldea global en esta misión de búsqueda de un futuro más prometedor, más seguro.