Informe
especial FPIF
Resucita El Plan Puebla Panama:
Una Mirada A Su Historia Reciente Para Divisar El Futuro Próximo
Por Miguel Pickard | junio de 2004
Durante una gira de tres días por sendos países de Centroamérica los días 24-26 de marzo pasado, el presidente mexicano Vicente Fox relanzó formalmente el Plan Puebla Panamá (PPP), que en México había languidecido durante ańo y medio, moribundo según algunos observadores, muerto ya según otros. Tras su lanzamiento con bombo y platillo a principios de 2001 al llegar Fox a la presidencia, el PPP sufrió en pocos meses, si no una muerte definitiva, entonces una parálisis prolongada en términos de las acciones oficialmente atribuidas a él, y un largo silencio de las dependencias oficiales respecto a su alcance real y su futuro previsorio.
Este ensayo pretende revisar brevemente la evolución del PPP en los tres ańos que lleva de vida, las reacciones en contra que ha provocado en la sociedad civil de Mesoamérica, la nueva careta del PPP que han confeccionado burócratas asesorados por expertos en mercadotecnia y, como conclusión, las lecciones que el PPP ha dejado al movimiento popular para el futuro próximo. Al existir ya excelentes y copiosos análisis de lo que es el PPP, no desmenuzaremos sus componentes aquí.
El PPP nace y casi muere en un ańo
Según Fox, el objetivo del PPP es superar el subdesarrollo de una parte particularmente empobrecida del continente americano-los nueve estados del sureste de México, y las siete repúblicas centroamericanas-zona de escasos flujos de capital privado y público, con indicadores socioeconómicos sólo por encima en este hemisferio de los de Haití y Bolivia. 1
Pero Fox se respalda en nociones, existentes durante más de medio siglo, que estipulan que el “subdesarrollo” se debe a la falta de insumos, principalmente tecnológicos y de capital. El PPP pretende por tanto construir o mejorar grandes obras de infraestructura (carreteras, aeropuertos, puertos marítimos, redes eléctricas y de telecomunicaciones), que, con otras obras en marcha (presas hidroeléctricas, canales “secos” transísmicos), incentivarían la entrada de grandes empresas privadas, pues su presencia (más el capital, tecnología y oferta de empleo que aportarían), supuestamente conducen al “desarrollo”. En atención a la necesidad de estimular la llegada de tales empresas, las obras del PPP están diseńadas para resolver cuellos de botella que podrían mermar sus ganancias.
En realidad el PPP propuesto por Fox no era una agenda nueva, sino un artificioso “paraguas conceptual” para cobijar varias grandes obras planeadas durante ańos. El Plan trata de empatar las obras para el sureste mexicano con las de sus vecinos centroamericanos y así impulsar a la región en su conjunto hacia una mayor inserción en la globalización corporativa.
Pero esta visión desarrollista ya ha sido superada, tanto por teorías nuevas como por la praxis, pues soslaya los problemas estructurales del subdesarrollo relacionados con la concentración del poder económico y político en élites y la correspondiente falta de oportunidades para las mayorías.
Para la sociedad civil de México y Centroamérica se hizo evidente que las obras de infraestructura proyectadas por el PPP no representaban ningún esfuerzo de desarrollo social. Actualmente la sociedad civil rechaza la noción de que el “desarrollo” sea coto exclusivo de burócratas y del sector privado. żDesarrollo para quién, con el dinero de quién, en beneficio de quién y decisiones tomadas por quién? son las preguntas que hoy hace la sociedad civil.
En términos llanos, es también asunto de democracia. Si gran parte de los fondos vienen del público, y si los préstamos contratados tendrán que ser devueltos con sus respectivos intereses por el público contribuyente, entonces una sociedad civil informada tendría que opinar y decidir sobre el supuesto desarrollo hecho en su nombre.
La zona del PPP comprende alrededor de un millón de kilómetros cuadrados y 65 millones de habitantes en ocho países, más o menos el 50% de ellos clasificados en situación de pobreza extrema. 2 No obstante la pobreza de su población, la zona es rica en recursos naturales (agua, bosques, petróleo, gas, minerales varios, abundante biodiversidad) y propicia para la generación de energía hidroeléctrica. Para los habitantes del área del PPP, fue evidente desde un principio que el PPP se convertiría en un mecanismo neocolonial de extracción de su riqueza natural y de explotación de la abundante y barata mano de obra de su población. Fue conceptualmente fácil vincular el PPP con otros grandes proyectos de corte neoliberal que promovían los intereses corporativos en la región, particularmente el ALCA (Area de Libre Comercio para las Américas), contraparte continental del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte).
El PPP nació con varias taras adicionales, principalmente la ya anticuada visión de que los pueblos, particularmente los pobres, son objetos del “desarrollo” y nunca sus sujetos. Los creadores del PPP, burócratas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco Mundial y del gobierno mexicano, elucubraron sin mediar, antes del lanzamiento oficial del Plan, una sola consulta para recabar el sentir popular. Segundo, en su origen el PPP ignoró no sólo la opinión sino también la misma composición poblacional de la región, particularmente la especificidad de los numerosos pueblos indígenas que habitan, hace milenios, sus territorios.
Tercero, y más importante, los promotores del PPP subestimaron el rechazo que el Plan encontraría entre amplios sectores populares de la región. A los dos meses del anuncio oficial del PPP, la sociedad civil mesoamericana había realizado su primer encuentro regional para analizar el Plan. En mayo 2001 acudieron a Tapachula, Chiapas más de 300 representantes de la sociedad civil mesoamericana, a fin de intercambiar información, crear o estrechar relaciones y redes, y empezar a idear acciones y alternativas. El PPP fue, y sigue siendo, uno de los catalizadores más importantes para que mexicanos y centroamericanos de la sociedad civil dejáramos de pensar y operar en nuestros propios ámbitos, separados en lo programático por una historia reciente de luchas populares diferenciadas.
El PPP hizo patente que la globalización corporativa detrás de esta clase de megaproyectos afecta a todos los países por igual aunque de distinta forma, por lo que los grupos ciudadanos deben responder como uno sólo. Desde la reunión de Tapachula, este encuentro regional (bautizado Frente a la Globalización, el Pueblo es Primero) se ha realizado en tres ciudades centroamericanas, cada vez con mayor participación. El próximo se realizará en julio de 2004 en San Salvador.
El PPP también fue catalizador y motivo de muchos otros encuentros regionales y temáticos. Ha habido foros populares sobre presas, biodiversidad, agua, agrotóxicos, transgénicos, militarización, autonomía, economía solidaria y otros. Asimismo ha suscitado coordinadoras locales, nacionales y regionales en contra del PPP y del neoliberalismo. En Chiapas, por ejemplo, surge en octubre 2002 el Encuentro Chiapaneco frente al Neoliberalismo, con la tarea no sólo de resistir el PPP y el proyecto neoliberal, sino también de idear alternativas. En México en marzo 2002 se formó la Alianza Mexicana para la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP) que agrupa a decenas de organizaciones en los nueve estados del área del PPP. Asimismo la AMAP se relaciona con coordinaciones nacionales similares en los países centroamericanos, y con redes antineoliberales en el continente.
El accionar de grupos sociales y civiles a todos los niveles del área del PPP pronto hizo retroceder al gobierno de Fox. Elitista en su concepción, antidemocrático en su implementación, promotor de intereses corporativos, excluyente de los intereses sociales, particularmente de los pueblos indígenas inconsultos, la naturaleza misma del PPP fue propia para atizar el avispero de la resistencia popular. A principios de 2001, cuando el PPP no era más que una declaración de intención del equipo de transición de Fox, el EZLN ya había proclamado su oposición a él, reiterada nuevamente en julio 2003 por el subcomandante Marcos: “Cuando menos en las montańas del sureste mexicano, no se permitirá, por ningún motivo, su implementación.” 3
Paralelamente a la movilización y organización que el PPP provocó en el sureste de México y Centroamérica, se desató la lucha de los campesinos de Atenco, localidad a unos 15 km. al noreste de la Ciudad de México, al expropiar Fox 15 mil hectáreas de su tierra en octubre 2001, a fin de construir un nuevo aeropuerto para la capital. La nuevemesina lucha de los campesinos por defender la tierra ganada con “la sangre de nuestros abuelos” en la Revolución mexicana 90 ańos antes, fue ejemplo de lo que la organización, resistencia y movilización de base podían lograr, aun frente a megaobras millonarias. Cuando la lucha en Atenco culmina en victoria para los campesinos con la rescisión de la orden expropiatoria en agosto 2002, se hace evidente que la modalidad de “desarrollo” propuesta por Fox, megaproyectos por imposición y decreto, no prosperaría jamás. La opción temida, el uso de la violencia oficial, fue descartada por el gobierno, en atención a la cultivada imagen de reformista que Fox quería proyectar al mundo, además de las consecuencias imprevistas que conllevaría y la incertidumbre que generaría para inversionistas extranjeros.
El carácter de la oposición–multisectorial, multiclasista, multinacional y en expansión–produjo un notorio desaliento en la administración de Fox hacia su acariciado PPP, que se tradujo en varias medidas. En 2002 se “desterró” la oficina de la Coordinación General del PPP desde la Presidencia misma hacia una subsecretaría de la Secretaría de Relaciones Exteriores que, al principio, no la quiso ni albergar. Asimismo se despidió al primer coordinador, el controvertido Florencio Salazar Adame, acusado posteriormente de la “errática y burda información” que circuló sobre el PPP en su primer ańo de vida. 4 Se impuso una especie de “veda” a declaraciones oficiales sobre el Plan, a la vez que desaparecía la página web del PPP, la única fuente de información oficial medianamente accesible al público. Así, el PPP entró en una suerte de limbo, pues mientras los burócratas mexicanos no negaban su existencia, tampoco decían nada de él, ni generaban información pública.
Otro factor empańó el Plan: a pesar del realce y proyección que se quiso generar con las fanfarrias de su inauguración, el PPP no logró obtener el financiamiento esperado por el gobierno. Hubo varias razones: el desplome en la economía mexicana y mundial tras el 11 de septiembre, la negación del BID de brindar financiamiento al gobierno mexicano para el PPP a las tasas preferenciales que otorgó para el mismo propósito a los gobiernos centroamericanos, y el efecto contraccionista que produjeron los recortes hechos al presupuesto federal mexicano cuando dejó de crecer la economía y el país entró en recesión. Tampoco se materializó el financiamiento de la iniciativa privada.
Frente a la realidad que se imponía, el gobierno “adelgazó” sus expectativas, pues tendría que financiar los proyectos de infraestructura en México con los recursos propios del país y/o mediante recursos ya obtenidos previamente de otras fuentes. De dinero nuevo, nada, ni de la banca privada ni multilateral, ni de otras fuentes potenciales, como la Unión Europea en la que Fox cifró alguna esperanza en 2002.
Durante aproximadamente un ańo y medio (junio 2002-noviembre 2003), la publicidad sobre el PPP también se congeló, pues seńalar una obra como del PPP era equivalente a movilizar a la sociedad civil en su contra y arriesgar su bloqueo, retraso o cancelación como, de hecho, ocurrió en varios puntos de su geografía. La estrategia, mientras se diseńaba otra, era seguir adelante con las obras, en la medida en que lo permitiera la situación financiera y social, mas no llamar atención a ellas. Ya terminadas e inauguradas, las obras podrían atribuírsele al PPP, como hizo Fox en su reciente gira a Centroamérica.
La nueva careta publicitaria del PPP
Durante el congelamiento de ańo y medio, la “nueva imagen” del PPP se fue elaborando. Primero fue necesario suprimir la inconformidad que había surgido entre los gobernadores de los estados participantes en el Plan, quienes habían externado críticas por la “mucha desinformación”, el retraso del financiamiento, el “centralismo” con que se diseńó y la “marginación de que han sido objetos en la toma de decisiones.” 5
De hecho en abril 2003, el gobernador de Oaxaca José Murat Casab declaró que el PPP “está podrido” y “sólo existe en la imaginación de quienes se dedican a la elaboración de proyectos con fines propagandísticos”. 6 Ante el lanzamiento oficial del Corredor Biológico Mesoamericano, sección México, en marzo del mismo ańo, el gobernador de Chiapas Pablo Salazar rechazó la participación de su estado en el CMB, si antes no se aclaraba la relación de éste con el “controvertido PPP.” 7
En respuesta, pocos meses después, el secretario de Relaciones Exteriores Luis Ernesto Derbez convocó a los ocho gobernadores para meterlos en cintura, creando una “coordinación”, cuya función, dada a conocer públicamente, era agendar reuniones y acuerdos entre el gobierno federal y los estatales, pero también, sospechamos, de unificar declaraciones. Los gobernadores callaron su inconformidad, e inclusive el antes arisco Murat declaró posteriormente que era “indispensable mantener [el PPP] como se encuentra actualmente concebido, a fin de que pueda ser objeto de financiamiento de organismos internacionales.” 8
Nueve meses después, en marzo 2004, el gobierno mexicano buscaría la misma apariencia de unidad en la VI Reunión del Mecanismo de Tuxtla, con los presidentes centroamericanos. Una de las razones de la reunión, según Marcelo Antinori, encargado del PPP para el BID en Washington, era “consensuar el proceso PPP con los presidentes”. 9 La ausencia de cuatro de los siete mandatarios centroamericanos fue interpretada de manera diversa, pero los pronunciamientos de Fox ponen el acento en la unidad de intereses entre mexicanos y centroamericanos en lo económico.
El siguiente paso fue generar un cariz más amigable para el PPP. Para el efecto se pudo contar con la asesoría de la agencia de publicidad estadunidense Fleishman-Hillard, contratada por el BID por alrededor de un millón de dólares. Con base en sus recomendaciones, la estrategia consistió en subir el perfil en lo declarativo a los aspectos sociales, particularmente con respecto a los pueblos indígenas y a la necesidad de realizar consultas públicas sobre el Plan. Por ejemplo, en Guatemala recientemente, Fox declaró, “El PPP es un proceso de desarrollo regional que tiene que ver principalmente con personas, familias y, particularmente, con comunidades indígenas”. Días después, ante los mandatarios centroamericanos en Managua, proclamó,
“Nos unen planes y proyectos concretos de desarrollo, en cuyo diseńo y aplicación participan nuestras comunidades indígenas. En México, por ejemplo, hemos sostenido más de medio centenar de consultas directas con comunidades de 36 pueblos indígenas, pues queremos un desarrollo sin discriminación; un desarrollo equilibrado y justo, con rostro humano, un desarrollo que respete la cultura y las prácticas de estas comunidades.” 10
No obstante lo anterior, no hay ningún registro en México de que tales “consultas” hayan tenido que ver con el PPP, ni con ningún “plan concreto de desarrollo” diseńado y aplicado por indígenas en México. 11 De hecho actualmente el gobierno mexicano promueve consultas entre las comunidades indígenas, a través de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Conadepi), a solicitud de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Pero tales consultas están “amańadas”, según Gabriela Rangel Faz, de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio, pues la Comisión no hace alusión al PPP en su convocatoria y los eventuales participantes llegan sin los elementos necesarios para un debate a fondo. Teodocio Ángel, miembro del grupo de defensa de los derechos indígenas UCIZONI, participó en una de las “consultas” y concuerda con Rangel. “Estaba bien amańada,” recuerda, pues “la mayoría de los casi cien participantes en la reunión de diciembre eran empleados o beneficiarios de Conadepi. Llenaron el auditorio con su propia gente y luego hicieron preguntas sesgadas, como ‘żEstaría de acuerdo en que el PPP atrajera más fondos para su región?” El ambiente de las consultas, desgraciadamente, no parece haberse modificado, pues los indígenas reciben todavía el trato acostumbrado, de objetos pasivos para presentaciones en power point. 12
Otro aspecto de la nueva imagen es la eliminación de las obras particularmente controvertidas del PPP, que terminan siendo clasificadas como “proyectos secundarios”. El ejemplo más notorio en este sentido es la construcción de presas. No obstante el innegable interés del gobierno mexicano en construir presas sobre el Río Usumacinta, 13 frontera entre Chiapas y Guatemala, y el avance en las obras de la presa La Parota en el estado de Guerrero, la línea oficial del PPP es negar que el Plan tenga que ver con ellas. En forma similar, el Corredor Biológico Mesoamericano, otrora parte del PPP, se ha deslindó del mismo, pues el CMB pretende promover el “desarrollo ecológico sustentable”, mientras que el PPP nada más quiso acaparar el CMB y hacerlo el “brazo verde” de lo que es un “proyecto de cementificación”, según Tania Carrasco, especialista en desarrollo social del Banco Mundial en la Ciudad de México. 14
El brusco descenso del presupuesto del gobierno federal para el PPP (de US$677 millones en 2002 a US$78 millones en 2004, una reducción del 88.5%), 15 coincide con el reetiquetado de ciertos proyectos, más los recortes generales al presupuesto realizados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Ciertas obras ya no serán del PPP, pero siguen desarrollándose, pues los fondos se canalizan a la respectiva secretaría encargada de ellas.
Entonces a nivel oficial y hablando de toda la región del PPP żcuál es el presupuesto y qué aspectos contempla? Hay poca claridad al respecto aún a estas alturas. El gobierno mexicano maneja la especie de que el presupuesto total es de US$4.4 mil millones, una cifra demasiado baja según InterAction, ONG en Washington, que proyecta en cambio US$10 mil millones sobre 10 ańos, haciendo los cálculos sobre proyectos ya aprobados y en camino. 16 Oficialmente hay 28 megaproyectos en los ocho componentes del PPP que aparecen a continuación. (Del presupuesto total, el porcentaje asignado a cada componente aparece entre paréntesis):
1-Carreteras (85.2% del presupuesto total)
2-Interconexión eléctrica (11.1%)
3-Promoción del turismo (1.3%)
4-Desarrollo humano (0.8%)
5-Prevención y mitigación de desastres (0.7%)
6-Facilitación del comercio (0.6%)
7-Desarrollo sustentable (0.4%)
8-Integración de servicios de telecomunicaciones (0.03%)17
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Los montos asignados a cada componente evidencian el énfasis puesto por los ejecutores del PPP, hoy y desde su inicio, en la construcción de carreteras para conectar áreas especialmente sensibles o estratégicas en México y Centroamérica. Una de ellas es el eje trazado alrededor del Golfo de México, ubicación de algunas de las mayores reservas de petróleo y gas en la región. Mediante el Corredor Atlántico de carreteras, esta zona queda comunicada con Estados Unidos mediante modernas autopistas de cuota, que serán concesionadas a empresas privadas. Asimismo, el segundo rubro más importante, la interconexión eléctrica o SIEPAC (Sistema de Integración Eléctrica de los Países de América Central), terminará creando una sola red eléctrica desde Canadá hasta Panamá que se facilitará la venta de energía eléctrica a, principalmente, la “energívora economía estadunidense.” 18
A propósito, esta red no terminará en Panamá. El presidente colombiano Alvaro Uribe recientemente expresó su interés en que la red eléctrica de Colombia se una a la del PPP. El gracioso ingenio del presidente colombiano le permitió sugerir que las siglas del PPP ahora significaran “Plan Puebla Putumayo”, por el departamento sureńo de ese país. “Queremos una total integración de Colombia al Plan Puebla Panamá–dijo Uribe. Eso empezaría con la línea de interconexión eléctrica entre Colombia y Panamá, cuyos primeros estudios nos entregan en el mes de abril [2004], y el segundo proyecto sería la construcción del gasoducto con la expectativa de que no solamente una Colombia con Panamá, sino también con Venezuela. Es necesario para unir el continente desde Estados Unidos hasta la Patagonia.” 19
Ante lo cual no dudamos en proponer de una vez el Plan Puebla Patagonia.
En resumen, la nueva imagen del PPP no oculta lo evidente: no ha cambiado nada en esencia. En el mejor de los casos habrá ajustes de presentación, un renovado interés en proyectar una imagen de unidad, apertura, transparencia y decisiones consensuadas con la sociedad civil. Pero lo fundamental permanece, sigue siendo una iniciativa diseńada a la medida de las necesidades del gran capital y, como veremos más adelante, de los intereses estratégicos de Estados Unidos. Todo ello mediante una desacreditada y hoy anticuada teoría que hace del “desarrollo” un sinónimo de abundante infraestructura.
Sensato es, sin embargo, vaticinar que, en efecto, habrá más apertura, más transparencia, más consultas, pero en espacios carentes de significación real. La expresión popular de descontento y rechazo tajante no se evitará, y hoy la tarea de los administradores del Plan será canalizarla hacia espacios vacuos e inocuos. Tal vez un ejemplo chusco en tal sentido es la página web del gobierno mexicano sobre el PPP, nuevamente disponible en internet tras un ańo y medio de ausencia (http://ppp.sre.gob.mx/index.php) con, por supuesto, su foro virtual, donde las visitas pueden expresar su sentir sobre el PPP. Y sí, desde su reciente reaparición, las opiniones ahí registradas son casi todas desfavorables al PPP, pero, żqué duda cabe de que este canal de expresión, así como las consultas “reales” a la sociedad civil, a los pueblos indígenas, a las mujeres, cambiarán exactamente nada?
żSobrevivirá el PPP el sexenio de Fox? Fuentes cercanas al gobierno tienen opiniones encontradas. César Bustamante, encargado del PPP en la oficina del BID en la Ciudad de México opina que sí, no sólo en Centroamérica, sino también en México, aunque esto no signifique un cambio en la importancia real que para México pudiera tener, pues hoy el Plan se ha convertido “más en un mecanismo político de integración económica y energética”. En cambio Fernando Cuevas, jefe de la Unidad de Energía de la CEPAL en México, dice que el PPP es “una idea de Fox que va a caer con el fin de su sexenio”. No hay nadie detrás de él–continúa Cuevas–ni su partido ni su gobierno. Pero en Centroamérica el PPP va a seguir, porqué ahí el BID puso dinero. En México seguirá sólo para aquellas empresas que ganen licitaciones, por ejemplo para la construcción de carreteras en Panamá, concluye Cuevas. 20
Las lecciones del PPP para el movimiento popular
Marcelo Antinori lo dijo en febrero pasado con claridad: “ahora está más explícito que el PPP significa Integración Económica Mesoamericana”. 21 Lo secundó Harry Brautigam, presidente del Banco Centroamericano de Desarrollo Económico: “Para el BCIE, el PPP significa un complemento indispensable para la expansión económica de la región y una plataforma para preparar a Centroamérica para su ingreso al Tratado de Libre Comercio de América Central (CAFTA).” 22
Es decir, están en precisa sintonía con lo que los opositores al PPP seńalaron hace tres ańos: el Plan no puede extraerse de la lógica detrás de los planes de integración económica que para la región, y el mundo, tienen los ideólogos del neoliberalismo, llámense TLCAN, ALCA u OMC.
Y es ahí, en estos aspectos de más amplio horizonte, donde el movimiento popular tendrá que mantener la mira, en especial en términos de la necesidad de generar conocimiento y conciencia en mayores sectores de la población. Los detalles específicos del PPP, que si uno u otro proyecto está en él, si el presupuesto ha subido o bajado, son de una importancia relativamente menor, frente al peligro que representan la concepción de desarrollo y la visión de futuro que encierra el neoliberalismo.
El peligro de tal visión, las luchas en puerta para la sociedad civil latinoamericana y los retos que para activistas y educadores populares representa generar conciencia sobre estos temas, van inclusive más allá del PPP, TLCAN o ALCA. El problema mayor, principalmente para nuestra soberanía como pueblos, reside tal vez en la “integración profunda” con Estados Unidos que están cocinando las élites. En primera fila están México y Canadá. La integración profunda como idea viene rondando al menos desde principios de este siglo entre estrategas. La recogió Fox tras su elección y con el mote de NAFTA-plus la lanzó como buscapiés conceptual. 23 Ha sido ya bastante debatida en Canadá, al menos en la academia. Cobró renovada relevancia tras los atentados de septiembre 2001, con la incorporación a marchas forzadas de México y Canadá en el Comando Norte de las fuerzas armadas de EEUU.
En esencia la integración profunda significa la creación de un espacio nuevo, el del “continente norteamericano”, donde México, Canadá y Estados Unidos se integrarían, obviamente bajo la dirección y control de este último. Lo que vendrá, aparte de una sola fuerza militar norteamericana, es una frontera común, una moneda única, homologación de políticas económicas, de seguridad, migración y refugiados, la expedición de una credencial de identificación única, es decir, la fusión en casi todos los sentidos de los tres países. Dice el economista mexicano Alejandro Alvarez Béjar al respecto, “la Comunidad de Norteamérica es el desafío más importante para México en el siglo XXI”. 24 Ciertamente parte de la sociedad civil canadiense ya entendió la justa dimensión de la “integración profunda” y ha sonado, todavía débil e incipientemente, la voz de alerta a su pueblo.
En México y en el resto de América Latina conviene hacer lo propio. Las intenciones reales detrás del PPP son una buena plataforma para alertar a la sociedad civil de los impactos que tendrá en nuestra vida a corto plazo, pero su vinculación, a través de la educación popular, con el futuro que nos depara el neoliberalismo
Miguel Pickard es economista e investigador, cofundador de CIEPAC (Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria) en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Una versión preliminar de este informe apareció publicado por la Universidad de Quebec.
Recursos:
El PPP comprende los nueve estados de sureste de México (Puebla, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo), más los siete países de Centroamérica (Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá).
Ver Armando Bartra, “Sur: megaplanes y utopías en la América equinoccial” en Mesoamérica: los ríos profundos, A. Bartra (coord), Instituto Maya, México, D.F., 2001, p.29.
De la página del EZLN: http://www.ezln.org/documentos/2003/200307-treceavaestela-d.es.htm
Ver el boletín no, 329 de CIEPAC, “El gobierno mexicano frente al PPP: se busca una nueva estrategia ante el rechazo popular”, 22 de enero, 2003, www.ciepac.org/bulletins/301-%20300/bolec329.htm.
Proceso, “Modificarán la SRE y gobernadores el PPP”, 27 de junio, 2003.
El Universal, México DF, “Lanza Murat dura crítica contra el PPP”, 4 de abril, 2003, p.18
El Universal, “Causa controversia inicio del Corredor Biológico”, 4 de marzo, 2003, p.12.
El Universal, México DF, “Plantea Derbez ‘relanzar’ el PPP”, 27 de junio, 2003, p.14.
InterAction, Informe de la “Reunión ente ONG y IDB-PPP”, 12 de febrero, 2004, disponible en www.interaction.org/idb/ppp, p.13.
Sistema Internet de la Presidencia, declaraciones de Fox en Managua, 25 de marzo, 2004.
César Bustamante del BID en la Ciudad de México, entrevistado por Luca Martinelli de la Universidad de Pisa el 12 de marzo, 2004, declaró que el gobierno de México no ha realizado ni una sola consulta sobre el PPP hasta hoy.
Después de una “consulta” en Juchitán, Oaxaca en diciembre 2003, la Coordinadora en Defensa del Territorio y de los Pueblos Indígenas del Istmo declaró, “La primera fase de dicha consulta, convocada por la Conadepi, la Secretaría de Asuntos Indígenas y la Comisión de Planeación para el Desarrollo, ha demostrado que esta consulta no responde a una auténtica preocupación por el bienestar de los pueblos indígenas sino más bien, es un “sondeo” disfrazado sobre la aceptación de modelos de desarrollo planeados a medida de los intereses de las grandes corporaciones multinacionales que buscan el control del comercio mundial a través de diferentes tratados comerciales y convenios, llámense Plan Millenium, Escalera Náutica o Plan Puebla Panamá. […] Creemos que el papel de la Conadepi debe contribuir a establecer una relación política de respeto hacia los pueblos indígenas y dejar de utilizar el disfraz del indigenismo.” fuente: Comunicado de la Coordinadora, 17 de diciembre, 2003.
“Este es el más grande de los ríos en México” y pasa por “una parte subdesarrollada, empobrecida del país. Si trabajamos juntos responsablemente, podemos ayudar la región, no dańarla”, dijo Julio Acosta Rodríguez, coordinador de proyectos hidroeléctricos del CFE (Comisión Federal de Electricidad) al New York Times, el 22 de septiembre, 2002, “Mexico Weighs Electricity Against History.”
Entrevistada por Luca Martinelli de la Universidad de Pisa, el 9 de marzo, 2004.
Calculado con base en “El PPP en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de 2004” de José Alberto García Ponce, asesor de la Cámara de Diputados, LIX Legislatura, noviembre 2003. García calcula las cifras usando pesos (reales) de 2004, que nosotros convertimos a dólares usando un tipo de cambio de US$1 = MX$11. Las cifras referidas incluyen tanto el Programa 75–Desarrollo de la Región Sur-Sureste, como el Programa 77–Plan Puebla Panamá, del presupuesto federal mexicano.
er “Supplemental E-Bulletin” de InterAction, abril 2002 en www.interaction.org/files.cgi/539_PPP_Supplement_Update.pdf
Presidencia de México, Informe de Avances y Perspectivas, 2002.
La expresión es de Alejandro Alvarez Béjar, “México en el siglo XXI: żhacia una comunidad de Norteamérica?”, Memoria, México. D.F., No. 162, agosto 2003, disponible en www.memoria.com.mx/162/alvarez.htm.
Reforma, México DF, “Plantea Colombia sumarse al PPP”, 14 de enero, 2004.
Entrevistas con el académico italiano Luca Martinelli, Universidad de Pisa, 11 y 12 de marzo, 2004.
InterAction, 12 de febrero, 2004, Ibid.
“NotiCen”, Latin America Data Base, Universidad de Nuevo México, Albuquerque, 1ş de abril, 2004, Vol. 9, No. 13.
Robert Pastor publicó en agosto 2001 uno de los libros más completos sobre la integración profunda, “Towards a North American Community”. Pastor es cercano amigo de Jorge G. Castańeda, asesor éste de Fox durante la campańa electoral en 1999-2000 y su secretario de Relaciones Exteriores durante dos ańos.
Alejandro Alvarez Béjar, Ibid.
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Publicado por el Programa
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Cita recomendada:
Miguel Pickard, “Resucita El Plan Puebla Panama: Una Mirada A Su Historia Reciente Para Divisar El Futuro Próximo,” Programa de las Américas (Silver City, NM: Interhemispheric Resource Center, 8 de junio de 2004).
Ubicación
en Internet:
http://www.americaspolicy.org/reports/2004/sp_0404irak.html
Información de producción:
Escritor: Miguel Pickard
Redacción: Laura Carlsen, IRC
Producción y diseño: Chellee Chase-Saiz, IRC