Los datos parecen alentadores. El acceso de la población a la telefonía creció más del doble en América del Sur entre 1999 y 2004 y casi se triplicó en el istmo centroamericano en el mismo lapso. Pero no todo lo que reluce es oro.
Las cifras engañan si se buscan señales de progreso en tecnologías de la información y comunicación. La mayor parte de ese aumento se debe a los teléfonos móviles, que proliferaron en América Latina en los últimos años, pero no resuelven el problema de acceso a Internet y otras innovaciones.
La cantidad de teléfonos pasó de 23.12 a 52.7 por cada 100 habitantes de los países sudamericanos en los últimos cinco años, mientras que el salto en América Central fue de 17.24 a 47.9.
Pero de los 193 millones de usuarios de teléfonos en 2004 en América del Sur, 62.6 por ciento correspondían a móviles.
Mientras la telefonía fija aumentaba ocho por ciento al año en el último lustro sudamericano, los aparatos móviles se expandieron en 32.6 por ciento. América Central registró índices similares, al incrementarse 10.3 y 38.8 por ciento, respectivamente.
Un dato más que revela el santo milagroso. El 80.9 por ciento de los teléfonos móviles en los países sudamericanos y 89.8 por ciento en los centroamericanos son prepagados, lo cual evidencia que este sistema ayudó a la población latinoamericana a gambetear la pobreza para tener acceso a esa simple telecomunicación.
Millones de personas usan el teléfono prácticamente sólo para recibir llamadas, lo cual no tiene costo alguno. Es el caso de adolescentes cuyas madres quieren hacer un seguimiento de sus hijos e hijas, vendedores callejeros y otros trabajadores informales que hacen de su "celular" (teléfono móvil) una oficina ambulante.
"Casi nunca llamo, pero el celular mejoró mi vida, me arregla trabajo porque la gente puede buscarme a cualquier hora", dijo a IPS Madalena da Costa, jornalera en el servicio doméstico en varias residencias. Además le permite controlar los gastos, comprando sólo una tarjeta de 20 reales (8.70 dólares) al mes, acotó.
Los prepagados constituyen la casi totalidad de los teléfonos móviles en muchos países de la región. El año pasado alcanzaban a 99 por ciento de los celulares en Suriname, a 93.5 por ciento en México, 93.3 por ciento en Venezuela y a 80.5 por ciento en Brasil, en comparación con sólo seis por ciento en Estados Unidos.
Estos indicadores fueron divulgados por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en su Foro Telecom Américas, que tuvo lugar del lunes al jueves en Salvador, la capital del nororiental estado brasileño de Bahía, junto con la realización de una feria de equipos y tecnologías del sector, todo lo cual convocó a unos 2,100 participantes y visitantes.
El estancamiento de la red de telefonía fija es una barrera a la inclusión digital, observó el vicesecretario general de la UIT, Roberto Blois. Es el hilo el principal medio de conexión a la red mundial de computadoras Internet, por lo menos por ahora, mientras la alternativa inalámbrica no permite la masificación.
En Brasil, por ejemplo, la cantidad de teléfonos fijos en uso interrumpieron su crecimiento desde 2002, estabilizándose en cerca de 39 millones de terminales.
Los usuarios de Internet, aunque en rápido aumento, se limitaban a menos de 12 por cada 100 habitantes en toda América Latina y el Caribe el año pasado, cinco veces menos que en Estados Unidos y Canadá.
"La exclusión digital es sólo un síntoma, la enfermedad es la exclusión económica", precisó Reza Jafari, presidente del Comité Consultivo del Telecom Américas, destacando la pobreza y las desigualdades como factores del escaso acceso de los latinoamericanos a las nuevas tecnologías.
El "alto costo" es la razón de no tener una computadora en el hogar para 59 por ciento de los mexicanos, mientras 21 por ciento no la considera necesaria. Por eso hay más latinoamericanos con acceso a Internet que poseedores de computadoras, al contrario de los estadounidenses. Los pobres recurren al local de trabajo, las escuelas, los telecentros o a los amigos.
En ese cuadro, muchas de las novedades tecnológicas mostradas en la Telecom Américas, como el "Triple play", que ofrece telefonía, video y transmisión de datos por un mismo servidor, están fuera del horizonte de la mayoría.
Son numerosas las nuevas tecnologías inalámbricas, pero evidentemente los prepagados no constituyen su mercado.
La banda ancha es algo más inaccesible aún, un privilegio de menos de uno en cada 100 habitantes en la mayoría de los países y poco más de uno en 1000 en Argentina y Brasil, con la excepción de 5.9 por ciento en Chile.
De esa forma, sólo los ricos pueden acceder a las innovaciones que reducen costos, tales como la telefonía por Internet, además de tener la posibilidad de acumular más informaciones y conocimientos. Se amplia así la inequidad.
Pero cuestiones como la superación de la brecha digital poco interesan en un encuentro como Telecom Américas, de gente de negocios, feria de productos y disputa de mercados, observó a IPS Carlos Alfonso, director de Planificación de la brasileña Red de Información para el Tercer Sector.