Después de casi un año, la Otra Campaña culminó su primera fase el 10 de diciembre con la celebración de una consulta nacional sobre las definiciones programáticas que se enarbolarán en las siguientes fases. Un balance más a fondo todavía está por hacerse, pero después de 45 mil kilómetros recorridos ya hay algunos logros evidentes: la conformación de una red nacional de defensa de los presos políticos; la creación de una red nacional de trabajadores/as sexuales, el fortalecimiento del Congreso Nacional Indígena, el reagrupamiento de los jóvenes punk-anarquistas, la conformación de la Conferencia de Organizaciones Políticas Anticapitalistas de Izquierda, etc. Como el mismo Delegado Zero lo señaló: la base fundamental de la Otra Campaña son los pueblos indios, los jóvenes y las mujeres. No está mal en un país cuyo sistema político menosprecia, fundamentalmente, a los pueblos indios, a los jóvenes y a las mujeres. A continuación: un artículo que busca establecer algunos aspectos teóricos del significado de la Otra Campaña.
1. El defecto fundamental de la política tradicional, sea de derecha o de izquierda, es que concibe la actividad política como algo exclusivo de lo estatal. Por lo tanto, como algo que solamente puede ser entendido a cabalidad por un puñado de especialistas, ya que el ciudadano común y corriente no sólo no tiene capacidad para participar y decidir sino que si se le deja en total libertad, normalmente lo que va a hacer es matar a su vecino.
Así lo planteaba Nicolás Maquiavelo: