Observatorio
Hemisférico
Las negociaciones hacia el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas/ALCA:
ALCA regular o ALCA light
Eduardo Gudynas | 5
de noviembre de 2003
Americas Program,
Interhemispheric Resource Center (IRC)
www.americaspolicy.org
Las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se encuentran bajo una fuerte tensión. Se están enfrentando diversas ideas sobre la naturaleza de ese acuerdo continental: unos hablan de un ALCA fuerte, y otros de un ALCA light. Por momentos parecería que presenciamos un concurso de recetas de cocina, alejado de las profundas consecuencias de una propuesta que, si bien se presenta como comercial, en realidad es mucho más amplia y profunda.
En noviembre los ministros de comercio de todas las Américas discutirán
la marcha del ALCA en Miami. Llegarán después de varias semanas
de negociaciones y enfrentamientos, tanto dentro de las Américas como
a nivel global en la Organización Mundial de Comercio (OMC). América
Latina ha pasado por situaciones muy distintas: lograron enfrentar coordinadamente
a los Estados Unidos y la Unión Europea en la OMC, pero se volvieron
a dividir en el ALCA.
Los Latinoamericanos en el G
– 20
El llamado "Grupo de los 20 plus" se organizó en la reciente
cumbre ministerial de la OMC para enfrentar el proteccionismo y subsidio agrícola
de Washington y Bruselas. Si bien el agrupamiento giró alrededor de
las posiciones de Brasil, India, China y Sudáfrica, tuvo la particularidad
de lograr sumar a casi todos los países sudamericanos y varios centroamericanos.
En ese momento América Latina consiguió una articulación
regional pocas veces vista en las últimas décadas. En el G –
20 se encontraron todas las grandes economías regionales (Argentina,
Brasil y México), pero además se integraron todos los miembros
de los bloques andinos y del cono sur, con la excepción de Uruguay.
De esta manera, detrás del mismo reclamo se sumaron también
Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia y Chile. También
participaron El Salvador, Guatemala y Costa Rica. Esto significa que casi
la mitad de los supuestos socios de una futura ALCA coordinaron fuertes reclamos
sobre el comercio agrícola ante los Estados Unidos.
En esos debates en la OMC no se vivió una "promesa" de
coordinación, sino que por fin se articularon las posiciones. Por lo
tanto se podía esperar seguir con el mismo reclamo a nivel del ALCA,
en tanto allí se mantienen las mismas dificultades con los temas agrícolas.
Sin embargo, nada de eso ha sucedido en las últimas semanas, y por
el contrario el G – 20 ha perdido a buena parte de sus miembros Latinoamericanos.
Los preparativos para Miami
Los Estados Unidos reaccionaron frente al fracaso de la OMC, y están
redoblando sus esfuerzos para que no ocurra lo mismo en el encuentro del ALCA
en Miami. Continúan más interesado en lograr convenios bilaterales
con países específicos que en acuerdos multilaterales dentro
de la OMC. A eso se sumó una reacción política que va
más allá del terreno comercial, y que se ha centrado en presionar
a diferentes países para lograr esos acuerdos comerciales, o bien para
alcanzar un ALCA dentro de las condiciones establecidas por Estados Unidos.
El más claro ejemplo de esa postura ha sido la reciente gira del representante
comercial Robert Zoellick por América Central, promoviendo el acuerdo
de libre comercio centroamericano (CAFTA), exigiendo ciertas medidas (por
ejemplo, que Centroamérica libere los sectores energía, telecomunicaciones,
etc.), y recordando que mantendrá sus propias protecciones (por ejemplo,
en agricultura).
En esas visitas se ha invertido un enorme esfuerzo, mucho mayor que el
esperable si sólo respondiera al retorno económico del comercio
de Estados Unidos con Centroamérica. Otro tanto ha sucedido con los
coqueteos de Washington en especial con Colombia, y en menor medida con Perú,
para negociar acuerdos de libre comercio siguiendo el formato del tratado
Estados Unidos–Chile.
Es que en realidad lo que allí está en juego va mucho más
allá del balance de exportaciones / importaciones, y responde a un
liderazgo regional en disputa, especialmente con Brasil y el bloque del MERCOSUR.
El resultado es que en pocos días se apartaron del G – 20 sucesivamente
El Salvador, Colombia, Perú, Guatemala y Costa Rica (se espera que
siga Ecuador). En casi todos estos casos se han indicado las más diversas
presiones desde Washington, con un caso extremo en Perú, donde el ministro
de comercio anunció el alejamiento de ese país del grupo pero
con el desacuerdo del canciller.
Varios gobiernos Latinoamericanos sostuvieron que tras el fracaso de la
OMC, todos quedaron con las manos vacías, y por lo tanto volvieron
a mirar los acuerdos bilaterales de libre comercio como posibles medios para
conseguir aumentar sus exportaciones. Sin embargo con ello perdieron la posibilidad
de constituir una mayor fuerza negociadora, y contribuyeron a erosionar los
intentos de integración especialmente sudamericanos, entre el Mercado
Común del Sur (MERCOSUR) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN). En
especial han dejado más aislado a Brasil, quien co-preside con Estados
Unidos, el último tramo de las negociaciones del ALCA.
Los caminos del ALCA
El MERCOSUR, y en especial Brasil, han venido reclamando que las negociaciones
del ALCA deben atender las asimetrías entre los países participantes,
donde las concesiones deben ser mutuas. Por lo tanto, si los países
del sur están dispuestos a liberar sectores como las compras gubernamentales,
otro tanto deberían hacer Estados Unidos y Canadá con el proteccionismo
agrícola. Varios países del Cono Sur, como Argentina, Brasil
y Uruguay, son importantes agro exportadores, y tienen enormes dificultades
para exportar tanto a Estados Unidos como a terceros mercados, por el dumping
exportador y las ayudas internas que Washington canaliza especialmente a la
agroindustria.
Este tipo de ideas se presentaron a inicios de octubre en la última
reunión preparatoria del ALCA para establecer la agenda que será
aprobada en Miami. Allí volvió a aparecer la "discusión
culinaria" sobre el ALCA, con terminologías que se originaron
meses atrás en Brasilia. El MERCOSUR propone un ALCA-light o "realista",
la que fue rechazada por Estados Unidos con el apoyo de más de una
decena de naciones Latinoamericanas. En ese momento países como Chile,
México y Perú olvidaron las alianzas que tuvieron semanas atrás
en la OMC y en esta ocasión se alinearon una vez más con Washington.
La idea del ALCA light partió del gobierno brasileño, y busca
lograr acuerdos en temas críticos como el comercio agrícola
pero dejando otras cuestiones para resolver dentro de la OMC o por acuerdos
bilaterales. De esa manera se habla de un proceso en tres caminos: el primer
es por convenios bilaterales, o por conjunto de países con Estados
Unidos (el caso específico es una negociación 4+1 del Mercosur
con EE.UU.); el segundo es el ALCA "realista"; y el tercero, es
derivar a la OMC algunas de las cuestiones más conflictivas. En la
propuesta del MERCOSUR el ALCA light tendría acuerdos concretos, por
ejemplo, en agricultura y se permitirían negociaciones en temas como
las inversiones pero con la notable salvedad que los acuerdos sur-sur dentro
de América Latina no se trasladarían automáticamente
hacia las naciones desarrolladas (EE.UU. y Canadá), mientras que no
incluyen compromisos concretos con otras cuestiones como las compras de los
gobiernos o las políticas de competencia.
Esta propuesta es prácticamente lo contrario a lo que busca Washington,
pero además es interpretada como un intento de Brasil, a partir del
MERCOSUR, de generar otro polo de influencia en el sur. Por esas razones la
actitud de los países andinos es crítica: si apoyan la posición
del MERCOSUR, podrían fortalecer la posición de Brasil. Eso
explica las negociaciones de Washington con Bogotá y Lima que buscan
contrarrestar esa influencia. La misma razón está detrás
de las misiones de altos funcionarios de Brasilia que están visitando
varios países andinos en preparación a la cumbre de Miami.
En las últimas semanas las presiones se incrementan, con acusaciones
mutuas entre altos funcionarios de Brasil y Estados Unidos. Peter Allgeier,
de la representación comercial, incluso ha dejado abierta la posibilidad
de un ALCA sin Brasil. Por su parte, funcionarios de Brasil piensan ahora
en tolerar las metas "abarcadoras" pero hacerlo por una negociación
en "dos tiempos", aprobando algunos acuerdos en el 2005 y dejando
el resto para el futuro. Bajo este incierto contexto, Washington está
buscando realizar un pequeño encuentro ministerial con un grupo seleccionado
de países, previo a la cumbre de Miami, en un intento de avanzar en
sus posiciones. Paralelamente, Brasilia ha despachado misiones diplomáticas
a varias naciones sudamericanas a explicar con más detalle sus posiciones.
Cualquiera de los platos, sea el ALCA light o el ALCA regular, serán
difíciles de digerir. La propuesta alternativa, del ALCA light del
MERCOSUR, tiene ventajas al establecer un contrapeso a las posiciones de Washington,
manteniendo el control sobre áreas críticas del desarrollo nacional
como las inversiones o regulación de las políticas de competencia.
Pero de todas maneras, el camino que se sigue es de un acuerdo de libre comercio.
Mientras tanto Estados Unidos avanza poco a poco por acuerdos bilaterales
o regionales, implantando esquemas de libre comercio. Ha firmado tratados
con México y Chile, está negociando más aceleradamente
el CAFTA con los países sudamericanos, y posiblemente se sume Colombia
en un futuro cercano. De esta manera, se van realizando tratados paralelos
que tienen el mismo formato y características de un ALCA funcional
a Washington. Siguiendo este camino se puede llegar a una red de convenios
de libre comercio que cubre toda Centroamérica y varios países
andinos, quedando por ahora excluidos Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay
y Venezuela.
Esto significa en la práctica un ALCA dejando afuera a los más
importantes competidores comerciales, y limitando las opciones de Brasil como
líder regional. Es además una estrategia que determinará
una América Latina dividida por mucho tiempo, y por lo tanto con menores
capacidades de articulación productiva y económica.
Este tipo de factores demuestra que la reunión del ALCA en Miami
no sólo tratará temas comerciales sino que en las trastiendas
estarán una vez más las disputas por el liderazgo en América
Latina. Son muchos ingredientes para una receta que todavía no está
terminada.
Eduardo Gudynas es analista de información en D3E (Desarrollo,
Economía, Ecología y Equidad en América Latina; www.globalizacion.org )
es analista del Programa de las Américas www.americaspolicy.org .
El MERCOSUR Ante
el ALCA: Nuevas Tensiones y Nuevas Opciones
Eduardo Gudynas
http://www.americaspolicy.org/columns/gudynas/2003/sp_0310alca.html
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Publicado por el Programa
de las Américas del Interhemispheric Resource Center ( IRC ).
Todos los derechos reservados.
Cita recomendada:
Eduardo Gudynas, "Las negociaciones hacia el Acuerdo de Libre Comercio
de las Américas/ALCA: ALCA fuerte o ALCA light" Programa de las
Américas (Silver City, NM: Interhemispheric Resource Center, 5 de noviembre
de 2003).
Ubicación
en Internet:
http://www.americaspolicy.org/columns/gudynas/2003/sp_0311alca.html
Información
de producción:
Escritor: Eduardo Gudynas
Redacción: Laura Carlsen, IRC
Producción y diseño: Tonya Cannariato, IRC